martes, 31 de julio de 2012
tu más profunda piel - Julio Cortázar
lunes, 30 de julio de 2012
los hombres huecos - T. S. Elliot
I
Somos los hombres huecos
somos los hombres rellenos
apoyados uno en otro
la mollera llena de paja.¡Ay!
Nuestras voces resecas, cuando
susurramos juntos
son tranquilas y sin significado
como viento en hierba seca
o patas de ratas sobre cristal roto
en la bodega seca de nuestras provisiones
Figura sin forma, sombra sin color,
fuerza paralizada, gesto sin movimiento;
los que han cruzado
con los ojos derechos, al otro Reino de la muerte
nos recuerdan -si es que nos recuerdan- no como
perdidas almas violentas, sino sólo
como los hombres huecos
los hombres rellenados.
II
Ojos que no me atrevo a encontrar en sueños
en el reino del sueño de la muerte
esos ojos no aparecen:
ahí, los ojos son
luz del sol en una columna rota
ahí, hay un árbol meciéndose
y las voces son
el canto del viento
más lejanas y más solemnes
que una estrella que se apaga.
No me acerque yo más
en el reino del sueño de la muerte
revístame yo también
de tan deliberados disfraces
pelaje de rata, piel de cuervo, palos cruzados
en un campo
comportándome igual que el viento
sin acercarme más...
No ese encuentro final
en el reino crepuscular.
III
Esta es la tierra muerta
esta es la tierra del cactus
aquí se elevan las imágenes
de piedra, aquí reciben
la súplica de la mano de un muerto
bajo el titilar de una estrella que se apaga.
Así es
en el otro reino de la muerte
despertar solo
a la hora en que
temblamos de ternura
labios que querrían besar
forman oraciones de piedra rota.
IV
Los ojos no están aquí
no hay ojos aquí
en este valle de estrellas que mueren
en este valle hueco
la quijada rota de nuestros reinos perdidos
en este, el último de los lugares del encuentro
vamos a tientas juntos
y evitamos hablar
reunidos en esta playa del río hinchado
sin vista, a no ser que
reaparezcan los ojos
como la estrella perpetua
rosa multifoliada
del crepuscular reino de la muerte
la esperanza solamente
de hombres vacíos.
desnudo en la bañera, asomado al abismo - Lars Iyer
sábado, 28 de julio de 2012
primer curso de filosofía - Juan Bonilla
que sean nuestras sábanas las túnicas
de sócrates platón y de aristóteles
sobre ellas no habrá dudas ni preguntas
tan sólo realidad sin ideales
yo sólo sé que lo sé todo si follamos
las togas de agustín de hipona pueden
servirnos como colcha
si arrecia el frío y nos carcome el miedo de que cada uno de nosotros seamos dos
y estemos por entero en cada uno de ellos
con los vidrios con los que fabricaba
spinoza sus lentes para ver
a dios en todas partes nos haremos
un espejo que copie solamente
dos cuerpos en batalla destruyéndose
con la alegría de quien sabe que es así
como nacen los universos
la peluca de kant será una esponja
con la que voy a enjabonarte
todas y cada una de tus categorías
con la navaja de okham
quiero afeitarte el coño
para después tender a la abstracción
comerte el coño
y el látigo de aquel vulgar cochero
que apalizó a un caballo hasta matarlo
e hizo llorar a nietzsche el superhombre
hazlo sonar sobre mi espalda
cuando me vengan dudas o aprensiones
necios deseos sobre lo futuro
ganas de compartir el alquiler
ir al cine contigo y esas cosas
el brazalete nazi de heidegger
nos sirva de mordaza si entra el miedo
a conquistar los seres sin ahí
en que querremos transformar el uno al otro
jueves, 26 de julio de 2012
poseer - Carolina Castro
un cementerio en la cucha del perro
el mismo perro
rabioso
y tu soledad de niño despavorida y asustada
///el automóvil aniquilará al gato
y por la noche veras a tus padres haciendo el amor
desde tu impotencia de juguete
sin poder entender el ruidoso dolor que sofoca a tu madre
///¡oh, pero niño!
mejor anda, ve
¡juega!
tienes de repente
la cara muy pálida.
