Has visto,
verdaderamente has visto
la nieve, los astros, los pasos afelpados de la brisa...
Has tocado,
de verdad has tocado
el plato, el pan, la cara de esa mujer que tanto amás...
Has vivido
como un golpe en la frente,
el instante, el jadeo, la caída, la fuga...
Has sabido
con cada poro de la piel, sabido
que tus ojos, tus manos, tu sexo, tu blando corazón,
había que tirarlos
había que llorarlos
había que inventarlos otra vez.
viernes, 31 de diciembre de 2010
miércoles, 29 de diciembre de 2010
lunes, 27 de diciembre de 2010
Cartas a Milena - Franz Kafka
Sin fecha
Sábado por la noche.
Aún no he recibido la carta amarilla, te la devolveré sin abrir. Me lamentaría el resto de mi vida si la idea de no escribirnos más no fuera la más correcta. Mas no me equivoco, Milena. No quiero seguir hablando de ti, no porque no sea asunto mío, sí lo es; pero sencillamente no quiero hablar de ello. Así que hablemos de mí: lo que tú eres para mí, Milena, lo que eres para mí más allá de todo el mundo en que ambos vivimos, eso no lo encontrarás en los papeluchos diarios que te he escrito. Esas cartas, tales como son, solo sirven para atormentarse, y cuando no atormentan es peor todavía. No sirven de nada, salvo para crear un día, en Gmün, malentendidos, humillaciones, humillaciones casi perpetuas. Quiero verte tan nítidamente como aquella primera vez en la calle, pero las cartas distorsionan tu imagen aún más que el bullicio de la calle L. Pero todo esto no es importante comparado con mi impotencia, una impotencia que las cartas hacen crecer, la impotencia de llegar al fondo de estas; impotencia tanto en lo que se refiere a ti como en lo que se refiere a mí -mil cartas tuyas y mil deseos míos no podrían negarlo-, y lo decisivo es la voz irresistiblemente fuerte, por así decir tu voz (quizá a causa de mi misma impotencia, aunque aquí todos los motivos quedan poco definidos), que me pide que calle. Y sin embargo todo lo que a ti se refiere queda en el aire, borroso, aunque aparezca en la mayoría de tus cartas (quizá también en la amarilla, o más bien: aparece en el telegrama en que me pides que te devuelva la carta, con todo derecho, claro), a menudo en esas fases que me inspiran miedo y que eludo como el diablo evita los lugares sagrados. Es verdad, también yo quería telegrafiarte, pensé largamente en ello, en cama por la tarde, en el Belvedere por la noche; pero solo me preocupaba el texto: finalmente me pareció que implicaba una odiosa e injustificada desconfianza y al final no lo hice.
Aquí estoy, sentado frente a esta carta, sin nada más que hacer, a la una y media de la madrugada; mirando sus palabras y viéndote a través de ellas. A veces, no en sueños, se me aparece esta visión: tienes la cara cubierta por el pelo, consigo separarlo y apartarlo hacia ambos lados, aparece tu cara, mis dedos recorren tu frente y tus sienes y al fin he conseguido retener tu rostro entre mis manos.
Lunes
Quise romper esta carta, no mandarla, no contestar a tu telegrama, los telegramas son tan fríos, pero ahora además tengo la tarjeta y la carta, esa tarjeta, esa carta. (…) Callar es la única manera de vivir, en todas partes. Con tristeza, de acuerdo, pero ¿eso qué importa? Así el sueño es más infantil y más profundo. Pero el tormento es como un arado que surca el sueño -y el día-, se vuelve insoportable.
Sábado por la noche.
Aún no he recibido la carta amarilla, te la devolveré sin abrir. Me lamentaría el resto de mi vida si la idea de no escribirnos más no fuera la más correcta. Mas no me equivoco, Milena. No quiero seguir hablando de ti, no porque no sea asunto mío, sí lo es; pero sencillamente no quiero hablar de ello. Así que hablemos de mí: lo que tú eres para mí, Milena, lo que eres para mí más allá de todo el mundo en que ambos vivimos, eso no lo encontrarás en los papeluchos diarios que te he escrito. Esas cartas, tales como son, solo sirven para atormentarse, y cuando no atormentan es peor todavía. No sirven de nada, salvo para crear un día, en Gmün, malentendidos, humillaciones, humillaciones casi perpetuas. Quiero verte tan nítidamente como aquella primera vez en la calle, pero las cartas distorsionan tu imagen aún más que el bullicio de la calle L. Pero todo esto no es importante comparado con mi impotencia, una impotencia que las cartas hacen crecer, la impotencia de llegar al fondo de estas; impotencia tanto en lo que se refiere a ti como en lo que se refiere a mí -mil cartas tuyas y mil deseos míos no podrían negarlo-, y lo decisivo es la voz irresistiblemente fuerte, por así decir tu voz (quizá a causa de mi misma impotencia, aunque aquí todos los motivos quedan poco definidos), que me pide que calle. Y sin embargo todo lo que a ti se refiere queda en el aire, borroso, aunque aparezca en la mayoría de tus cartas (quizá también en la amarilla, o más bien: aparece en el telegrama en que me pides que te devuelva la carta, con todo derecho, claro), a menudo en esas fases que me inspiran miedo y que eludo como el diablo evita los lugares sagrados. Es verdad, también yo quería telegrafiarte, pensé largamente en ello, en cama por la tarde, en el Belvedere por la noche; pero solo me preocupaba el texto: finalmente me pareció que implicaba una odiosa e injustificada desconfianza y al final no lo hice.
