jueves, 30 de septiembre de 2010

Opiniones de un payaso - Heinrich Böll

Él no era realista, ni yo tampoco, y ambos sabíamos que los demás, con toda su vulgaridad, no eran más que realistas, estúpidos como las marionetas que se agarran por el cuello miles de veces y sin embargo no descubren jamás el hilo que las mueve.

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