sábado, 29 de diciembre de 2012

amor medular




Temo tu verbo, claro que lo temo, sobre todo cuando se viste con caricias guillotina.
Hay algo emocionante en ese temor. Un acercarse al precipicio y resulta que yo corro hacia él, así, despavorida, como la que huye de la luz cegadora de la belleza. 

Tú no me quieres tamizada,
me ansías en carne viva,
con grumos, tropezones, tendones y rabia.
Ahí los nervios, bien vistosos. Para morderlos. Para tirar fuerte, para hacer manjar de la vida que nos hierve.
Tira bien fuerte porque ya mordí el anzuelo y la pieza es tuya.
Te gusta la sirena y te gusta la sal, eso ya lo dije.
Y las olas blancas aferradas con bajeras al colchón de nuestros mares, también lo dije. 

Sólo quiero envenenarme de amor y hacer trincheras con los escombros de los demás.
Y perdre l'oremus por las cosas buenas.
Que ladren los otros mientras custodian su nada. 

Eres la mímesis perfecta de esta hembra desbocada. 
Y así, descarnados, haciendo el fracaso, 
somos tan bellos, tan inexactos,
tan incomprendidos, tan ocaso. 

somos el ansia.

 


miércoles, 26 de diciembre de 2012

vencer las trampas - Gioconda Belli

Mujer-Pájaro, de la serie La danza de los malditos
 

Volvés a sentir el calorcito en la yema de los dedos,
la cosquilla de escribir en el estómago y sos de nuevo
poeta, mujer, pájara. Estás otra vez fértil y tierrosa
llenas de fuego líquido las venas que creías apagadas
        como ríos mansos.
Te alegrás en el júbilo de tu despertar con trinos y
        malinches.
En el fondo es como sentir que volviste a nacer, a
        pesar de
todas las trampas de la mediocridad y del exilio.


martes, 25 de diciembre de 2012

Fuegos - Marguerite Yourcenar


Cuando estás ausente, tu figura se dilata hasta el punto de llenar el universo. Pasas
al estado fluido, que es el de los fantasmas. Cuando estás presente, tu figura se condensa;
alcanzas las concentraciones de los metales más pesados, del iridio, del mercurio. Muero de
ese peso, cuando me cae en el corazón.

Soledad. . . Yo no creo como ellos creen, no vivo como ellos viven, no amo como ellos
aman... Moriré como ellos mueren.

El alcohol desembriaga. Después de beber unos sorbitos de coñac, ya no pienso en ti. 

No hay nada que temer. He tocado fondo. No puedo caer más bajo que tu corazón

Un corazón es tal vez algo sucio. Pertenece a las tablas de anatomía y al mostrador
del carnicero. Yo prefiero tu cuerpo.

Nos rodea la atmósfera de Leysin, de Montana, de los sanatorios de alta montaña
acristalados como acuarios, gigantescas reservas donde continuamente acude a pescar la
Muerte. Los enfermos escupen confidencias sanguinolentas, intercambian bacilos,
comparan cuadros de temperatura, se instalan en una camaradería de peligros. ¿Quién
tiene más lesiones, tú o yo?

¿A dónde huir? Tú llenas el mundo. No puedo huir más que en ti.


Nos acordamos de nuestros sueños, pero no recordamos nuestro dormir. Tan sólo
dos veces penetré en esos fondos, surcados por las corrientes, en donde nuestros sueños
no son más que restos de un naufragio de realidades sumergidas. El otro día, borracha de
felicidad como uno se emborracha de aire al final de una larga carrera, me eché en la cama
a la manera del nadador que se lanza de espaldas, con los brazos en cruz: caí en un mar
azul. Adosada al abismo como una nadadora que hace el muerto, sostenida por la bolsa de
oxígeno de mis pulmones llenos de aire, emergí de aquel mar griego como una isla recién
nacida. Esta noche, borracha de dolor, me dejo caer en la cama con los gestos de una
ahogada que se abandona: cedo al sueño como a la asfixia. Las corrientes de recuerdos
persisten a través del embrutecimiento nocturno, me arrastran hacia una especie de lago
Asfaltita. No hay manera de hundirse en este agua saturada de sales, amarga como la
secreción de los pájaros. Floto como la momia en su asfalto, con la aprensión de un
despertar que será, todo lo más, un sobrevivir. El flujo y reflujo del sueño me hacen dar
vueltas, a pesar mío, en esta playa de batista. A cada momento, mis rodillas tropiezan con tu
recuerdo. El frío me despierta, como si me hubiera acostado con un muerto.


