viernes, 25 de junio de 2010

un poema de J. M. Zonta


En el año
cuatrocientos dieciocho
mi alma
quedó dividida
en dos zonas
independientes:
la
septentrional
sujeta a
continuas migraciones de pájaros
y la
meridional
que
corresponde a mi alma propiamente dicha
y donde mi
amor milenario por ti
se ha
mezclado con la población
y lo han
visto acarrear agua
limpiar
templos
e iniciar
una nueva Dinastía.

Generaciones
posteriores inventarán nuestro origen
dirán que
fuimos hijos de inmigrantes
que
conquistaron las grutas y robaron
el secreto
de nacer como el agua
y que
nuestra civilización desapareció
porque los
Dioses olvidaron incluirnos en las leyendas
que no
merecimos el cobre
el bronce ni
el hierro
que quedamos
abrazados a la madera
aún cuando
se quema
dirán que no
te amé
porque no
supe registrarlo en la piedra.

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