domingo, 6 de mayo de 2012

¿Para quién escribo? - Vicente Aleixandre




¿Para quién escribo?, me preguntaba el cronista,
El periodista o simplemente el curioso.
No escribo para el señor de la estirada chaqueta, ni para
su bigote enfadado, ni siquiera para su alzado índice
admonitorio entre las tristes ondas de música.

Tampoco para el carruaje, ni para su oculta señora
(Entre vidrios, como un rayo frío, el brillo de los impertinentes).
escribo acaso para los que no me leen. Esa mujer que
corre por la calle como si fuera abrir las puertas a la aurora.
O ese viejo que se aduerme en el banco de esa plaza
chiquita, mientras el sol poniente con amor le toma,
le rodea y le deslíe suavemente en sus luces.

Para todos los que no me leen, los que no se cuidan
de mí, pero de mí se cuidan (aunque me ignoran).
esa niña que al pasar me mira, compañera de mi aventura,
viviendo en el mundo.

Y esa vieja que sentada a su puerta ha visto vida,
paridora de muchas vidas, y manos cansadas.
escribo para el enamorado; para el que pasó con su
angustia en los ojos; para el que le oyó; para el que
al pasar no miró; para el que finalmente cayó cuando
preguntó y no le oyeron.

Para todos escribo.
Para los que no me leen sobre todo.
Escribo. Uno a uno, y la muchedumbre. Y para los
pechos y para las bocas y para los oídos donde, sin
Oírme,
Está mi palabra.


II
Pero escribo también para el asesino. Para el que con
los ojos cerrados se arrojó sobre un pecho y comió
muerte y se alimentó, y se levantó enloquecido.

Para el que se irguió como torre de indignación, y se
desplomó sobre el mundo.
Y para las mujeres muertas y para los niños muertos, y
para los hombres agonizantes.
Y para el que sigilosamente abrió las llaves del gas y la
ciudad entera pereció, y amaneció un montón de cadáveres.
Y para la muchacha inocente, con su sonrisa, su corazón,
su tierna medalla, y por allí pasó un ejército de
depredadores.

Y para el ejército de depredadores, que en una golpeada
final fue a hundirse en las aguas.
Y para esas aguas, para el mar infinito.
Oh, no para el infinito. Para el finito mar, con su limitación
casi humana, como un pecho vivido.
(Un niño ahora entra, un niño se baña, y el mar,
el corazón del mar está en ese pulso.)

Y para la mirada final, para la limitadísima Mirada Final,
en cuyo seno alguien duerme.

Todos duermen. El asesino y el injusticiado, el regulador
y el naciente, el finado y el húmedo, el seco
de voluntad y el híspido como torre.
Para el amenazador y el amenazado, para el bueno
y el triste, para la voz sin materia
y para toda la materia del mundo.

Para ti, hombre sin deificación que, sin quererlas mirar,
estás leyendo estas letras.
Para ti y todo lo que en ti vive,
Yo estoy escribiendo.

4 comentarios:

  1. "Pero escribo también para el asesino. Para el que con
    los ojos cerrados se arrojó sobre un pecho y comió
    muerte y se alimentó, y se levantó enloquecido."

    Me siento como un asesino, cuando relmente me debería sentir como Papá Noel.

    Te quería pedir una autorización y contarte una desgracia. La desgracia es que he tenido que dar a mi perra en adopción, tras cuatro años de convivencia, porque tengo una enfermedad crónica que me impide cuidarla como merece. Y porque un hogar de 48 m2 no es lugar para una perra de 20 kilos. Estoy como tras una horrorosa ruptura sentimental.

    Ah!!! soy http://marioenlautopia.blogspot.com.es/

    La autorización es que pensaba copiar tu formato de prosas o poesías ajenas, mezcladas con propias, y si recupero la moral, tal vez recupere la imaginación y la inspiración y pueda colocar sobre todo textos míos. ¿Tengo tu autorización para copìar tu formato?

    Un besito

    Mario

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  2. Mario! eso no se pregunta, eso debes hacerlo y permitirnos disfrutarlo

    besos

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  3. Gracias!!! Es curioso, toda la vida leyendo prosa o divulgación, y a mis 45 años me da por la poesía, y es como cuando descubrí el Jazz : "Joder, lo que me he estado perdiendo". Menos mal que pienso vivir hasta los 110 años...

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  4. si me preguntaran para quién escribo sólo daría un nombre, de pila

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