Para
Debrah
Algún día te lo
contaré todo,
también yo tengo
algunas cosas que contarte,y caerán las piezas del dominó y
la bomba atómica y se fragmentará en miles de
pedacitos de restos de naufragio la teoría de Newton
y danzaremos separadas por mamparas esmeriladas.
Algún día seré una esquiva gata y maullaré y me restregaré
por tus piernas cuyas rodillas oprimen mi cuello, y recorreré
los cubos de basura bajo el puente de Brooklyn, y
veré cómo te besas con tus amantes, cómo
se ponen en marcha los volcanes y las miserias
y se velan las armas y aullaré a pocos centímetros
de las aguas del Río Hudson y otros territorios
míticos encerrados entre las páginas de tus libros o entre las escamas
de un monstruo enloquecido, y se perderán mis poemas
y mis diarios, y moriré en París como César Vallejo y
también tendré ese día ya en mi recuerdo,
como tú recordabas Coney Island.
Algún día me armaré de valor y recordaré
ese deseo terrible que habita en la punta de la Vía Láctea
y me acompañará el aullido de los monos
y te lo contaré todo por fin y quedarás sepultada
bajo ese peso callado y frío como
un hastiado crimen en un lugar inhóspito y cruel
sin tiempo para identificar en la locura eso tan rojo
y moribundo semienterrado en la nieve,
blanda, fría, dulce, inofensiva nieve.
traducción de Miguel Ángel Maya
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