jueves, 5 de marzo de 2015

corromperme contigo, deshabitar la escafandra
























Subir y bajar como una palangana de agua sucia en un burdel,
lo llaman ciclotimia. 
R. Wolfe



Me enseñas a medirme con la boca la distancia del labio al vientre
hasta aprenderme por dentro.
Me muestras cómo se desata la profundidad del instante,
dejar que se abra como un trozo de tierra seca
y hurgar en nuestros futuros con precisión suicida.

Me acercas a mi propio cuerpo
como a un chelo al que rasgar cada cuerda
notas como aullidos
desde el núcleo,
dilatar nuestras líneas con cualquier excusa.

Y hacer
del cuerpo, instrumento que ladra,
que se vierte,
que escuece en caídas,
serpentea, se derrota.

Del cuerpo, herramienta,
patchwork perverso de heridas, palabras, desiertos y atentados.

Me inventas espartana, descalza en la noche eléctrica.
de pecho inflamado en suspiros.
Sola, en mitad de una casa que se agranda por momentos.
Sola, en un campo de batalla tras la lucha
tras el eclipse de la cordura
tras la catarata de amor

A veces el derrumbe es delicioso
si las paredes estaban dentro.

Deshabitaré la escafandra
y exaltaré ahora el paisaje del abandono,
te haré inventario con mi innegable creencia en los pedazos.
Propios y ajenos.
Tuyos, míos.
Amalgama de los restos del naufragio que nos decorarán las orillas
y llamaré a las cosas por primera vez.

mientras huimos de la atrocidad de haber nacido y no sentirnos vivos.

2 comentarios:

  1. A veces yo también creo que existir es un desmoronamiento y posterior reconstrucción.

    A trozos te leo por que a trozos soy.

    Un saludo

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  2. Pero nunca es demasiado tarde para ello. Para sentirse. La determinación marca las pautas.

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