sábado, 16 de marzo de 2013

Blanca Varela


C  a  n  t  o     v  i  l  l  a  n  o
y de pronto la vida
en mi plato de pobre
un magro trozo de celeste cerdo
aquí en mi plato

observarme
observarte
o matar una mosca sin malicia
aniquilar la luz
o hacerla

hacerla
como quien abre los ojos y elige
un cielo rebosante
en el plato vacío

rubens cebollas lágrimas
más rubens más cebollas
más lágrimas

tantas historias
negros indigeribles milagros
y la estrella de oriente

emparedada
y el hueso del amor
tan roído y tan duro
brillando en otro plato

este hambre propio
existe
es la gana del alma
que es el cuerpo

es la rosa de grasa
que envejece
en su cielo de carne

mea culpa ojo turbio
mea culpa negro bocado
mea culpa divina náusea
no hay otro aquí
en este plato vacío
sino yo
devorando mis ojos
y los tuyos


C  l  a  r  o  s  c  u  r  o

yo soy aquella
que vestida de humana
oculta el rabo
entre la seda fría
y riza sobre negros pensamientos
una guedeja
todavía oscura

o no lo soy aquí
sino en el aire nublado del espejo
mirada ajena mil veces ensayada
hasta ser la ceguera

la indiferencia el odio
y el olvido
en la fronda de sombras y de voces
me acosan y rechazan

la que fui
la que soy
la que jamás seré
la de entonces

entronizada entre
entronizada
me contempla la muerte
en ese espejo
y me visto frente a ella

con tan severo lujo
que me duele la carne
que sustento

la carne que sustento y alimenta
al gusano postrero
que buscará en las aguas más profundas
dónde sembrar
la yema de su hielo

como en los viejos cuadros
el mundo se detiene
y termina
donde el marco se pudre

3 comentarios:

  1. El primero es gástrico y el segundo es el primero de nosotros, entonces me voy pensando que la poesía es la hija póstuma de las estrellas. Esas que tienen cielos dentro.

    Bs.

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  2. ¿Qué se le ha perdido al hueso roído, tan de amor, amor tan duro, en otro plato?
    Que regrese, o allá se pudra.

    Besos

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  3. Cada vez que entro en tu blog, me agrada más lo que veo...

    La muerte que está al acecho de la vida, de l amor, incluso del odio. Buenos poemas, amiga.

    Un abrazo, Ann@

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