viernes, 29 de noviembre de 2019
tu écuyère y el infinito
a horcajadas sobre tu corazón
desmoronando laberintos
electricidad y lenguas mojadas que arriban tensas
tensísimas,
como nosotros,
así juntos y superlativos,
aguardando ese baile zíngaro
y fuera todas las distancias agonizantes
no tengo nada que decir con palabras
te dije que sólo traigo cuerpo
más allá de él, todo esto es pura parafernalia
un preliminar fatuo
ropa
una bengala en el océano
sin el calor del peligro que la ampare
ornamento sin delito
verdana o trebuchet
no hay decoración que supere el temblor
del abrazo rotundo
de los cuerpos
que como un arpegio se rasgan veloces
en la necesidad
de saberse tan exactos y ansiados
dijiste que dentro te crece una selva
que alegro la sombra de tus cejas
que te inyecté un sol de marzo
será un sol que brota de la carne
un caballo loco y el deseo descifrándose
más allá de todos los muros
donde algunos olvidaron lo que significa asombrarse
la ternura galopante y
todos los festivales de nuestras miradas
miradas que sajan por dentro
mirada atroz del que ama con todo
más corpulento que el dolor
es eso de quererse con rabia
reconocerse exhausto y perdido
y aún así amarrarse al oleaje más violento
vengo a callar tu territorio contra mi piel
con contundencia
y a tatuarte en mi párpado.
no tengo nada que decir con palabras
te digo que sólo traigo cuerpo
benditas y perversas brasas
y todas tus diversas latitudes
manantiales de luz
ladridos en el corazón y su volumen
para hacer nuestro el momento
y su acumulada infinitud
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