miércoles, 25 de septiembre de 2013

arderemos en todas direcciones






no entienden que tiro la basura en los poemas, 
que me arranco la piel seca, 
descascarillo cicatrices a ver si sangran de nuevo. 
mezo la herida porque la confundí con la vida hace tiempo 
y ya no sé cuál es cuál.












Arderemos en todas direcciones, sí, como un géiser envasado al vacío hasta el día de, hasta que reventemos en el poema y después la ristra de bombillas tristes tras la fiesta en la plaza del pueblo. Sí, como estrellas fugaces de fulgor mortal y deseos al viento. En las ramas de los árboles duermen los pájaros que picotean mi alma al alba. Puedo armar un poema con ráfagas de mal aliento, un poema que no se sostenga desde el principio porque ya alberga versos de fracaso. Puedo gastarlo como se gasta el asfalto de tanto pasarle por encima y aún tendré cosas que necesito decir. Tanto bello atropello que vender como lirismo. Como un corazón que bombea tinta sucia. Y entonces recordaré lo obsceno de tu tocarme como si quisieras llevarme al otro lado, pero al otro lado de qué. Al otro lado de las cosas que nos saben inciertas pero ansiamos. Cuando las mujeres escapan de las flores y los hombres se cuelgan medallones como anclas del despropósito. El amor es morderse y vomitarse. Y así derrocamos la tarde que nos nace ya moribunda y delata la noche y su color porque hay una ceniza que viene de los sueños, los sueños que arden por dentro y la cama como una barca que siempre vuelca y luego el frío. Hay un quejido que viene del tiempo que pasa lento. Hay un aullido sordo que delinque a oscuras en mi tímpano, desquiciante y tan lleno. Me clavo sus esquinas. Arriba despacio como un buque de guerra que viene encañonando,  una nube sin viento. Es el dolor. Rehén forzoso que no escapa de nosotros. Es eso que se me estrella por dentro, un monstruo con voz de crooner que pretende hacerle la autopsia a mi pasado. Ojalá remar en la incertidumbre y hacerme fuerte en ella. Como el perro que abandonan en la autopista y piensa que su dueño sólo está jugando. 
Voy a masticar tus palabras en el aislamiento. Trémula me desharé entre las hojas de un libro que llora violento, cuando tú, labriego de la desesperanza, abandonas el hueco y esperas el calor a la vuelta. 
La madeja enloquecida de mi cerebro tricota sinsentidos sin cesar y me dicta que con el hollín de nuestras venas cicatrizaremos en el poema más oscuro que siempre está por llegar.

sábado, 21 de septiembre de 2013

escorada en mi cuerpo


me pronuncio en tu ausencia
cuando embiste la pena
ahí donde el relámpago en el adentro que nadie ve,
ahí donde la moneda en el aire, 
que vuelca la suerte como un jarro en la tarde,
ahí
en el momento que es el cigarrillo que consumimos entre sábanas
repletos de nenúfares los pulmones,
desvanecidos
tan

así fundo la miseria como lingotes del propio olvido
cuando se me muerde la carne
del corazón que llevo prendido
en el verbo zarpazo que inventamos en la piel 


                                                fui espejo hasta que me removiste con tus manos


estoy cosida y cogida a las raíces
pero trepa mi mirada
sin decoro
sin compasión
con urgencia
zafarme de la angustia un instante

mi cuerpo es un sofá lleno de abrazos en plena distorsión
sueno tan distinta en mi firme propósito de no serte dañina
así entre bastidores, 
como amores deshilachados
deshabitados
suelos fríos.
tragándome la luz que entra a través de tus derribos
con el rugido de la sangre
con la vida abierta
con mis orillas en llamas
que me infectan,
que te infectan,
antes que cicatriz
ser herida fresca
con mis deseos como corrientes marinas que te pueden llevar a casa
o perderte en cualquier calle.

el amor, como un mal de altura
tan severa la noche
así en nuestras bocas
que saben a hierro y lumbre.

así, tan escorada en mi cuerpo
tan incendiada en versos
vomito el desastre
me miras
te miro, 
cógeme así hasta gastarme,
hurga en el deseo hasta atraparlo
después manosearlo
nunca fingirlo
y tirarlo
lanzarnos lejos
a los vértices del abismo
después de los gritos
después de los gemidos
que son llantos dulces
muertes que se aprietan entre las piernas
sacudidas del alma
calor que nace, quema, empieza y acaba.

después la casa, 
que se nos ha vaciado, 
y una paz que dura un momento
un momento en blanco.

lunes, 16 de septiembre de 2013

mi soledad soy yo de rodillas



Hasta malherirme, te maldigo
cuando tu mar muerde mi costa, te maldigo
cuando no gastas la vida, te maldigo
cuando me hallas tan bizantina
que te pierdes escrutando mi piel,
te maldigo

Me he buscado en portales oscuros
me he visto en las sajaduras que provoca el tiempo sin tocarse
Siempre hay casas rotas cerca de los aeropuertos
como yo cuando me alejo
Semáforos que tiemblan como una canción de Quique González
como tiemblo yo en el abrazo imaginado que no me abarca pero me duele

