jueves, 8 de noviembre de 2012

el amor es un perro que aúlla en mitad de la noche



Lo siento, no, ni la sangre tibia, ni los agarraos sin sudor. Yo traigo sueños como el que trae esperanza. No espero desenlaces porque creo en los nudos. Nudos hermosos de dos lazos. Prendarme de tu aliento y que la vida se me meta a trompicones sin previo aviso, así, por todos los rincones, conquistando sin pasos aprendidos. Que la vida huela fuerte, mientras la rabia brota cual manantial. Voy a leerte el daño en braille con la lengua y te lo voy a arrancar. Te voy a recetar mi ansia y cada ocho horas sobredosis de piel. Nos gastaremos sin remedio al usar nuestros cuerpos como abrigo favorito en tardes de febrero, febrero cruel. Incautos pero felices. No vamos a adiestrar al deseo, no hay doma que valga para ello. El amor es un perro que aúlla en mitad de la noche. Yo no sé de palabras exactas pero olfateo tus coordenadas como si me fuera la vida en ello. Qué indecentes, qué impuros. Las llanuras de la calma son carreteras rectas en las que me duermo cuando en realidad quiero perderme. Somos velas y debemos consumirnos ardiendo. Huir de los amores de bromuro debería ser una obligación. Para qué construir jaulas habiendo cielo. Yo me vendo a los claroscuros de Caravaggio y hago de tu cuerpo encrucijada y de mi sed, salvación.

5 comentarios:

  1. Huir de los amores de bromuro....tomo nota. Abrazo

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  2. dan ganas de robar un coche a punta de pistola y escapar a ver el mar...

    poesíaaquemarropa de esa que se te pega a la respiración...brutal...

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  3. Dios!!!

    Como terapeuta emocional eres insuperable.

    Genial.

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