–yo también tengo mis deberes, querido, pero yo
yo los cumplo
porque sino el futuro vendrá por mi
con pezuñas de óxido rojo y gritos enormísimos
a invitarme al subsuelo
a la fiesta oscura de las personas que lloran y fracasan mucho
///con el aliento sucio y polvoriento
con suciedad por debajo de todas las uñas
con olor a sangre, a fruta podrida
niño,
mira como la pierna inmensa de los días
te abarcará el cuerpito
la cabeza
mira como el gigantesco pie ciego
te aplastará, niño
///caerán sobre ti litros y litros de sopa hirviendo
de armarios abiertos
a media noche con sus puertas de afilados dientes
un enorme cajón negro de susurros extraños
como regalo de navidad que abrirás sólo, en la más plena
y peligrosa soledad de niño
miércoles, 25 de julio de 2012
John Cheever
Un hombre solo es un ser solitario, una piedra, un hueso, un palo, un receptáculo para la ginebra Gilbey, una figura encorvada sentada en el borde de la cama de un hotel, lanzando suspiros ruidosos como el viento otoñal.
martes, 24 de julio de 2012
s.e.n.t.i.m.i.e.n.t.o.l.l.a.m.a.d.o.a.m.o.r. - Jarvis Cocker
lunes, 23 de julio de 2012
sexus - Henry Miller
La habitación empezó a combarse e hincharse, las paredes rezumaban, el colchón, que era de paja, casi tocaba el suelo. La sesión empezó a adquirir todos los aspectos y proporciones de un mal sueño. Desde el extremo del pasillo, llegaba el resuello entrecortado de un asmático; sonaba como las notas finales de un huracán silbando por una ratonera arrugada.
domingo, 22 de julio de 2012
Tú crees en el ron del café, en los presagios - Paul Verlaine
Tú crees en el ron del café, en los presagios,
y crees en el juego;
yo no creo más que en tus ojos azulados.
Tú crees en los cuentos de hadas, en los días
nefastos y en los sueños;
yo creo solamente en tus bellas mentiras.
Tú crees en un vago y quimérico Dios,
o en un santo especial,
y, para curar males, en alguna oración.
Mas yo creo en las horas azules y rosadas
que tú a mí me procuras
y en voluptuosidades de hermosas noches blancas.
Y tan profunda es mi fe
y tanto eres para mí,
que en todo lo que yo creo
sólo vivo para ti.
sábado, 21 de julio de 2012
por septiembre - Luis García Montero
Por septiembre
se te llenan de sótanos los labios
y es relativo el cielo
después de haberte visto preguntarle a la vida.
Pero también el cielo,
arrugado y preciso
como tu cazadora adolescente,
quiere estar entreabierto,
brillar recién amado,
descansando en la hierba
el peso de su larga cabellera de nubes.
Por septiembre
se te llenan de humo los síes en la boca
Antes del amanecer - Richard Linklater
"- ¿Crees en la reencarnación? Vale bien, la mayoría de las personas hablan de sus vidas pasadas y cosas así, y aunque no crean en ello de una forma concreta. No sé, las personas tienen un concepto de un alma eterna, ¿No? Bien, ahí va mi reflexión: Hace 500 siglos no había ni un millón de personas en el planeta, hará unos 10.000 años había 2 millones tal vez; ahora hay entre 5 o 6 mil millones de personas en el planeta, ¿No? Si todos tenemos nuestra alma individual y única, entonces, ¿De dónde las hemos sacado? ¿Las almas modernas son sólo una fracción de las originarias? Significaría que cada alma se dividió en 5.000 durante sólo los últimos 50.000 años que es un periodo de tiempo insignificante.... Así que como mucho somos sólo pequeñas fracciones de personas caminando.. ¿Somos tan dispersos por eso? ¿Por eso vamos tan desorientados?
