martes, 4 de septiembre de 2012

humeantes, como el café, como Londres


























podremos huir de esta mezcla de amores amansados, me pregunto, de animales viejos y apagados de circo triste, con acrobacias aburridas y escenarios vacíos. podremos tomarnos tú y yo, humeantes como el café, como Londres, antes de que se rompan las cuerdas y el temblor sea escalofrío.
cuando la piel grita de rabia se agrieta, como la tierra yerma, como un maquillaje vencido, como las palabras que estallan en el aire antes de llegar a decir nada.
yo ya no sé dónde está el puente de los valientes para tirarme en tus brazos pero recuerdo cómo se salta. contigo se nota la vida, me recortas la pena en un alarde de papiroflexia romántica y la botas como barco de papel que debe hundirse sin remedio. volverá a mí, lo sé, boomerang hermoso la tristeza que olfatea el camino de vuelta a casa como la perra fiel que es. pero se nota la vida contigo, como un faro, como una noche larga de bestias delicadas durmiendo al raso en plena tormenta mientras la lluvia borra nuestra pintura de guerra. noches largas de bestias recorridas por el aullido de Ginsberg que moran en amores licántropos que sólo entienden de fauces, garras y hambre. de esta ofrenda de besos y caricias sin filtro quedémonos con que más que funambulistas que se drogan con caídas somos sencillos amantes del vértigo y gastémonos hasta que el deseo sea un suelo rugoso por el que sea incapaz de deslizarse ya nuestra ansia.


1 comentario:

  1. no me canso de recorrer tus letras (las tuyas), eres infinita. me marcho un tiempo, cuídate, Miss. Bss

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