Hablo
de tu cuerpo
del
enclave maravilloso que me depara la noche cuando te hallo
de
cómo se mueven en la cintura tus versos
que
saben a tierra ebria, profundidad y desmayo
a pozo fresco y caricias con demora que llegaron a tiempo.
Hablo
de la anatomía del momento
de
cómo se hunde el deseo rabioso
de
cómo tu cuerpo hiende mi cuerpo
de
cuando rebosan brumas y vuelos
de
la tinta de nuestra yugular latiendo arrebatadoramente.
Y
te hablo del pudor de las miradas al suelo
y de clavículas que se muestran indecentemente al mismo tiempo.
De
la carne que busca tu marfil
Del
umbral que dibuja mi pelo
De la sangría del amor
y de los charcos de esperanza que llovemos.
Hablo
de la sequedad que me cruje en habitaciones cerradas
Hablo
de vidas tibias con vistas maravillosas a ninguna parte
Del
escozor de las heridas invisibles que nos hacemos
en la oquedad de
nuestras manchas calientes
con el
drama que nos viste
y
el vacío que nos cobija.
De la sed del asfalto
y de la calma vagabunda que no nos halla.
De los signos derramados que nos hablan,
crucificados en lamentos a la deriva.
crucificados en lamentos a la deriva.
De
lágrimas como esquirlas que surcan mejillas
mientras
nos crecen las espinas en los adentros.
Hablo de la hondura de lo que nos devora
de los mapas que inventamos para llegarnos
y del delirio como certeza
del saberme perdida
en tus manos.
en tus manos.
Es preciosamente devastador,
ResponderEliminarme recuerda a lo que alguna vez tuve...
y ya no más.
beso
"La anatomía del momento"...Hermoso. Bico, miss!
ResponderEliminarPrecioso.
ResponderEliminares un placer, siempre, dejarse caer en las manos de tu poesía.
ResponderEliminarsea la hora que sea.
un fuerte abrazo miss.
enohrabuena y gracias, lo difundo
ResponderEliminar;)
Amiga, una delicia leerte.
ResponderEliminarTus versos huelen a pan recién cortado y a pasión incandescente. No dejes dejes de hacerlo, te superas día a día.
Este poema bien podría estar galardonado en uno de tantos concursos que recorren nuestra anatomía pata negra o por qué no, dentro de un poemario...
Un abrazo, Ann@
Tu poema, Miss, no da un solo segundo de tregua, cada verso muerde y cada imagen alimenta aún más que la anterior y viceversa...Un gran poema, en todo momento.
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