domingo, 23 de septiembre de 2012

préveza - Kostas Karyotakis‏



Muerte son los pájaros que chocan contra los negros muros y los techos,
muerte las mujeres que hacen el amor
como si pelaran cebollas.
Muerte las sucias, insignificantes calles
con sus ilustres y pomposos nombres,
los olivos, el mar en torno, y aún
el sol, muerte entre los muertos.
Muerte el inspector que verifica,
en la balanza, una porción incompleta,
muerte los nardos en el balcón
y el maestro con el diario.
Base, Guarnición, Regimiento de Préveza.
El domingo escucharemos la banda.
Abrí una cuenta en el Banco,
primer depósito: treinta dracmas.
Caminando lentamente hasta el muelle,
“¿existo?”, digo, y luego: “¡no existo!”.
Llega el barco. Izaron la bandera.
Quizás viene el señor Prefecto.
Si al menos, entre estos hombres,
uno muriera de aburrimiento…
Silenciosos, apesadumbrados, con modos graves,
todos nos divertiríamos en su entierro.

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