Soporto tus defectos. Uno se resigna a los defectos de Dios. Soporto tu ausencia. Uno
se resigna a la ausencia de Dios.

Lo único horrible es no servir para nada. Haz de mí lo que quieras, incluso una
pantalla, incluso un metal buen conductor.

Amar con los ojos cerrados es amar como un ciego. Amar con los ojos abiertos tal vez
sea amar como un loco: es aceptarlo todo apasionadamente. Yo te amo como una loca.

Se llega virgen a todos los acontecimientos de la vida. Tengo miedo de no saber cómo
arreglármelas con mi dolor.

Ardiendo con más fuegos... Animal cansado, un látigo de llamas me azota con fuerza
las espaldas. He hallado el verdadero sentido de las metáforas de los poetas. Me despierto
cada noche envuelta en el incendio de mi propia sangre.

Cuando vuelvo a verte, todo se torna límpido. Acepto sufrir.

Nuestro amor es como Bizancio, de Henrik Nordbrandt

Nuestro amor es como Bizancio
tuvo que haber sido
la última noche. Tuvo que haber habido
me imagino
un resplandor en los rostros
de los que se agolpaban en las calles
o formaban pequeños grupos
en las esquinas de las calles y en las plazas
hablando en voz baja,
un resplandor que tuvo que haberse parecido
al que tiene tu cara
cuando te echas el pelo hacia atrás
y me miras.

Me imagino que no hablarían
mucho y solo de cosas
bastante indiferentes,
que tratarían de hablar
y se detuvieron
sin haber llegado a decir
lo que querían
y lo intentaron de nuevo
y lo volvieron a dejar
y se miraron mutuamente
y bajaron la mirada.

Los iconos muy antiguos, por ejemplo
tienen el mismo resplandor
que el flamígero fulgor de una ciudad en llamas
o el brillo que la muerte inminente
deja en las fotografías de muertos prematuros
en el recuerdo de los supervivientes.

Cuando me vuelvo hacia ti
en la cama, tengo la sensación
de entrar en una iglesia
que fue quemada
hace mucho tiempo
y donde solo ha quedado
la oscuridad en los ojos de los iconos
plenos de las llamas que los aniquilaron.




domingo, 23 de diciembre de 2012

tus versos feroces




No hay amores estériles. 
Y es inútil tomar precauciones. 
Cuando te dejo llevo dentro de mí el dolor, 
como una especie de hijo horrible.
Marguerite Yourcenar
 
Es la longitud de las horas en las que me revives
con versos feroces que escupes sobre mí cual metralla.

Allí estás
blandiendo un poema que viola mis noches,
un poema que rompe las jaulas
y jadea la pena
como manada de lobos 
en mitad de esta fe,
en mitad de esta certeza de naufragio,
en mitad de esta cacería de hambrientos desesperados.
Ya sólo quiero amarte siempre,
sin estribos,

con maldiciones,
rabias y fuegos.


Arrastrarme por tu senda
si el pavimento es tu piel
y mis huellas se hacen con el ansia del buen salvaje,
y te destruyen como sólo tú sabes dejarte destruir con ellas,
te alcanzan por detrás y estallas
entre mis brazos.

Te arrancas una piel que no sabías que aun tenías
y me enseñas tu esternón orgulloso,
tus intestinos, tus pulmones, tu corazón
como un puño, 
tu corazón como un puño que viene a golpearme
a demostrarme la vida,
como una planta invasora,
a sujetarme entre aleluyas, 
a mostrarme como es capaz de brillar nuestra suciedad
y qué bien nos sientan los harapos hechos con deseo y
desesperación.

Y qué delirio el arrancarnos la desidia con los dientes
y darnos dulce con las manos.
Qué brutalmente hermosa es la guerra cuando ha acabado
y la sábana de la cama es la rendición del que ya más no puede.


