yo estaba desolado. necesitaba su ayuda. le escribí una carta.
Estoy muy triste.
pero sé que mi letra es nerviosa, atropellada, absolutamente ilegible, por eso ella sólo acertó a leer luego supe:
Estoy en Trieste.
me quería y ni siquiera lo dudó. hizo las maletas y, en su afán por ayudarme, partió hacia las perdidas costas del Adriático, es decir, muy lejos de mí.
Eso sí que es entrega.
ResponderEliminar¿Dónde estabas tú cuando perdimos la guerra?
ResponderEliminarMe has recordado la canción de Nacho Vegas.
Gracias por tus palabras.
Un abrazo!
chapó!
ResponderEliminarsí, qué bueno, y en efecto, muy triste
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