...y escribe, mujer, que nos hicieron para eso
S.
nos hicieron para eso,
para meter los colores y sus sombras en las cajas que son los poemas.
pequeños féretros para la alegría,
pequeños nacimientos del dolor,
partos del espanto y la luz.
repletos de heridas gozosas y pozos que buscan cielos.
no hay arquitectura efímera en la palabra que parece rozar cuando embriaga
suspiramos versos en los que perdernos hasta encontrarnos
nadie entiende que hallo calma
en el peso de la pena.
cuido de mis extremos pues me hacen viva
y me ajusto la fuerza para morder y remar al mismo tiempo
albergan tanta poesía las flores
como los coches que gimen en mitad de la noche
y las piedras de nuestros fondos marinos eternamente húmedas.
una habitación agoniza
mientras la empapelamos de desafiantes caricias
y soñamos corrientes hermosas que nacen de la palabra voraz
que a la vez es el barco y la marea.
las palabras que se calzan nuestras venas
mientras pienso en el llanto como en el bautismo de la pérdida.
vamos a renacernos en cada portal,
aquí tu animal, como un bálsamo,
tan inexacta y brutal,
tan inundada en perseverancia.
no necesito cicerones para explorar tu mundo,
me bastan las señales de humo que inventas en la distancia
y mi curiosidad.
llévame a la boca la mudez de las palabras que conspiran por dentro
que me acongoja la soledad de los puentes
mientras el alma nos ensaya en noches hambrientas
madrugadas que saciamos en la piel del asfalto
rasgando en el vacío que se acumula,
Diógenes de la nada,
cuando traigo apetito en la mirada y la sonrisa no se contiene
llenando el mundo de fuegos, haciéndonos rehenes,
libándonos,
hermosos insectos de la sed.
porque te traigo este poema como la fiera que trae a su cría entre los dientes.
como la hembra que alberga nido entre sus piernas
y hace de sus llantos torrentes.
cuando ella se tiende hacia el abismo
en el descarnado palpitar que habita tu estremecimiento
el poema es el aire entre los dos cuerpos.
consigues revolcar no sé qué aullido y suspiro y credo y maldición y gotearlo en un estertor de tinta de seda y sangre, como costura deliciosamente innegociable y violenta y a la vez lo contrario y lo contrario
ResponderEliminarsiempre placer pasar por aquí
Esa cosa de atrapar un gesto al vuelo, tanta poesía...
ResponderEliminar"el poema es el aire entre los dos cuerpos"...y precisamente ese aire se hace puente en el poema...Repleto de imágenes viene este. Bicos
ResponderEliminares una maravilla este poema Miss, de principio a fin.
ResponderEliminares un sol que penetra en el bosque y son suspiros que entreabren la noche.
enhorabuena.
un inmenso abrazo.
me dejaste sin aire.
ResponderEliminartremendo. tremendo.
Estas palabras quiebran el aliento... y lo dejan suspendido... Espectacular.
ResponderEliminarTan inexacta y brutal
ResponderEliminarnadie entiende que hallo calma
ResponderEliminaren el peso de la pena
Nadie nos entiende, me identifico aquí y en todo su comienzo, en cada extremidad de este poema, es una caricia...un abrazo
Acojonante. Sencillamente desolador. Maldita poesía. Enhorabuena.
ResponderEliminarA unos para eso...a otros para otro! ;) Besos!
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