Héroes del abismo, héroes con las manos vacías y el corazón
rebosante
de esa nada que por fin lo es todo.

Héroes que ganan cuando se pierden.
 

sábado, 22 de diciembre de 2012

liebster blog

 
 Premio Liebster Blog, premio querid@, amad@ Blog, me lo ha otorgado Setefilla Almenara J.
y yo me siento pequeña y agradecida y sólo resta coger el testigo y hacer lo propio, recomendar cinco malditos y adictivos blogs:
 
-lekibbutzdeveraeikon
  
-intemperancia verbal 

-Mester de Paganía 

-La casa en penumbras 

-es naranja

si te apetece, haz lo mismo, pon el logotipo, (no he podido evitar tunearlo); nombra a cinco, con menos de doscientos seguidores, y que se corra la voz.

 


viernes, 21 de diciembre de 2012

Manuscrito - Gioconda Belli



"Voy  a escribir la historia de mi cuerpo entre tus manos. Me fue naciendo como una nueva muda de culebra. Floreció bajo el sol y se llenó de begonias, bromelias y cometas ante tus ojos y mis ojos asombrados. Mi cuerpo, cuando lo cercan tus brazos, se convierte en caballo, en yegua y sale a galopar por el placer de un beso. Se llena de hiedra para escalar las paredes de tu corazón y cubrirlo de susurros nacidos desde la misma entraña de la tierra. Mi cuerpo con todos sus resquicios impredecibles, rasga la noche con su cantar de guitarra del monte y enciende la oscuridad con su brillo de luciérnaga. Se pierde en vos con el abandono de un niño y abre sus ventanas de par en par para recibir la honda caricia, el pensamiento convertido en libélula alada, incitando a la selva a despertarse con su crujido de ramas. Mi cuerpo se vuelve planeta inexplorado donde posa el tuyo su navío del espacio; tiembla con la energía de un nuevo continente que se formó después de cataclismos sin nombre y sin historia.

Mi cuerpo desde siempre parece haberte querido, haberte estado esperando.

Se ha revelado desnudándose como una cueva que necesitara de tu palabra para abrir su secreto ante la magia de tu sonrisa, de tu cercanía, ante vos que te sabías la combinación oculta desde antes de tener memoria."

martes, 18 de diciembre de 2012

mi cielo es hoy un mar invertido



El que hace una bestia de sí mismo se deshace del dolor de ser hombre
Samuel Johnson 

Tiene puntas afiladas nuestra noche,
pero hoy no.
Hoy este cielo se muestra como un mar invertido 
con sus estrellas vivas y esponjosas por una vez.

Te presto mi vida para que la uses
porque lo sé ya todo de ese dolor atávico 
que empuja como la gente a las puertas del metro.

Cuando ya sólo queda ser uno mismo
qué desamparo.
Ser sedienta y ser salmo
y ser el adoquín que arrancas con tus manos.

Hacernos de líquidos sueños para yemas que arden por una vez
y así el fulgor de tu sonrisa
que tiene forma de aliento y corazonada
que tiene forma la noche 
de cuerpos cóncavos y convexos que se buscan.

Y aunque temamos que el hombre no sabe vivir 
sin convertir en hábito las cosas bellas,
y aunque sepamos que se tatúa por no olvidar 
hasta el dolor,
porque el dolor nos grita vida,
seguimos la vereda a tientas,
con un enjambre en el pecho,
porque estamos algo rotos, algo segunda mano,
y por eso acariciamos el fango y le escupimos a las estrellas,
porque esto es lo que tocamos y el resto son promesas.


lunes, 17 de diciembre de 2012

Test - Nicanor Parra

























Test
Qué es un antipoeta:
un comerciante en urnas y ataúdes?
un sacerdote que no cree en nada?
un general que duda de sí mismo?
un vagabundo que se ríe de todo
hasta de la vejez y de la muerte?
un interlocutor de mal carácter?
un bailarín al borde del abismo?
un narciso que ama a todo el mundo?
un bromista sangriento
deliberadamente miserable?
un poeta que duerme en una silla?
un alquimista de los tiempos modernos?
un revolucionario de bolsillo?
un pequeño burgués?
un charlatán?

un dios?

un inocente?

un aldeano de Santiago de Chile?
Subraye la frase que considere correcta.

