“Qué triste paradoja, pensó Amalfitano. Ya ni los farmacéuticos ilustrados se atreven con las grandes obras, imperfectas, torrenciales, las que abren camino en lo desconocido. Escogen los ejercicios perfectos de los grandes maestros. O lo que es lo mismo: quieren ver a los grandes maestros en sesiones de esgrima de entrenamiento, pero no quieren saber nada de los combates de verdad, en donde los grandes maestros luchan contra aquello, ese aquello que nos atemoriza a todos, ese aquello que acoquina y encacha, y hay sangre y heridas mortales y fetidez.”
Lo que en realidad les ocurre esque son ciegos y encima estúpidos.
ResponderEliminarTienes una seguidora más ,)
BESOS!
exacto!
ResponderEliminarse lo dedicamos a todos esos editores de mierda
acojonados
facilones
sin alma
que siguen los senderos marcados por lo previsible
va por ellos....
que disfruten de las sesiones de entrenamiento de esgrima
PD:idem
grande Bolaño. Gracias por tus palabras. Un saludo!
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