miércoles, 19 de abril de 2017

compartir la carencia
























Así nos llegamos
cuando la poesía eran harapos con los que nos descubríamos
ante la atenta mirada de nadie
porque a veces los pozos y la sed no acaban de encontrarse

fascinados con nuestras atmósferas rotas y las quemaduras
fuimos inmediatez y rabia
tú trajiste el suero de tus palabras
y yo caricias acantilado
para compartir la carencia
y destruir su Potemkin
con nada más que nuestras manos

los sueños atávicos se pudren dentro
a una velocidad que perturba
la vida inventa deudas de lo que no hemos gastado
pero yo,
en tu límite afilado
vengo a apuntalarme
a escribir el abismo
y la catarata de mi desorden
y en el desborde del dolor
ten mis manos
hazme presa
cuerpo algodón
recodo, cauce

que me siento arruinada de gemidos
si no me das la caja de tu pecho y sus tambores

los cuerpos y su urdimbre se trazan
como bestias descarriadas
pero ellas tienen una ternura eléctrica

para los que se atreven a tocarlas














4 comentarios:

  1. "la vida inventa deudas de lo que no hemos gastado"

    se me clavó a hierro y whisky

    placer leerte otra vez, abrazo!

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  2. Quien no se atreva...no solo tiene los sueños podridos...
    F

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  3. Urdimbre... palabra nueva, gracias. El sentimiento es viejo y reencontrado.

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  4. regreso, aunque nunca me fui del todo. Imposible pasar de largo y no tocar
    J.

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