lunes, 28 de enero de 2013

tu amor es un cilicio



Tu amor es un cilicio
Cuando me lo quito, me lo arranco, me despojo de él
Ya lo estoy añorando
Síndrome de tu presa
Condenada a tu aroma y a tu azote lírico.

Lo observo y pienso en el dolor,
No lo siento,
Lo dibujo con mi mente,
Veo sus marcas,
Las recorro con mis dedos,
Mi fetiche,
Tu sudor.

Después vuelvo a colocarlo en su sitio
Que es mi piel
Porque tú eres mi religión.
Apretándolo, haciendo agujeros a la hebilla de la agonía
Que es dulce y sabe dar dentelladas.

Siento cómo se hunde en mi muslo, en mi corazón,
En el adentro que sólo tú palpas,
Con punzadas placenteras y llenas de noche.

Algo que hurga, que escuece,
Que me pone del revés.
Es lo que busco.
Algo que conoce mis flaquezas
porque las inventa
y se recrea en su poder.
Es lo que eres.
Que me atraviesa y me destruye,
que busca en mi amasijo mi placer.

Un trasnochar eterno en ti
Con abordaje canino y letal
Declinas mi vida que te ofrezco en bandeja
Porque prefieres de mí todo robarlo.
Ansías verme latir entre tus brazos
Así, desde abajo, se consumen las nubes negras
Que inundan tu cabeza y te sumergen en constante letargo.
Que estoy aquí para salvarte, digo.
Como el pájaro que se posa en tu corazón y se agita
Y se eleva y gorjea en su prisión
Así, así eres cuando soy.

7 comentarios:

  1. este poema es para meterlo en la mochila, llevárselo de viaje, y andarlo con pasos de estremecimiento.
    es una maravilla.
    abrazos miss

    ResponderEliminar
  2. Precioso poema... me ha emocionado profundamente. (casi demasiado). Gracias.

    ResponderEliminar
  3. Me ha encantado este poema. Tiene unas imágenes preciosas.

    Un saludo...:)

    Lidia

    ResponderEliminar
  4. fascinante, deja un escalofrío de coñac y seda

    salud por ti

    ResponderEliminar
  5. que bueno! tal cual!
    asi pasa cuando amamos! (es agotador, je)

    beso grande :)

    ResponderEliminar
  6. letras que desarman, que desalman, permitiendo a la carne temblar sola. te creces. un beso

    ResponderEliminar
  7. No puede ser más acertada la metafora del cilicio... pues el amor es una llama que quema y duele... y que se apaga a veces con un simple soplido... pero siempre deja quemaduras en el alma que se vuelven viejas, y nos recuerdan en momentos bajos lo intensos que fuimos... Un beso.

    ResponderEliminar