que se detenga en el mirador de mi melena
y se desconsuele con la finta de la memoria
-instantánea y efímera-
que en mitad del derrumbe o de la fortaleza
sabe a vuelo y a estruendo de la carne
Que aparte lo que no sea valle
que apague lo que no sea fuego
y que atrape en su lengua todas las sales
Que se amarre a la furiosa elegancia de su ruina
como si fuera un don o un ejercicio gozoso
del deleite en la grieta
YO SOY LA ISLA
bordeada de arena, mar y precipicio
y tu mirada disolvente del vacío & manifiesto de los
destrozos
la sed y el diluvio
lo que hiere y hierve,
desembocadura de las rabias
y el brebaje-excitación en plena huida de uno mismo
Aproximación al aullido o allegro de la piel
cuando el tiempo se detiene
en el brillo y su función
Exploro el sonido del goce y tu calibre
traigo el cuerpo como enunciado
manglares bajo las caderas
y nuestra resurrección
YO, LA
ACCIDENTAL.
con el perímetro del desastre bien desdibujado
y el vestido del desaliento bien apretado
un huracán y sus consecuencias
el desvarío y el susurro desbocado a 40 grados
campo de batalla en el que ser Infierno en Movimiento
deambulando la kilométrica obsesión por desconocerse a uno
mismo
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