domingo, 19 de septiembre de 2021

Amor constante, más allá de la muerte - Francisco de Quevedo

Cerrar podrá mis ojos la postrera

sombra que me llevare el blanco día,

y podrá desatar esta alma mía

hora a su afán ansioso lisonjera;


 mas no, de esotra parte, en la ribera,

 dejará la memoria, en donde ardía:

 nadar sabe mi llama la agua fría,

 y perder el respeto a ley severa.


 Alma a quien todo un dios prisión ha sido,

 venas que humor a tanto fuego han dado,

 medulas que han gloriosamente ardido,


 su cuerpo dejará, no su cuidado;

 serán ceniza, mas tendrá sentido;

 polvo serán, mas polvo enamorado.








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