miércoles, 17 de octubre de 2012

la desesperada distancia


































 [porque somos animales desorientados]

creo en el uso de los cuerpos. en su uso y en su abuso. creo en la rabia y en todas y cada una de nuestras carreras perdidas -y en cómo te pierden las carreras de mis medias, también creo-, en los nudos en el estómago y los momentos ámbar que atrapan las canciones, en los escalofríos de verano y en las miradas en los ascensores. en el amor como un fuego que invoca al viento. en el dolor como un perro moribundo que morirá mordiendo. 

empujo las paredes mientras me crece dentro un desierto. y entonces, las avenidas lentas y el color ceniza de la mañana y todo lo que nos separa, y todo lo que nos desespera. como una selva de redes que nos devuelven al origen, al exacto y mismo punto de partida. y siempre son dos orillas: tu cuerpo y el mío. y me quedo sin el abrazo de tu mirada, otra vez; novata a la hora de frenar la guillotina de las noches largas, otra vez.  

en ocasiones, se difumina el daño, y tu recuerdo me llega con un gesto arrodillado, con dulzura, como un lago tibio donde nunca rompen las olas. y me creo capaz de sufrir serena, y me dispongo a disfrutar de la pena como manjar de lágrimas y pérdida que conozco bien. entonces algo cruje como leña seca, se me astilla la fuerza y se me duerme la fiera. la sonrisa se hace mueca. y me fallo una vez más. y ahí queda el deseo, como un teléfono que no cesa de sonar en mitad de la noche. 

mientras, creo en los poetas de barra y vómito que nadie conoce y que son el germen de las buenas novelas nunca escritas. creo en el ansioso dictado del vértigo y la nada. creo en las golondrinas becquerianas y en el pájaro azul que muere de inanición allá en lo más profundo. llevo dentro un grito de Munch que nadie escucha y un caos de Pollock en el alma. creo en todas y cada una de nuestras ramas secas que ya no brotan pero resisten. creo en los susurros potentes que lo descolocan todo y en las miradas que nos dibujan por dentro deliciosos y turbios soles derretidos que dejan marcas. 

creo en todas las veces que cambiamos el mundo y en las oportunidades malgastadas por alocados e insensatos. en los tropiezos y en los jardines salvajes donde todo crece a golpe de lluvia y sol.  y en el inagotable zumbido de la nostalgia. y en el néctar de la lujuria del que libamos como animales desorientados que no saben volver a casa. creo en la belleza del adiós y en los ataques de locura del que no derrama besos cuando lo necesita. y en las dosis inexactas de ternura y violencia que me ofreces. creo en las madejas líricas de Bolaño y en los saltos desde los puentes. y en los pájaros sin canto. y en confundir el hambre con el amor. y en la arcada universal que es la literatura y en la marea emocionante de los que se acercan y no se tocan. 

7 comentarios:

  1. Llevo varios dias leyendo tus entradas. Ha sido como montar en una montaña rusa que te lleva a toda velocidad a experimentar la indiferencia, el reproche, el dolor, la incomprension de algo que parece que quieres gritar pero camuflas tras palabras encadenadas, metaforas y tirabuzones.
    Buenos textos al fin y al cabo
    Saludos

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  2. Llegué por casualidad, pero me quedo por decisión.
    Me gustó la forma de narrar, es intensa, penetrante y auténtica.
    Te dejo un abrazo.
    HD

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  3. imposible no creer.

    tremendo credo, miss D

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  4. eres el barreno que quiebra la roca,
    el negror de una oscura mina,
    una perla
    en el bolsillo de un minero,
    el quinquel de los imposibles,
    una ascensor que te lleva a los infiernos.

    eres una vagoneta repleta de tropiezos
    una silueta desesperada
    que antes de marchar
    se detiene a recogerme del suelo.
    abrazos.


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  5. Quién no quisiera que las palabras le taladraran hasta el centro mismo de la nada, del tierno y violento agujero negro que nos atrapa.

    Genial.

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  6. esta maravilla que escribiste, estos gritos de arterias y desgarros,parieron un quinqué lleno de imposibles. gracias,joder.

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  7. esta maravilla que escribiste, estos gritos de arterias y desgarros,parieron un quinqué lleno de imposibles. gracias.

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