viernes, 20 de julio de 2012
una de las noches en las que no me suicidé - Leonard Cohen
Bailáis en el día que salvasteis
mis ángeles teóricos
hijas de la nueva clase media
que lleváis la boca como la Bardot
Venid queridas mías
las películas son verdad
Yo soy el dulce cantante perdido cuya muerte
en la niebla ha sido reducida por vuestras nuevas
botas de tacón alto a colillas
Iba caminando por el puerto esta noche
buscando una cama de agua de 25 centavos
pero dormiré esta noche
con tus ligas enroscadas en mis zapatos
como arcos iris en vacaciones
con tu virginidad gobernando
los cementerios de condones como una segunda oportunidad
Yo creo Yo creo
que el jueves 12 de diciembre
no es la noche
y besaré de nuevo la vertiente de un pecho
un pequeño pezón sobre mí
como una puesta de sol
el tigre y la nieve - Benigni y Cerami
jueves, 19 de julio de 2012
el verbo ser - André Breton
miércoles, 18 de julio de 2012
la canción de amor de Alfred Prufrock - T.S. Eliot
Si yo creyera que mi respuesta fuera
a una persona que alguna vez podría retornar al mundo,
esta llama, sin más, quieta estuviera;
pero ya que jamás desde este fondo
escapa un ser humano, sí escuché verdad,
sin temor a la infamia te respondo.
Vayamos, pues, tú y yo
cuando la tarde se haya tendido contra el cielo
como un paciente eterizado sobre una mesa;
vayamos, entonces, por calles casi desiertas,
murmurantes retrocesos
de noches inquietas en hoteles baratos y de una noche
y empolvadas fondas con conchas de ostras;
calles que se prolongan como un argumento aburrido
de intención tediosa
que te llevan a una pregunta abrumadora...
Oh, no preguntes “¿Qué es?”
Vayamos a hacer nuestra visita.
En la habitación, las mujeres vienen y van
hablando de Miguel Ángel.
La niebla amarilla que lava su espalda en el cristal de las vidrieras,
el humo amarillo que lava su hocico en el cristal de las vidrieras
pasó su lengua por el interior de las esquinas de la tarde,
se quedó suspenso largo tiempo sobre los charcos de las cunetas,
dejó caer sobre su espalda el tizne que cae de las chimeneas,
se deslizó por la terraza, dio un salto súbito,
y, viendo que era una noche suave de octubre,
se enroscó una vez a la casa y se quedó dormido.
Y, en verdad, habrá tiempo
para el humo amarillo que se desliza a lo largo de la calle,
frotando su espalda sobre el cristal de las vidrieras;
habrá tiempo, habrá tiempo
para preparar un rostro que acepte los rostros que encuentres,
habrá tiempo para matar, habrá tiempo para crear
y tiempo para todas las labores y los días hábiles
que levanten y dejen caer una pregunta en tu plato;
habrá tiempo para ti y habrá tiempo para mí,
y habrá tiempo incluso para cien indecisiones,
y habrá tiempo para cien visiones y revisiones
antes de que tomemos una tostada y té.
En la habitación, las mujeres vienen y van
hablando de Miguel Ángel.
Y en verdad habrá tiempo
para preguntarse “¿Me atrevo?” y, “¿Me atrevo?”
Habrá tiempo para volverse atrás y bajar la escalera
con un lugar calvo en mitad de mi pelo.
(Dirán: “¡Qué ralo se le está poniendo el pelo!”)
Mi traje matinal, mi cuello que sube firmemente al mentón,
mi corbata, rica y modesta pero asegurada por un simple alfiler.
(Dirán: “Pero, ¡qué delgados son sus brazos y sus piernas!”)
¿Me atrevo
a perturbar el universo?
En un minuto hay tiempo
para decisiones y revisiones que un minuto revocarán.
Porque ya las he conocido a todas, a todas ellas:
he conocido las noches, las mañanas, las tardes,
he medido mi vida con cucharillas de café;
conozco las voces que mueren poco a poco
bajo la música llegada de un cuarto distante.
Entonces, ¿cómo podría yo atreverme?