Qué es la antipoesía:
un temporal en una taza de té?
una mancha de nieve en una roca?
un azafate lleno de excrementos humanos
como lo cree el padre Salvatierra?
unespejo que dice la verdad?
un bofetón al rostro
del Presidente de la Sociedad de Escritores?
(Dios lo tenga en su santo reino)
una advertencia a los poetas jóvenes?
un ataúd a chorro?
un ataúd a fuerza centrífuga?
un ataúd a gas de parafina?
una capilla ardiente sin difunto?

Marque con una cruz
la definición que considere correcta.



domingo, 16 de diciembre de 2012

Conjuros de la memoria - Gioconda Belli


No sé si un sol desmedido y burlón
me atravesará de punta a punta
cuando salten de mi pecho todos los gritos guardados
cuando se rompan las oscuridades
de mi perfecta catedral secreta
con el sostenido sonido del órgano medieval
ululando su voz de parto,
su alarido de queja y de tristeza.
 

Estoy como nací-desnuda-
mojada de lágrimas con el pelo chorreándome nostalgia
y un cansancio vetusto acomodado en mis huesos
y mientras me dejo ir en el humo,
viene su mano y me sostiene
y me levanta y me hace tronar de júbilo,
me zarandea las ganas de vivir,
me dice verde con ojos de monte
azul con el pelo espumoso de mar
estrella con las uñas brillantes
viento y sopla mi angustia y la desperdiga
y me hace nadar en el aire, retozar en los arroyos,
romper los relojes del tiempo,
borrar la huella de mis pequeños pecados
vueltos trascendentes por los oscuros designios
de su otro yo iracundo hermano de este duende iluminado
que me persigue en el sueño
en el que corro huyendo, siguiéndole yo a mi vez
juego de gato y ratón hasta que viene la lluvia
y la risa y volvemos a ser amantes helechos hojas atrapadas
en las correntadas de mayo y todo vuelve a empezar
cuando cruzamos lavados y nuevos
el umbral del paraíso.

sábado, 15 de diciembre de 2012

"È poesia quando porta in sé un segreto"- Giuseppe Ungaretti


E n   v e l a

Toda una noche en vela 
tumbado junto
a un compañero
masacrado
con su boca
y su crujir de dientes
vueltos hacia la luna llena
con la congestión
de sus manos
penetrada
en mi silencio
he escrito
cartas llenas de amor

Nunca estuve
tan
agarrado a la vida







P e r e g r i n a j e

Al acecho
entre estas tripas
de escombros
horas y horas
arrastré
mi esqueleto
gastado por el fango
como suela
o como semilla
de espino

Ungaretti
hombre de pena
te basta una ilusión
para darte valor 

Un reflector
allá
pone un mar
en la niebla
 




S o y   u n a   c r i a t u r a

Como esta piedra   
del San Michele
tan fría
tan dura
tan reseca
tan refractaria
tan completamente
inanimada

Como esta piedra
es mi llanto
que no se ve
La muerte
se paga
viviendo.

L'allegria (1916-1919)
Versiones de Marcos Rico Domínguez

viernes, 14 de diciembre de 2012

devastada







Mi rabia ya es vieja
y estoy acunando mi dolor hasta que se me desdibuje entre los brazos
y sea una simple estela de algo que fue poderoso.

Todo esto que me llega,
así, de pronto,
es una ola de salada dulzura
que atrapo
y que uso como manto en noches de ruina y fracaso.

Quiero que seas el fruncido de mi falda,
la espuma de mi café por la mañana
y contigo mancharme los labios.

Esto es un tango, una marea.
Ahora mismo el nudo en mi estómago me delata
porque te siento dentro, como un fuego que hace arder todos los libros que albergo.
Soy buen papel para tu hoguera.
Haz que arda todo y sal corriendo.

El deseo me brilla en los ojos como una brújula que te busca
y la urgencia me atraviesa cual lanza errada.

Que me estás iluminando las esquinas muertas
es una realidad.
Que devoras la memoria que me oxida como un hierro a la intemperie
otra verdad.

