jueves, 5 de mayo de 2011

LLAMADA DE AUXILIO



yo estaba desolado. necesitaba su ayuda. le escribí una carta.


Estoy muy triste.

pero sé que mi letra es nerviosa, atropellada, absolutamente ilegible, por eso ella sólo acertó a leer luego supe:


Estoy en Trieste.

me quería y ni siquiera lo dudó. hizo las maletas y, en su afán por ayudarme, partió hacia las perdidas costas del Adriático, es decir, muy lejos de mí.

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