Y he conocido ya los ojos, todos ellos:
los ojos que nos fijan en una frase formulada,
y cuando esté yo formulado, debatiéndome en un alfiler,
cuando yo esté clavado y retorciéndome en la pared,
¿cómo podría entonces empezar
a escupir todas las colillas de mis días y de mis costumbres?
¿Y cómo podría atreverme?
Y he conocido ya los brazos, todos ellos:
brazos con brazaletes y blancos y desnudos.
(¡Pero bajo la lámpara poblado de claros vellos castaños!)
¿Es acaso el pefume de un vestido
lo que así me hace divagar?
Brazos que reposan sobre una mesa o se envuelven en un chal.
¿Y podría yo entonces atreverme?
¿Y cómo podría empezar?
¿Diré: fui, al crepúsculo, por calles estrechas
y contemplé el humo que sale de las pipas de hombres solitarios,
asomados a sus ventanas, en mangas de camisa?..
Yo debí ser un par de manos andrajosas
que rasaron los suelos de mares silenciosos.
¡Y la tarde, la noche, duerme tan apaciblemente!
Alisada por largos dedos,
dormida... fatigada... o bien se hace la enferma,
extendida en el suelo, aquí junto a ti y a mí.
¿Tendría yo, después del té y los pasteles y los helados,
la fuerza para forzar el momento a su crisis?
Pero aunque he llorado y ayunado, llorado y orado,
y aunque vi mi cabeza (ya un poco calva) traída en una bandeja,
no soy profeta (pero esto no importa mucho);
he visto flaquear el momento de mi grandeza
y he visto al eterno lacayo recibir mi abrigo y sonreír estupidamente,
y, en suma, tuve miedo.
¿Y habría valido la pena, después de todo,
después de las tazas, la mermelada, el té,
entre la porcelana, entre alguna conversación sobre ti y sobre mi,
hubiera valido la pena
haber hincado el diente en el asunto con una sonrisa,
haber comprimido el universo en una bola
para rodarlo hacia alguna pregunta abrumadora,
para decir: “Soy Lázaro, vuelto de entre los muertos,
vuelto para decirsélo todo, se lo diré todo”.
Si una, acomodando una almohada junto a su cabeza,
dijera: “No es eso lo que quise decir, no es eso.
No se trata, en absoluto, de eso”.
Y hubiera valido la pena, después de todo,
hubiera valido la pena,
después de los ocasos y de los patios y de las calles regadas,
después de las novelas, después de las tazas de café, después
de las faldas que arrastran por el piso
(y esto, y tanto más).
¡Es imposible decir exactamente lo que quiero decir!
Pero como si una linterna mágica proyectara los nervios en
modelos sobre una pantalla:
¿Habría valido la pena
si una, acomodando una almohada o quitádose un chal
y volviéndose hacia la ventana, hubiera dicho:
“No es eso, en absoluto,
no es eso lo que quise decir, en absoluto”.
¡No! No soy el príncipe Hamlet ni es mi intención serlo,
soy un señor cortesano, uno que servirá
para llenar una pausa, iniciar una escena o dos,
aconsejar al príncipe; sin duda, un instrumento dócil,
obediente, contento de servir,
político, precavido, meticuloso,
lleno de altos conceptos, pero un poquito obtuso;
a veces, en verdad, casi rídiculo:
casi, a veces, el Bufón.
Envejezco... Envejezco...
Usaré enrollados los extremos de mi pantalón.
¿Me peinaré el cabello hacia atrás?
¿Me atrevo a comer un melocotón?
Me pondré pantalones de franela blanca y caminaré por la playa.
Allí he oído a las sirenas cantándose una a otra.
No creo que canten para mí.
Las he visto cabalgar sobre las olas, mar adentro,
peinando los blancos cabellos de las olas revueltas
cuando el soplo del viento vuelve el agua blanca y negra.
