jueves, 16 de junio de 2011
Ella es un silencio y un mar
Acabará otro día como acaba este mal poema
que olvidarás enseguida
porque la vida que imaginamos no existe
y llega un momento en el que no tienes nada que decir
sobre la lluvia.
Y cambias la fuente del texto
para repetir una y otra vez lo mismo,
mismos acordes,
mismo tono.
Tantos lazos adornando un vacío.
Idéntico vacío.
Hueco eterno en el segundo espacio intercostal.
Sueños como vestidos colgados
en el armario que arrasa la carcoma.
Subes el volumen de las palabras nunca dichas:
qué pena que te topes conmigo ahora
y me halles desarmada, vencida y desorientada,
equivocados los mapas,
de ahí mi tardanza.
Partir el horizonte para acercarte un poco
es imposible cuando ya el amor
es la piedra de un encendedor que gira inútilmente.
Por miedo a sentir miedo, viví aterrada.
Y del pegamento de los besos y de los bailes horizontales
que cada noche inventamos
nada quedará en nuestra piel,
si acaso en la piel de la memoria.
Eres un silencio y un mar, dijiste.
No lo niego.
la certeza no importa
ResponderEliminarMiss D
importa el instante que la confirma
o la desmorona
como estas letras
que con su cadencia de acordes rotos
se instala por debajo de la piel
y hace vibrar notas dormidas.
No lo niego.
un beso
una mañana descubriras cuan equivocada estabas,
ResponderEliminartodo es nuevo, hasta lo viejo es tremendamente inesperado y sorprendente
un mañana descubriras cuan equivocada estabas.
un abrazo de un desconocido