sábado, 14 de julio de 2012
quiero que me dejes en el fondo del mar - Joaquín Oreña
hoy ya sé
que nada extraordinario
va a pasarme
será por eso tal vez
que el ausentarse
sirva para extrañar
las cosas
las hormigas
nunca dejan de tener actividad
alimentándose
casi sin descanso de la superficie
ellas lo reconocen todo
pero la experiencia sensible
muchas veces nos engaña
a lo mejor debí
haber estudiado biología
y sentir al futuro
como dándose naturalmente
mirar a la división celular
a través de un microscopio
apropiarme
velozmente de sus colores cambiando
y luego sin más
abandonarlos
así la helada
curte nuestros labios
y es el contacto del frío
con la sangre
lo que genera ese ardor especial
cuando ves las luces intermitentes
de un avión avanzando
sobre el cielo a la noche
¿en qué te hacen pensar?
ahora que el invierno regresa
el amarillo radiante
de la estufa eléctrica
en la habitación
calienta e hipnotiza
con su temperatura artificial
los entretiempos de una época sin luz
son como un tren de carga
atravesando la llanura
sin ningún testigo para llamarlo paisaje
cuando entramos solos al mar
allí donde los pies no se pueden ver
tampoco
se sabe muy bien lo que pasa
Como extraño ese amarillo radiante...
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