jueves, 3 de abril de 2014

la voluntad



































tendrá que ver con mis ojeras, con mis pómulos, con las puntas abiertas de mi pelo

tendrá que ver con hombros culpables, con pasos pegados a los arcenes que buscan luces largas que me cieguen. 

tendrá que ver con leer una prosa indecente en el momento inexacto de la hora bruja.

o unas gotas de ti como remedio homeopático que corten las cuerdas que tensionan cada músculo que me voy inventando. 


fui tercera hembra para un padre con los dedos cruzados pero le sacié de canchas mientras me dedicaba a esprintar sin mirar atrás, por eso del miedo y del bloqueo.  

defensa al hombre, me decían pero siempre dejé flancos.


nunca esperé mucho, si acaso la voluntad.


dejé libros a medias y amores roídos que se envuelven en papel albal para más tarde. 

cogí trenes nocturnos y soñé despierta atravesando paisajes oscuros que confesaban nostalgias ajenas. 

de día escribo frases con luz y al meterles mano cuando cae la tarde las vapuleo y las lleno de cansancio para que hagan juego con lo descolorido que traigo. 

por la mañana heroína que convierte fondos en simples decorados de tragedia. me dejo contenta y me pongo a bailar en cornisas ensalivadas de futuros llantos, suicida inmortal, cuánto más altas mejor, sabiéndome caída y esparcida una vez más.

tendrá que ver con la resaca que trae todo eso que se pudre dentro de no usarlo y mirarlo, como sueños caducos o el constante spoiler al que nos somete el pesimismo. 

que ya me haya aprendido no significa que no sea capaz de dolerme. de acecharme cuando me doy la espalda. de no tirar de la anilla cuando hace falta. perderme en mi álgebra alborotada de rutinas, estorbos e indultos que no me concederé nunca.


será que albergo esquinas desiertas que me guardo de postre o última voluntad. que todo me viene bien, camaleón en el dolor y en la alegría. esquizo, dócil, cala que recoge mar. 

nos sacudiremos vanamente al animal en celo que nos habita desde hace siglos.
desportillada el alma errante que alberga la súbita pena y la sonrisa que es arco deslumbrante y tablero en la deriva. 

confieso el agravio de amarte y el pasar del tiempo que endurece la mirada. confieso el vapor de pieles que sueña esta hembra que ensaya el tenerse en pie en mitad del daño. confieso ser un aparejo triste que traga y fabrica lluvia y se oxida de raíces a pestañas. desasida de la mano de la cordura, me dejo a lomos de la debilidad que me viste de idiomas raros cuando aprender a entenderse y a ir muriendo sea la hazaña.
 

6 comentarios:

  1. Siento que sos una mujer con el cuero curtido. Te abrazo, fuerte.

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  2. Waw, me ha impactado, aún no sabría decir si lo he comprendido del todo, pero eso me pasa mucho con algunos textos, debo regresar a ellos y descubrir que me dicen... por que lo que me dicen a mi no es lo mismo que dicen a otros, y posiblemente vaya mas allá de lo que quieran contar... es la magia de la literatura!

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  3. nuca esperé mucho, si acaso la voluntad.
    qué bonita eres miss.
    fuerte abrazo.

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  4. "nunca esperé mucho, si acaso la voluntad" touché, otra vez, y van...

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  5. "nos sacudiremos vanamente al animal en celo que nos habita desde hace siglos"

    intensa e impecalbe, como siempre

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