viernes, 9 de diciembre de 2011

El gabinete de un aficionado

























Vila-Matas acerca de Georges Perec:

El mundo de Perec se resume en una página de sus Tentativas de agotar un lugar parisino: él, sentado en un café de la plaza de Saint-Sulpice, se dispone a inventariar todo lo que ve allí (es decir, se prepara para agotar todo aquello que tiene delante, o al lado, en cualquier parte) y nos previene de que no está interesado en las estatuas de los cuatro grandes oradores cristianos de la plaza (Bossuet, Fénelon, Fléchier y Massillon) porque ya han sido suficientemente registradas y fotografiadas; quiere, en cambio, ocuparse de “lo que generalmente no se anota, lo que no se nota, lo que no tiene importancia, lo que pasa cuando no pasa nada, salvo tiempo, gente, autos y nubes”.

Experto en esquivar la grandeza, fue un maestro del arte de la atención a lo minúsculo. En ese descenso al territorio de lo pequeño reside paradójicamente su grandeza, que también se apoya en otra paradoja, su afán de que perdure el vacío de la vida: “Escribir es tratar meticulosamente de retener algo, de hacer que algo de todo esto sobreviva: arrancar algunos pedazos precisos al vacío que se forma, dejar en alguna parte, un surco, una huella, una marca, o un par de signos”.

4 comentarios:

  1. amaba los crucigramas y odiaba las mudanzas, Perec. Besos

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  2. vaya, al comentar se corta la música...

    y sí.

    me gusta Vila-Matas y su literatura metaliteraria,... pero, ¿de qué libro suyo es este fragmento?...

    me vuelvo a la página principal también a escuchar

    un saludo

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  3. No se trata necesariamente de un libro de Vila-Matas, si te gusta cómo escribe, te recomiendo visitar su espacio:

    http://www.enriquevilamatas.com/textos/textperetc.html

    saludos

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  4. bueno, pues gracias por ponerme en la pista... ya estoy trasteando

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