Cavante, andante
A veces
soy la sedentaria.
Arqueóloga en mí hundiéndome,
excavo mi porción de ayer
busco en mi fosa descubriendo
..............................................lo que ya fue o no fue
soy predadora de mis restos.
Mientras me desentierro y me descifro
................................................y recuento mi antigüedad,
pasa arriba mi presente y lo pierdo.
Otras veces
me desencorvo con olvido
pierdo el pasado y soy la nómada.
Exploradora del momento que me invade,
remo sobre mi canto suyo
rumbo al naufragio en rocas del callar,
o atravieso su repentino bosque mío
hacia el claro de muerte.
Y a extremas veces
mientras sobrecavándome
descubro al fondo mi
fulgor inmóvil ojo
de cerradura inmemorial,
soy avellave en el cenit
.............................................................ejerciendo
................................mi remolino.
soy la sedentaria.
Arqueóloga en mí hundiéndome,
excavo mi porción de ayer
busco en mi fosa descubriendo
..............................................lo que ya fue o no fue
soy predadora de mis restos.
Mientras me desentierro y me descifro
................................................y recuento mi antigüedad,
pasa arriba mi presente y lo pierdo.
Otras veces
me desencorvo con olvido
pierdo el pasado y soy la nómada.
Exploradora del momento que me invade,
remo sobre mi canto suyo
rumbo al naufragio en rocas del callar,
o atravieso su repentino bosque mío
hacia el claro de muerte.
Y a extremas veces
mientras sobrecavándome
descubro al fondo mi
fulgor inmóvil ojo
de cerradura inmemorial,
soy avellave en el cenit
.............................................................ejerciendo
................................mi remolino.
Yo me resisto
Yo me resisto,
en la calle de los ahorcados,
a acatar la orden
de ser tibia y cautelosa,
de asirme a la seguridad,
de acomodarme en la costumbre,
de usar reloj y placidez,
aventura a cuerda,
palabra pálida y mortal
y ojos con límites.
Yo me resisto,
entre las muelas del fracaso,
a cumplir la ley de cansarme,
de resignarme,
de sentarme en lo fofo del mundo
mortecina de una espada lánguida,
esperando el marasmo.
Yo me resisto,
acosada por silbatos atroces,
a la fatalidad
de encerrarme y perder la llave
o de arrojarme al pozo.
Con toda la médula
levanto, llevo, soy el miedo enorme,
y avanzo,
sin causa, cantando entre ausentes.
en la calle de los ahorcados,
a acatar la orden
de ser tibia y cautelosa,
de asirme a la seguridad,
de acomodarme en la costumbre,
de usar reloj y placidez,
aventura a cuerda,
palabra pálida y mortal
y ojos con límites.
Yo me resisto,
entre las muelas del fracaso,
a cumplir la ley de cansarme,
de resignarme,
de sentarme en lo fofo del mundo
mortecina de una espada lánguida,
esperando el marasmo.
Yo me resisto,
acosada por silbatos atroces,
a la fatalidad
de encerrarme y perder la llave
o de arrojarme al pozo.
Con toda la médula
levanto, llevo, soy el miedo enorme,
y avanzo,
sin causa, cantando entre ausentes.
Veo dos luchas. En el primero, contra la naturaleza inmanejable del tiempo que hace imposible alguna clase de sosiego. En el segundo, contra las condiciones del contrato de adhesión que impone el mundo que nos toca.
ResponderEliminarNo conocía la poesía de Amelia Biagioni: gracias.
Analizar un poema es como analizar un grito estando solo.
ResponderEliminarPero sí decirte que amé la locura de esta poeta, porque es locura hablar de la muerte y después mirarse las manos.
Un beso fuerte.
los últimos versos son de por si solos una imagen y un poema total
ResponderEliminarfelicitaciones
Gracias por estos dos regalos,
ResponderEliminarlucha y principios integros.
un abrazo
No conocía a esta autora.... Gracias...... me he quedado inquetamente impresionada...
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