Se le gasta el filo al cuchillo
como al deseo se le rompen los anclajes,
pero ya me sé la historia
y sé hacerme los nudos para cuando llegue el viento
y me brinde tu romántico oleaje.


martes, 11 de diciembre de 2012

del sentirse desgarrados



cuando así me haces
cuando me vuelves destreza
y me vertebras con aleteos de acero

cuando me abarcas del alma a los colores que en mis mejillas,
con tu boca y tus ganas, me inventas,
y me trazas en acordes rotos y densos
desde dentro hacia afuera 

y me desmorono y resbalo en tu llanto,
llenándome como cántaro de agua fresca,
me desarmo de palabras, ropa y albas que no se encienden nunca.

justo ahí, en el pliegue de tu sonrisa en la mirada
que se abre como un regalo,
en las palabras que nacen de la humedad de tus labios
que me arrancan de lo amargo y me aprenden

y todo es ya de vientres que laten
pupilas que se dilatan
bocas que se enfrentan
barbillas que te tiemblan
y roces que te estallan.

ahí me encuentro en las calles que no cobijan nuestros abrazos
y me trampeo la memoria
con el gesto del exiliado que se enamora de los puertos que albergas en tu cuerpo
aunque aún no haya a ellos arribado.

y temo tanto que se me derrame el alma por las costuras
de tanto amor que me está creciendo por dentro,
como un árbol frondoso que me habita
y te acaricio con las raíces de mis dedos,
con las ramas de mis brazos,
con los esquejes de mi sexo. 

y temo tanto
mientras me acerco a mí misma
que ya no me dejo ventaja
que ya sólo quiero aprender cuando el dolor sea un perro y me muerda
y yo el sauce que ha de morir de tus hachazos.

y ahora sólo eso:

prenderme a tus latitudes
tirarme a tu piel de bruces
y sobrevivir a esta ceremonia del sentirse desgarrados.


lunes, 10 de diciembre de 2012

dos poemas de Julia Uceda


El silencio

Hay un vacío en el que no se oyen las zapatillas.
Y otro más profundo: el que disuelve nuestras manos.
Y nuestro cuerpo. Y sólo flotan unos ojos
que no lo parecen. Aunque daría lo mismo
porque ya no pensamos con palabras
que todo lo confunden.
                                                  Además
¿para qué edificar un templo de un grito?
Un grito que no suena en la expansión de las constelaciones.
Un grito que no oye el pastor de planetas.
Un grito que se llena, como un cubo, de huecos.
Un templo que visitan arenas y huracanes.
La boca ha gritado,
¿de qué huerto ha venido? ¿En qué lejana flor
se hará otra vez silencio,
historia no aprendida
y vida sin pregunta?
                                                  ¿En qué agua de otro tiempo
se pulió la mandíbula y su origen?
¿En qué apagado sol
se removió su cero antes del cero?
Gritar: tan sólo un accidente, una arruga en el aire.
                                                  Y un destrozo,
un harapo de algo; un desgarrón superfluo
desde el violento, desde el distraído
que empuja, pisa y habla alto. No grita.
                                                  Alto, sólo, habla.
Se oye su voz pavorreal.
Y el grito se desenrosca desde su sima profunda:
un poquito de aire que, primero,
tropieza con la esquina del pulmón,
garganta arriba. Luego ulula, asalta
la pared que contiene su infinitud,
su triste desmesura,
arañando su cárcel, resuelto en templo,
ecos en frío crisopacio que se aleja,
en el tiempo, de la boca: su nido.
Y nada alrededor. La boca mueve
sus alas sin sonido, sin sentido,
entre el agua y el huerto,
entre hueso temprano y légamo futuro,
entre el cero y el cero.
Entre el cero y su carga.




