Hasta malherirme,
te maldigo
cuando tu mar
muerde mi costa, te maldigo
cuando no gastas la
vida, te maldigo
cuando me hallas
tan bizantina
que te pierdes escrutando
mi piel,
te maldigo
Me he buscado en
portales oscuros
me he visto en las
sajaduras que provoca el tiempo sin tocarse
Siempre hay casas
rotas cerca de los aeropuertos
como yo cuando me
alejo
Semáforos que
tiemblan como una canción de Quique González
como tiemblo yo en
el abrazo imaginado que no me abarca pero me duele
Como un reflejo
turbio y sucio
como un recuerdo
que se inventa
como un camino que
de tortuoso era muerte
como una bocanada
de calma que viene a colmarme y a derrumbarme
Una morfina de
ilusiones que crujen cuando caen al suelo del día siguiente
Cuando los ojos se
abren tanto que te destroza la luz
La luz como una
marea,
la luz de lucidez
la luz de escamas
que arañan paredes
éxtasis frente al
espejo
carne que se
aprieta
disciplina del
deseo que se me aferra y me enfrenta
Busco la
horizontalidad de tu cuerpo en los suelos que mojaremos
Trazo caricias
escondidas en lo amargo del túnel que cavas en mi memoria
sedentaria de tu
carne
en lo abstracto de
la pena que me dibuja y deja marcas
En la dialéctica de
los cuerpos a través
te encuentro
desnudo porque te busco verdadero
Despojarme de la
herida será complicado
conservaré las
huellas de tus ganas en mi piel
pero enterraré el
alma que vomité algunas noches
porque la tristeza
se me encierra por dentro
como una bestia
torturada
sin la libertad,
sin sosiego, sin futuro
ovillada en el
olvido que me endurece
El dolor no se agota
nunca
aquí yace un cuerpo
solitario lleno de claroscuros
que espera el parto de la desmemoria, desgranándose en ayeres
cuando el quejido que trae
el viento
es para mi alma,
tan derrumbada
tan errante
tan pequeña.
Poder decirte qué te ocurre.
ResponderEliminarPoder espantar al demonio.
No poder.
Esto es como una oración. Cada día te desnudas más tú. Tienes voz propia. Un poema donde se desnuda la herida y el poeta.
ResponderEliminarNo digo más porque lo mancharía. Me quedo en él.
Un beso querida Miss
Es como dormir desnudo, expuesto a cualquier monstruo de la noche. Dormir desnudo por propia decisión, para ver hasta dónde me lleva tanta fragilidad. Hablo de tu poema que habla de nosotros.
ResponderEliminarayyyyyyyyyyy missssssssssssssssss
ResponderEliminarte amo!!!!!!!!!!!
wow!!!!!!!!
Nuestras "bestias torturadas". Muchas veces me pregunto qué sería de nosotros, aquellos no tan pocos a quienes nos habitan, si no tuviéramos nuestras bestias torturadas. Posiblemente no existiría la mejor especie de poemas, cierta clase de música. No sabríamos qué significa de verdad la necesidad de desnudarse. No podríamos entender lo grande, indestructible y definida que puede ser un alma para sentirse frágil, desorientada y pequeña.
ResponderEliminarNo seríamos apenas nada sin nuestra grandiosa miseria.
No sé.
Y así nos condenamos a la exitinción.
ResponderEliminar