martes, 18 de diciembre de 2012

mi cielo es hoy un mar invertido



El que hace una bestia de sí mismo se deshace del dolor de ser hombre
Samuel Johnson 

Tiene puntas afiladas nuestra noche,
pero hoy no.
Hoy este cielo se muestra como un mar invertido 
con sus estrellas vivas y esponjosas por una vez.

Te presto mi vida para que la uses
porque lo sé ya todo de ese dolor atávico 
que empuja como la gente a las puertas del metro.

Cuando ya sólo queda ser uno mismo
qué desamparo.
Ser sedienta y ser salmo
y ser el adoquín que arrancas con tus manos.

Hacernos de líquidos sueños para yemas que arden por una vez
y así el fulgor de tu sonrisa
que tiene forma de aliento y corazonada
que tiene forma la noche 
de cuerpos cóncavos y convexos que se buscan.

Y aunque temamos que el hombre no sabe vivir 
sin convertir en hábito las cosas bellas,
y aunque sepamos que se tatúa por no olvidar 
hasta el dolor,
porque el dolor nos grita vida,
seguimos la vereda a tientas,
con un enjambre en el pecho,
porque estamos algo rotos, algo segunda mano,
y por eso acariciamos el fango y le escupimos a las estrellas,
porque esto es lo que tocamos y el resto son promesas.


7 comentarios:

  1. Me siento más invertido que nunca desde este evangelio de angora que ronronea mientras se lee.
    Besos

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  2. Y sí, el dolor nos ata a la vida, pero por elegir, elijo el trauma de la belleza, y la búsqueda infatigable del otro...Muy buen poema. El cielo me cosquillea entre las piernas...Beso

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  3. Un placer leerte nuevamente, Miss desastres. Por favor pasa por mi blog, tengo algo que entregarte. Gracias.

    Un beso

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  4. Algo rotos, si que estamos, ahora y siempre. Inexorable. Un abrazo.

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  5. "Y aunque temamos que el hombre no sabe vivir
    sin convertir en hábito las cosas bellas".
    En general y en particular, como de bueno este poema.
    Un abrazo.

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  6. gracias por acariciarnos con tus versos

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