viernes, 19 de octubre de 2012

afterglow - Jorge Luis Borges


Siempre es conmovedor el ocaso
por indigente o charro que sea,
pero más conmovedor todavía
es aquel brillo desesperado y final
que herrumbra la llanura
cuando el sol último se ha hundido.
Nos duele sostener esa luz tirante y distinta,
esa alucinación que impone al espacio
el unánime miedo de la sombra
y que cesa de golpe
cuando notamos su falsía,
como cesan los sueños
cuando sabemos que soñamos.

2 comentarios:

  1. precioso portal para caer a la deriva de tanto y tan grande.
    me pierdo un rato por entre las entradas.
    saludos

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  2. Hay que andar con los pies en el suelo y la mirada en el cielo. Mirar a lo lejos y arriba pero los pies simpre en el suelo, sentir la tierra.
    Un saludo

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