Nos hemos quedado en los dormitorios del mar
al lado de muchachas marinas
coronadas de algas marinas rojas y pardas
hasta que voces humanas nos despiertan, y nos ahogamos.
martes, 17 de julio de 2012
ESTABLECIMIENTOS NOCTURNOS, Pablo Neruda
Difícilmente llamo a la realidad, como el perro, y también aúllo. Cómo amaría establecer el diálogo del hidalgo y el barquero, pintar la jirafa, describir los acordeones, celebrar mi musa desnuda y enroscada a mi cintura de asalto y residencia. Así es mi cintura, mi cuerpo en general, una lucha despierta y larga, y mis riñones escuchan.
Oh, Dios, cuántas ranas habituadas a la noche, silbando y roncando con gargantas de seres humanos a los cuarenta años, y qué angosta y sideral es la curva que hasta lo más lejos me rodea! Llorarían en mi caso los cantores italianos, los doctores de astronomía ceñidos por esta alba negra, definidos hasta el corazón por esta aguda espada.
Y luego esa condensación, esa unidad de elementos de la noche, esa suposición puesta detrás de cada cosa, y ese frío tan claramente sostenido por estrellas.
Execración para tanto muerto que no mira, para tanto herido de alcohol o infelicidad, y loor al nochero, al inteligente que soy yo, sobreviviente adorador de los cielos.
lunes, 16 de julio de 2012
fragmentos de Poema sucio - Ferreira Gullar
El cuerpo. ¿Pero qué es el cuerpo?
Mi cuerpo hecho de carne y hueso.
Ese hueso que no veo, maxilares, costillas,
flexible armazón que me sustenta en el espacio
que no me deja desplomar como una bolsa
vacía
que guarda todas mis vísceras
funcionando
como retortas y tubos
haciendo la sangre que hace la carne y el pensamiento
y las palabras
y las mentiras
y los cariños más dulces más descarados
más sentidos
para estallar como una galaxia
de leche
al centro de tus muslos al fondo
de tu noche ávida
olores de ombligo y de vagina
graves olores indescifrables
como símbolos
del cuerpo
de tu cuerpo de mi cuerpo
cuerpo
que puede un sable rasgar
un añico de vidrio
una navaja
mi cuerpo lleno de sangre
que lo irriga como a un continente
o a un jardín
circulando por mis brazos
por mis dedos
mientras discuto camino
recuerdo rememoro
mi sangre hecha de gases que aspiro
de los cielos de la ciudad extranjera
con la ayuda de los plátanos
y que puede – por un descuido – escurrirse por mi pulso
abierto
Mi cuerpo
que acostado en la cama veo
como un objeto en el espacio
que mide 1,70 m.
y que soy yo: esa cosa
acostada
vientre piernas y pies
con cinco dedos cada uno (¿por qué
no seis?)
rodillas y tobillos
para moverse
sentarse
levantarse
mi cuerpo de 1,70 m. que es mi tamaño en el mundo
mi cuerpo hecho de agua
y ceniza
que me hace mirar Andrómeda, Sirius, Mercurio
y sentirme mezclado
a toda esa masa de hidrógeno y helio
que se desintegra y reintegra
sin que sepa para qué
Cuerpo mi cuerpo cuerpo
que tiene una nariz así una boca
dos ojos
y una cierta manera de sonreír
que mi madre identifica como de su hijo
que mi hijo identifica
como de su padre
cuerpo que si cesa de funcionar provoca
un grave acontecimiento en la familia:
sin él no hay José Ribamar Ferreira
no hay Ferreira Gullar
y muchas pequeñas cosas ocurridas en el planeta
estarán olvidadas para siempre.
domingo, 15 de julio de 2012
Maurice Maeterlinck
"Apenas expresamos algo lo empobrecemos singularmente. Creemos que nos hemos sumergido en las profundidades de los abismos y cuando volvemos a la superficie la gota de agua que pende de la pálida punta de nuestros dedos ya no se parece al mar del que procede. Creemos que hemos descubierto en una gruta maravillosos tesoros y cuando volvemos a la luz del día sólo traemos con nosotros piedras falsas y trozos de vidrio; y sin embargo en las tinieblas relumbra aún, inmutable, el tesoro."
