Me armo de desnudez para ti
no afloja la taquicardia de los amantes
se desvanece aún más la cordura si acaso
cuando te relincha el alma en el pecho
lo equilátero y lo deforme del corazón
se hace uno y bombea rojo a mares
vicioso horizonte siempre alejándose
descorcho el momento que no llega
con el afán de sacudirme el estremecimiento
pero el deseo es un gato que se eriza
y sus uñas espuelas al aliento
te amarras a mi respiración
sales y entras
un animal y su pulso
conquistas mis pulmones
pura posesión
tierra maleable,
barro, entraña, arte.
me arrodillé en mitad del poema
y atravesaste mi columna lentamente
vértebra a vértebra
y lo temido
el sexo como cráter en la hembra
que siempre despierta
me dolía tu recuerdo en la boca
y podría haber hecho coraza
con los deseos que me amputé
pero siempre me preferí expuesta
lamiendo tus acantilados.