Como un reflejo turbio y sucio
como un recuerdo que se inventa
como un camino que de tortuoso era muerte
como una bocanada de calma que viene a colmarme y a derrumbarme
Una morfina de ilusiones que crujen cuando caen al suelo del día siguiente
Cuando los ojos se abren tanto que te destroza la luz
La luz como una marea,
la luz de lucidez
la luz de escamas que arañan paredes

éxtasis frente al espejo
carne que se aprieta
disciplina del deseo que se me aferra y me enfrenta

Busco la horizontalidad de tu cuerpo en los suelos que mojaremos
Trazo caricias escondidas en lo amargo del túnel que cavas en mi memoria
sedentaria de tu carne
en lo abstracto de la pena que me dibuja y deja marcas

En la dialéctica de los cuerpos a través
te encuentro desnudo porque te busco verdadero

Despojarme de la herida será complicado
conservaré las huellas de tus ganas en mi piel
pero enterraré el alma que vomité algunas noches
porque la tristeza se me encierra por dentro
como una bestia torturada
sin la libertad, sin sosiego, sin futuro
ovillada en el olvido que me endurece

El dolor no se agota nunca
aquí yace un cuerpo solitario lleno de claroscuros
que espera el parto de la desmemoria, desgranándose en ayeres
cuando el quejido que trae el viento
es para mi alma,
tan derrumbada
tan errante
tan pequeña.



 

miércoles, 4 de septiembre de 2013

en cueros
























Existe el puente roto y el hueco en el pecho de los descorazonados
Vamos a quedarnos a vivir en lo furioso y desordenado de los desmayos?
Qué es todo eso que nos trepa? Acaso viene a enturbiarnos la mirada?
Los párpados como una toalla que no da abasto
cuando el pasado es un cadáver irreconocible y tan amado

Me animo a aceptarme despoblada
No hay artificio en la sangre que arremete en nuestro fondo
no se evapora lo que fue llama
El vino o veneno del poema,
así en cueros, te digo que mi corazón nunca fue manso
así en cueros, te digo que me visto de tus caricias

Moriremos amando
aún cuando las esperanzas,
                                                     -nuestras perras hambrientas-
nos muerdan la mano

Voy a hablar de los relieves que nos inventamos
nuestra arquitectura es vértigo y frustración,
fúnebre arco iris de tierra mojada
En el doloroso retrato que dibuja el tiempo
para los bien dolidos,
los bien ajados por dentro,
sabemos que sólo fuimos dueños de la nada,
dioses del residuo
con las bocas bien emponzoñadas

Marginaré a la rabia que me doblega
y cribaré los días buenos de los malos.
Para mi furor haré espacio, para mi tedio una daga
Inventaré nuevos vuelos con los que en tu boca caer en picado
me ataré al deseo amplificado,
con el eco lastimoso y vigilante del que se toca a si mismo
por temor a ser tocado y no sentir nada.

Así en cueros, te digo que nos crecerán alas repletas de lodo
porque más allá de ser algo tan lírico como una partitura manchada de fracasos,
somos animales de mandíbulas domesticadas
que pretenden olvidar sus instintos
y no comerse con las manos.
 



domingo, 1 de septiembre de 2013

dos poemas de Amelia Biagioni




Cavante, andante


A veces
soy la sedentaria.

Arqueóloga en mí hundiéndome,
excavo mi porción de ayer
busco en mi fosa descubriendo
..............................................lo que ya fue o no fue
soy predadora de mis restos.

Mientras me desentierro y me descifro
................................................y recuento mi antigüedad,
pasa arriba mi presente y lo pierdo.


Otras veces
me desencorvo con olvido
pierdo el pasado y soy la nómada.

Exploradora del momento que me invade,
remo sobre mi canto suyo
rumbo al naufragio en rocas del callar,
o atravieso su repentino bosque mío
hacia el claro de muerte.

Y a extremas veces
mientras sobrecavándome
descubro al fondo mi
fulgor inmóvil ojo
de cerradura inmemorial,

soy avellave en el cenit
.............................................................ejerciendo
................................mi remolino.





Yo me resisto 


Yo me resisto,
en la calle de los ahorcados,

a acatar la orden

de ser tibia y cautelosa,

de asirme a la seguridad,

de acomodarme en la costumbre,

de usar reloj y placidez,

aventura a cuerda,

palabra pálida y mortal

y ojos con límites.



Yo me resisto,

entre las muelas del fracaso,

a cumplir la ley de cansarme,

de resignarme,

de sentarme en lo fofo del mundo

mortecina de una espada lánguida,

esperando el marasmo.



Yo me resisto,

acosada por silbatos atroces,

a la fatalidad

de encerrarme y perder la llave

o de arrojarme al pozo.



Con toda la médula

levanto, llevo, soy el miedo enorme,

y avanzo,

sin causa, cantando entre ausentes.