viernes, 13 de febrero de 2015

reyerta y bonanza


“esta ausencia es hija de una altura equivocada, 
yo tengo el vicio del cielo, 
soy el único propietario del aire huesudo 
y de los pájaros fáciles” 
Pedro Casariego


Contengo todo lo que puede salvarme y todo lo que viene a hundirme
tablero en el océano y viga en el ojo.
Soy un cúmulo. Una nube que carga lluvia, tapa un sol, dibuja un oso, un rostro,
un perfil, una ensoñación.
Alimento del alma, encarnar la palabra.
Somos lo mejor y lo peor. Dagas y caricias.

La evocación es una suave marea, un slow-rock que a nadie interesa.
Tocar, desmembrar, abusar, morder.
Que la bonanza sea lo que ameriza en mi cuerpo tras el orgasmo.
Meretriz de la plenitud y la vida.
Tramontanas que azotan al deseo. Danzas internas sin fronteras.

El reverso del goce trae daño, 
será su altura, la velocidad,
poderoso dueño de las trampas, 
fauces bellas de la libertad,
tan despreocupados en la caída,
blandimos la luz entre los cuerpos,
nos mueve la turba de las ganas,
utensilios de piel y sangre, 
que sonríen, lloran y se llagan.

Te uso en cualquier rincón, en cualquier a solas
Ilimitada
Con mi cuerpo, cronista de nuestras batallas.
Diosa de la reyerta, tan atribulada,
me incrusto los momentos hermosos,
me los concedo, cual medalla/metralla
entre los muslos,
entre mis ramas.
Con toda la vegetación que traen las horas felices.
De ellas libo. Las alcanzo.
Me alcanzan.

Lo mejor, la historia no escrita que se teclea en la mente.
En las líneas de la furia, morder hasta sentir.
Sublimada a tu locura.
Empuja fondos, 
tinta, barbitúrico, 
jaleo de la carne.
Drama empeñado en la sangre.

Hay palabras que no parecen decir nada. Encriptadas.
Hasta que las dices tú y las conviertes,
las maleas. 
El hechizo de las calles mojadas,
cuando achicar espacios es abrazarse,
hacer de las pieles paredes de Pompeya,
y construir imperios con los deshechos,
con nuestras maravillosas nadas.
Hallar y usar la fuerza de los fuertes
y caer de pie tan destrozados.

Balanceo la pena dentro de mí
y hago poemas de las ausencias transitorias
cuando tú eres la odisea que subsiste,
desajuste del dolor en la herida,
prado incendiado.

Me vuelvo turbia, inclinada. Espejo cuchillo.
Ojala hablar de peonías y poemas sin aristas
ser vinilo de tu lengua
fuente de tu exceso
bonanza de tu travesía.
lo imposible. 



3 comentarios:

  1. leerte siempre salpica el vaso que se abandona a la inercia del vino y contra-inercia de las cicatrices, como un estremecimiento que abre rutas con alaridos

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  2. Te uso en cualquier rincón, en cualquier a solas
    Ilimitada
    Con mi cuerpo, cronista de nuestras batallas.
    Diosa de la reyerta, tan atribulada,
    me incrusto los momentos hermosos,
    me los concedo, cual medalla/metralla
    entre los muslos,
    entre mis ramas.
    Con toda la vegetación que traen las horas felices.
    De ellas libo. Las alcanzo.
    Me alcanzan.

    voy a recetarme estos versos como terapia de ausencias.
    eres una maravilla Miss.

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