la vista - Claudia Masin
Me gustaría contarte lo que veo, hablarte
de los hoteles abandonados apareciendo de la nada
en el medio de la carretera como castillos solitarios
cuyos puentes levadizos hubieran sido
dinamitados hace tiempo. Me gustaría
contarte lo que veo pero es imposible
hallar un dolor que condescienda
a ser narrado. ¿Vale la pena entonces,
emprender tan largo viaje para ir de un extremo
al otro del silencio? También es imposible
callar por completo: sé que terminaré por llamarte,
como se llama a alguien cuando se está a oscuras,
sin el auxilio de la voz, un estremecimiento
semejante al de las luciérnagas
que al chocar contra un parabrisas en la ruta,
se deshacen esparciendo una nube pequeña
de polvo y luz, y ésa -quizás- es su idea
de un encuentro."
sábado, 14 de julio de 2012
quiero que me dejes en el fondo del mar - Joaquín Oreña
hoy ya sé
que nada extraordinario
va a pasarme
será por eso tal vez
que el ausentarse
sirva para extrañar
las cosas
las hormigas
nunca dejan de tener actividad
alimentándose
casi sin descanso de la superficie
ellas lo reconocen todo
pero la experiencia sensible
muchas veces nos engaña
a lo mejor debí
haber estudiado biología
y sentir al futuro
como dándose naturalmente
mirar a la división celular
a través de un microscopio
apropiarme
velozmente de sus colores cambiando
y luego sin más
abandonarlos
así la helada
curte nuestros labios
y es el contacto del frío
con la sangre
lo que genera ese ardor especial
cuando ves las luces intermitentes
de un avión avanzando
sobre el cielo a la noche
¿en qué te hacen pensar?
ahora que el invierno regresa
el amarillo radiante
de la estufa eléctrica
en la habitación
calienta e hipnotiza
con su temperatura artificial
los entretiempos de una época sin luz
son como un tren de carga
atravesando la llanura
sin ningún testigo para llamarlo paisaje
cuando entramos solos al mar
allí donde los pies no se pueden ver
tampoco
se sabe muy bien lo que pasa
viernes, 13 de julio de 2012
adiós - Bukowski
jueves, 12 de julio de 2012
violent days
Llego tarde y el día aún no se enciende, está lento, moribundo, como recién llegado de alguna guerra lejana, de esas que nos llenan de cicatrices y angustia, de luces que se apagan y hielo. Ya ni sé si eres respiradero o sumidero de mi desidia. La memoria como una habitación acolchada de la que ya nunca salgo. Y para qué salir, para cruzar la calle, las piernas, los dedos, los brazos. Déjame dentro para amortiguar los golpes con tu recuerdo. Para recolectar la nada y el eco y el asco.
miércoles, 11 de julio de 2012
recuento - Pere Gimferrer
Ensayos he escrito desvaídos borradores esbozos
a la luz de una lámpara
apenas un valor decorativo
como figuras pintadas en la pantalla de una lámpara
piscinas con cisnes de plástico
me muerdo los labios y una gota de sangre vacila
besar al leproso
horror de los contrarios la caverna plutónica el vendaval sulfúreo
el otoño como un órgano profundo en las catedrales del agua
vivo de imágenes son mi propia sangre
la sangre es mi idioma ciego en la luz del planeta
buceando en la tiniebla con rifle submarino
un arpón oh sombras de delfines en mi vida
oh sombras de delfines
van y vienen en la verdosa oscuridad
cuánto quise decir que mis versos no dicen
cuánto mis versos dicen que yo no sabría decir
como una máquina tragaperras en Las Vegas o Phoenix City
y el fullero de smoking sale a una luz de carrusel
Cuando envejezca pensaré en mis versos como en esas inacabadas historias de familia con cenas y despachos y salones
las sonrisas de mis primas muertas hace tantos años
envejecidas como un vestido de encaje apolillado una muñeca abandonada en los desvanes
la sonrisa de una muñeca
sus ojos como canicas o vidrios de colores
como canicas o vidrios de colores mis versos
