domingo, 27 de mayo de 2018

un latido épico



Quise escribir uno de esos, cotidianos, que sacamos a veces.
De esos de ponerte a mirar alrededor. De los que parimos once mil al día.
Y empezaba con la señora que me acababa de cruzar
y que se rompió un tobillo delante de mí al salir del bar de Ady, la rumana,
y llamamos a la ambulancia y tardaba. Y aquel señor que no está bien -según dicen los que están genial- orinaba en la puerta de Tanit, la peluquera, mientras tanto. Y la señora del tobillo roto, que iba de luto perenne, lloraba porque le dolían otras cosas que en el parte médico llamarían tibia, peroné o astrágalo.
Pero luego, al teclear, se me cruzó el “nuestra raíz está hablando”, de MSP, y ya me detuve en la magia negra de tu sonrisa y en la extrema-unción que un buen día vinimos a darnos. Yo, la hija de la inglesa, ya hice lo que pude por un tobillo roto pero ahora me embiste la rabia atroz como si una fuga de la carne, tantísimamente sola e inventando palabras. Y anidar en tu cabeza era la mejor manera de estrellarme. Y prefiero sacar lo cotidiano que llevo dentro porque eso me sirve a mí aunque quede menos bonito, menos empático y solidario.

Y teniendo en cuenta eso que acabo de leer, de que tal vez ni el carbono 14 será capaz de reconstruir los hechos verdaderos, yo sí vengo con la intención de dejar constancia de la combustión constante de dos terrenos alejados. Terruños, dirían. Yo traje cepas y buen vino. Otros verdearon, ondeando sábanas que querían mojarse allende las venas. Las nubes fueron las mismas y las ganas se encajaron. Y yo, que te rindo tributo al alba de cada día nuevo que viene a desgastarme, te soy lo cotidiano, el verso tonto de la servilleta del café que te alegra o te deprime. La rama que te escupe las gotas de rocío en la ráfaga de viento. La parada de metro que te saltas por andar en las nubes. El café que se te queda tibio y aún así te gusta. O la boca que te exprime en mitad de la madrugada. Lo que quieras, quiero. Y fuerte.  

4 comentarios:

  1. Sigas, pues, rindiendo tributo al alba-
    A los días que nunca don distintos
    Ay, qué cántico a lo cotidiano hiciste, Miss....!

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  2. Qué bien poetiza usted!!! Para llegar a lo hondo, lo profundo, solo nos queda vivir con strong. No hay otra manera de toparse con la esencia del mundo y sus consecuencias.

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  3. ¿No hay más de estos textos cotidianos? Me gustó mucho

    Abrazo

    De vuelta al ruedo,

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