Me gustaba mi agujero.
Su ventana que daba a una pared,
Al lado había un piano.
Varias noches al mes
un viejo lisiado venía a tocar
“Mi Cielo Azul”.
Casi siempre, sin embargo, todo estaba en silencio.
Cada cuarto con su araña de sobretodo pesado
que atrapaba su mosca con una telaraña
de humo y delirio.Tan oscuro,
que no podía ver mi cara en el espejo.
A las 5 a.m. los pies desnudos del piso de arriba.
La “Gitana” adivina,
cuya tienda queda en la esquina,
yéndose a orinar después de una noche de amor.
Y una vez también, un niño sollozando.
Tan cerca se oyó, que pensé
por un momento, sollozaba yo mismo.
Las 5 a.m es esa hora maldita en donde todo amenaza con nacer.
ResponderEliminarBesos.
Brutal.
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