pero todo adquirirá otra luz una nueva perspectiva
como la sala en penumbra desde una cabina de proyección
las sombras plateadas de los mares del Sur
con guirnaldas de flores las canoas en el Pacífico
este azul tan intenso que por las noches fosforece
versos fosforescentes en la noche
emitiendo señales de radio bajo las aguas como un submarino perdido
el Scorpion de la VI Flota ante los cabos de Virginia
Norteamérica un nido de escorpiones
no regresan sus señales de radio se pierden en la noche se hunden en la pesada oscuridad de las olas
emitiendo mis versos
ya desde la vejez versos de veinte años
con palabras de entonces que se han vuelto románticas
como automóviles de principios de siglo
charolados y oscuros y encendidos
mis versos
como en el teatro Kabuki o en una obra griega
maquillajes y máscaras siempre máscaras
Personae dijo Pound
amarillos y azules y encarnados
colores vivos de instantánea Kodak
algunos no regresan se han ido las imágenes
mariposa en cenizas
otros aún fosforecen sobre la noche de los rascacielos
regresan como muchachos heridos en la ciénaga
pólvora y ojos verdes
un guerillero bajo las estrellas metálicas
fuego de granadas Primavera
mis ojos han visto la hoguera de Savonarola
la muerte de Ernesto Guevara
y como Sandro Botticelli la fría luz de una plaza desnuda
edificios vacíos como un esbozo de arquitecto
Los milagros de san Zenobio pintado hacia 1500
ya no tenía fe
se devanece el verde sombrío de las hojas y las diáfanas cabelleras de oro
sirenas de ambulancias vienen de Luna Park
aúllan en la noche
y a lo lejos la rueda luminosa
música toboganes laberintos
la lluvia en Luna Park y el frío de la Morgue y los recuerdos.
martes, 10 de julio de 2012
Walt Whitman
Los poemas verdaderos
(los que llamamos poemas no son sino imágenes),
los poemas de la intimidad nocturna,
y de los hombres como yo,
este poema,
vergonzoso y oculto,
que llevo siempre conmigo,
que llevan consigo todos los hombres.
lunes, 9 de julio de 2012
si consideramos - Charles Bukowski
si consideramos lo que puede verse:
motores que nos vuelven locos,
amantes que acaban odiándose,
ese pescado que en el mercado
mira fijamente hacia atrás adentrándose
en nuestras mentes,
flores podridas, moscas atrapadas en telarañas,
motines, rugidos de leones enjaulados,
payasos enamorados de billetes,
naciones que transladan a la gente como peones de ajedrez,
ladrones a la luz del día con maravillosas
esposas y vinos por la noche,
las cárceles atestadas,
el tópico de los parados,
hierba moribunda, fuegos insignificantes,
hombres suficientemente viejos como para amar la tumba.
estas y otras cosas
demuestran que la vida gira en torno a un eje podrido.
pero nos han dejado un poco de música
y un póster clavado en el rincón,
un vaso de Whisky, una corbata azul,
un delgado volumen de poemas de Rimbaud,
un caballo que corre como si el diablo le estuviera
retorciendo la cola
sobre la hierba azul y el griterío
y después, de nuevo, el amor
como un coche que dobla la esquina,
puntual,
la ciudad a la espera,
el vino y las flores,
el agua corriendo a través del lago,
y verano e invierno y verano y verano
y de nuevo invierno.
sábado, 7 de julio de 2012
aeropuertos y salas de espera
tú que fuiste poema antes que carne
y delirio antes que certeza.
yo que era un apátrida en los burdeles,
donde se es apátrida o no se es nada,
porque son eso los burdeles,
aeropuertos y salas de espera
para las urgencias del corazón.
tú que fuiste visión antes que mirada
y flecha antes que herida.
después vendría tu cuerpo y el desasosiego,
como las ristras de bombillas coloreadas
que el viento mece la mañana después de una fiesta
o el escenario vacío de una plaza también vacía.
para ti que fuiste poema antes que carne.