¿Qué espero aún de la espiral del tiempo, de esos cuernos epílogos
que suenan en los bosques?
¿Quién atardece junto a mi corazón helado?
Por el paisaje gris de mi memoria, cruzan arrieros sin retorno, pastores y alfareros
olvidados, bardos ahogados en el miedo lacustre de sus propias leyendas.
Solo estoy, en esta noche última, coronado de cierzo y flores muertas.
Solo estoy, en esta noche última, como un toro de nieve que brama a las estrellas.
confiesa: tú trabajas en una biblioteca verdad.
ResponderEliminarme encanta que rescates a Julio.
abrazos.
Uffffffff...esa imagen final es una tromba.
ResponderEliminarEsperar del tiempo no es más que esperar de la nada, mejor tirarse al vacío de lo inmedible por agujas del reloj
ResponderEliminarEsta noche del 14 N me he sentido acompañado por miles de personas que bramaban por la Libertad.Me he sentido mejor. De vez en cuando no está mal tirarse a la calle, a pesar de la lluvia amarilla. He creído ver al espectro de Alberti con unas copas de más, confesándome eso de "no es más profundo el poeta en su oscuro subsuelo encerrado, su canto asciende a más profundo, cuando abierto en el aire ya es de todos los hombres" Nos hemos reido juntos y luego se ha ido a ligar con las estrellas de la manifa.
ResponderEliminarMe gusta tu blog.
Un abrazo sin nieve
otro abrazo junto a la espiral del tiempo coronada de estrellas
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