pregúntale al diablo
si te queda algo
por empeñar
y si es así
dame una noche
una sola noche
sin intoxicarla
quebrémonos
salvémonos
y mi ropa yacerá
como una animal somnoliento
a los pies de tu cama
sabes que eres como el viento
golpeando en la ventana
de mi deseo
sabes que eres el dios salvaje
que reina
en mi alma
sé de tus amaneceres
sé de tus oscuridades
comparto ese lenguaje
del silencio
que pocos entienden
arranco la maleza
de tus senderos ocultos
y puedo darte luz,
aire y 21 grados
saca lo mejor de ti
saca lo peor de ti
y si pretendo escapar
muérdeme los tobillos
tú puedes
no, no me atrevo
ResponderEliminara lanzarme al vacío
de otra noche empeñada
sin saber lo que hay al fondo
no me atrevo...
mientras me lanzo de nuevo
al abismo de unos ojos
y una piel
que desgarran el deseo
hasta descarnar mi alma,
y me pierdo en tu cintura,
naufrago bajo el latido
de tu pecho acelerado,
fumo el aire que se escapa
entre tus labios...
si otra vez por la mañana
sólo me queda de ti
un zapato de tacón
bajo la cama...
y el aroma de café
mientras dormía
en tu ausencia,
no serán tus tobillos
lo que muerda:
morderé tu esencia,
morderé el brocal
de tus deseos escondidos,
de tu destino, las riendas...
te morderé la vida
por si te vuelves a ir...
para que vivas mi ausencia
intoxicada.
*no te lo tomes muy a pecho... porfa. Dos abrazos: uno de letras y otro de pieles
intensísimo
ResponderEliminarde principio a fin
te morderé la vida, qué bonito...