viernes, 5 de octubre de 2012

como Lisboa en 1755



el problema es que quiero interpretar tus caricias, repetir la escena frente al espejo, quiero función diaria con el mismo reparto. sabes que también tienes que fichar en mí y que sólo vale tu huella y tu hebilla. así se enciende la luz roja.  - si hubiera una luz roja al final del dichoso túnel nadie intentaría evitarla, no crees?- 

una sale a la calle y obedece semáforos y rostros conocidos. una compra un libro y se llena de paz. un escudo protector lleno de poesía. un halo que te dice: calma. una sobrevive sin alardear, en una ciudad llena de calles con nombres de muertos. callejero-cementerio. doble de queso y una sin. una sin qué? sin vida, sin rabia, sin tensión, sin pasión, sin tu mano oprimiendo mi cuello mientras me indagas. yo es que contigo he hecho un pantallazo de tetris maravilloso, salían chispas de nuestros raíles, ardían como Lisboa en 1755. era la rama que crujía con tu peso. la junta de dilatación que quería fallar y filtrar tu ansia.  
dame tus noches a solas, dame cada una de las vueltas que das buscando postura, dame ese gesto ancestral que llevas dentro como el buen can que eres, como el lobo que te habita. marca el territorio de tu carne. yo quiero hablar con el enemigo. quiero abrazarlo. quiero agarrarme a lo incurable que llevas dentro. empeñarme al diablo por tus madrugadas. una sonrisa sucia y una inexplicable rabia. gastar tu boca, tu nombre y tu alma. y que me digas qué hacer con el desolador deseo de amarte a todas horas. dónde lo meto, cómo aprendo a vivir con él, dime. eres mi vocación, mi escondite y el momento en el que me rindo. una tragedia maravillosa, una instantánea de ciudad abandonada, una polaroid en las manos de un niño que cree en la magia, un horizonte de antenas y ropa tendida. la distancia es un cristal y ando buscando piedras. amanezco muy brusca. será culpa de la ausencia. al otro lado de la noche hay pájaros durmiendo en las ramas. esperando volar, imaginando el vuelo. yo también, desciendo desarmada, dando la espalda al dolor, blanco fácil. crece la sangre, y crece el deseo. se demoran los besos mientras te recreas en mis afueras. lame el perímetro que te aflige y que te alimenta. es tuyo, terreno cercado, con perros salvajes que lo amparan. si el dolor es tierno como un amor de verano, yo soy la cala y espero el desembarco. 

1 comentario:

  1. El sismógrafo de tus palabras oscila con una intensidad que traspasa y hace temblar los sueños.
    Como tus f a s c i n a n t e s fotos de Jonè Reed.
    bss

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