confesión en negro

Ahora puedo decir: esto era
la mayor parte de la vida. Lamento
sin embargo, aunque no
con excesiva pena,
no haber tenido nunca un dormitorio,
aunque por otra parte,
qué podía yo hacer con tantos muebles
y con tanta madera arrebatada
a aquellas tierras en donde nació...
                  Fue roja mi primera cama.
                  Tenía una plaquita, de San José y el Niño,
                  en el pequeño cabezal.
                  Recuerdo todavía
                  a los mayores discutiendo
                  que su compra era urgente pues la niña
                  no cabía en la cuna.
Fué peor
no acceder a los libros que, mudos, me llamaban
porque venían y se iban
más lejos cada vez. Igual que mis amigos,
que mis casas, que las viejas butacas,
que los paisajes encontrados.
                  Quién sabe todavía
                  en qué casa, en qué cuarto moriré.
Sin embargo, me alegro
de haber tenido, en USA, tres objetos: la boina
de hielo del dolor
de cabeza, el teléfono blanco
-en mi tierra eran negros-
de Mirna Loy, y haber averiguado
lo que desayunaban, en altas copas cristalinas,
las heroínas y los héroes
del cine. Eran pomelos: esa fruta
cuyo amargor no puedo soportar.

¿Y del amor? Punto y aparte.
Los quise. Me quisieron:
todos fueron mis gatos. Y hubo también tres perros.
Lo sé: no ha sido tan terrible.

domingo, 9 de diciembre de 2012

N.A.Die, Eton, 1916


"El amor siempre ha tenido una pierna rota; cuando te enamores no corras frenéticamente hacia tu elegida: la dama advertiría tu cojera y atrancaría todas sus puertas. Camina lentamente hacia ella; avanza un poco y retrocede un poco menos; cuando la alcances serás algo más viejo, pero ella te estará esperando sin paciencia, y te devorarán sus caricias y sus dientes de marfil"

sábado, 8 de diciembre de 2012

cuadernos amarillo, rojo, verde y azul - Pedro Casariego Córdoba


Qué bonitos eran los duelos. Me suena que en los duelos cada duelista tenía un padrino... parecerían bautizos, bautizos rojos en vez de blancos. ¡Ojalá los duelos volvieran a ponerse de moda!... Me ofende usted, caballerete. Le desafío. Pistolas. A las cuatro. No falte usted. Maldito ganapán. Los preparativos se hacían en secreto y a escondidas, como se hacen todas las cosas importantes. El olor de la pólvora es mucho más puro que el del incienso. A las 4 y 5 hay un hombre malherido. Eso se llama puntualidad. Esos gemidos se llaman agonía. Un hombre agoniza virilmente... así quiero yo agonizar en tus brazos...

viernes, 7 de diciembre de 2012

ésa, viene de alguna parte - Charles Bukowski


es probable que del ombligo o del zapato bajo la cama, o quizá de la boca del tiburón o del accidente de tráfico en la avenida que deja sangre y recuerdos esparcidos sobre la hierba.
viene del amor agriado bajo una luna de asfalto.
viene de gritos sofocados con algodón.
viene de manos sin brazos y brazos sin cuerpos y cuerpos sin corazón.
viene de cañones y pistolas y viejos gramófonos.
viene de parásitos con ojos azules y voces tenues.
viene de debajo de un órgano igual que una cucaracha.
viene una y otra vez.
está dentro de latas de sardinas y cartas.
está debajo de las uñas, donde te oprime mustia y aplastada.
es la señal en la barricada manchada de marrón.
es los soldaditos en el interior de tu cabeza a la carga con sus bayonetas de plomo.
es el primer beso y el último beso y las entrañas del perro que se derraman como un río.
viene de alguna parte y nunca deja de venir.

yo, y esa vieja: la tristeza.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

el alfabeto de mi sed


“Me asomo a los ladridos”
Oliverio Girondo

ahí te retengo, unos instantes, 
antes de que tú caigas
antes de que yo me levante
montamos guardia
es la garita perfecta
llena de víveres que son nuestra carne
alimento vivo
y con las manos darnos caza
cuando vence el día
justo cuando quiebra tu madrugada
intercambio de líricas caladas 
y aún quedan brasas con las que te prendo en mi horizonte.
 
(se dibujan como anclas sonrisas en nuestros rostros)

existe el bálsamo perfecto
entre la sed y la lluvia
de una tierra que se abre
sabia, roja y ardiente.
 
sobredosis de risas, palabras y jadeos. 
todo de nuestras bocas
aire que muta de nuestros adentros
antes, amasijo de hermosos sueños
ahora, dueños de nuestro propio alfabeto
que devoran mutuamente
nuestras lenguas y nuestros idiomas.


(cuánto quisimos destrozar las palabras
y hacer que sucediesen)