jueves, 24 de enero de 2013

El sueño de Visnu - David Meza


Estoy naciendo. La ciudad, ecoastronómicamente política, está orgullosa. Yo estoy orgullosa. Estoy naciendo -hoy, 37 de junio de 1399- estoy naciendo. Del pecho del mundo brota una golondrina de colores. Dios le toma el pulso a mi madre. Dios se ha enamorado de mi madre. Dios besa a mi madre. Dios toca el seno blanquísimo de mi madre. Recuerdo mi vida. Naceré sobre una pradera de balas. Creceré con un traje de marinera, pero nunca conoceré el mar, y cuando lo conozca lo negaré, diré que esa gaviota de arena espuma y agua no es el mar, que el mar es un astro de órbita líquida que al mirarlo te devora el alma. Nací triste. Nací feliz. Nací cemento. Ya no quiero decir nada. Nací humillada. Crecí humillada. Morí humillada en un campo de martillos. Tengo las células de estambre y el abedecedario se me desliza como una serpiente de tinta por las piernas. Naceré, creceré, aprenderé a volar y me arrancaré el pico de tanto golpearlo contra las rocas. 

3 comentarios:

  1. wau... me ha impresionado mucho esta entrada. No sé demasiado bien por qué, pero me ha tocado dentro. Brutalmente precioso.

    Besos.

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  2. Genialidades del dolor!!

    Aplaudo tu relato. Gracias.

    Besos.

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  3. glorioso/ volar, de vez en cundo no es un pecado/ es un placer que las diosas nos regalan/ sólo resta dar las gracias a quien nos prestan sus alas y disfrutar del tripping

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