Aquí estoy, sentado frente a esta carta, sin nada más que hacer, a la una y media de la madrugada; mirando sus palabras y viéndote a través de ellas. A veces, no en sueños, se me aparece esta visión: tienes la cara cubierta por el pelo, consigo separarlo y apartarlo hacia ambos lados, aparece tu cara, mis dedos recorren tu frente y tus sienes y al fin he conseguido retener tu rostro entre mis manos.
Lunes
Quise romper esta carta, no mandarla, no contestar a tu telegrama, los telegramas son tan fríos, pero ahora además tengo la tarjeta y la carta, esa tarjeta, esa carta. (…) Callar es la única manera de vivir, en todas partes. Con tristeza, de acuerdo, pero ¿eso qué importa? Así el sueño es más infantil y más profundo. Pero el tormento es como un arado que surca el sueño -y el día-, se vuelve insoportable.
domingo, 26 de diciembre de 2010
High fidelity - Nick Hornby
Me da la impresión de que si pones la música (y los libros posiblemente, y el cine, y el teatro, y las cosas que tienen sentimiento y que te hacen sentir) en el centro de tu ser, no podrás aclarar ni en broma tu vida amorosa; no podrás pensar en esa vida amorosa como quien piensa en el producto acabado. Tendrás que pasarte la vida dándole caña, tendrás que mantenerla viva y revuelta; tendrás que darle caña sin parar, desenmarañarla a cada paso, hasta que se te deshaga entre las manos y te veas obligado a empezar otra vez de cero. A lo mejor es que todos vivimos la vida a una intensidad excesivamente alta, al menos los que nos pasamos el día entero absorbiendo cosas de alta carga emocional, y es consecuencia lógica que no podamos sentirnos meramente contentos: tenemos que ser infelices, o si no vivir en éxtasis, en un estado de completa felicidad, y esos estados son difíciles de alcanzar dentro de una relación de pareja sólida y estable. Puede que Al Green sea directamente responsable de más cosas de las que había supuesto. Está visto, los discos me han ayudado a enamorarme, sin duda. Oigo un tema nuevo, con un cambio de acorde que me derrite las entrañas, y sin darme ni cuenta ando buscando una chica, y antes de que me dé cuenta la he encontrado. Me enamoré de Rosie, la de los orgasmos simultáneos, justo después de enamorarme de una canción de los Cowboy Junkies; la ponía sin parar, una y otra vez, y me ponía en plan soñador, y necesitaba una chica con la que soñar, y la encontré, y …bueno, todo un problemón.
La invención de la soledad - Paul Auster
Hoy, dando vueltas sin rumbo por la casa, deprimido y con la sensación de haber perdido el hilo de lo que quiero decir, me encontré con estas palabras en una carta de Van Gogh: “Como cualquier otra persona, siento la necesidad de una familia, de amigos, de afecto y de encuentros amistosos. No estoy hecho de hierro ni de piedra, como una boca de riego o un poste de luz”.
Tal vez sea eso lo que realmente cuenta: llegar a lo más profundo del sentimiento humano, a pesar de las evidencias.
Tal vez sea eso lo que realmente cuenta: llegar a lo más profundo del sentimiento humano, a pesar de las evidencias.
viernes, 24 de diciembre de 2010
Después de las fiestas - Julio Cortázar
Y cuando todo el mundo se iba
y nos quedábamos los dos
entre vasos vacíos y ceniceros sucios,
qué hermoso era saber que estabas
ahí como un remanso,
sola conmigo al borde de la noche,
y que durabas, eras más que el tiempo,
eras la que no se iba
porque una misma almohada
y una misma tibieza
iba a llamarnos otra vez
a despertar al nuevo día,
juntos, riendo, despeinados.
y nos quedábamos los dos
entre vasos vacíos y ceniceros sucios,
qué hermoso era saber que estabas
ahí como un remanso,
sola conmigo al borde de la noche,
y que durabas, eras más que el tiempo,
eras la que no se iba
porque una misma almohada
y una misma tibieza
iba a llamarnos otra vez
a despertar al nuevo día,
juntos, riendo, despeinados.
sábado, 18 de diciembre de 2010
Bolero - Julio Cortázar
Qué vanidad imaginar
que puedo darte todo, el amor y la dicha,
itinerarios, música, juguetes.
Es cierto que es así:
todo lo mío te lo doy, es cierto,
pero todo lo mío no te basta
como a mí no me basta que me des
todo lo tuyo.
Por eso no seremos nunca
la pareja perfecta, la tarjeta postal,
si no somos capaces de aceptar
que sólo en la aritmética
el dos nace del uno más el uno.
Por ahí un papelito
que solamente dice:
Siempre fuiste mi espejo,
quiero decir que para verme tenía que mirarte.
que puedo darte todo, el amor y la dicha,
itinerarios, música, juguetes.
Es cierto que es así:
todo lo mío te lo doy, es cierto,
pero todo lo mío no te basta
como a mí no me basta que me des
todo lo tuyo.
Por eso no seremos nunca
la pareja perfecta, la tarjeta postal,
si no somos capaces de aceptar
que sólo en la aritmética
el dos nace del uno más el uno.
Por ahí un papelito
que solamente dice:
Siempre fuiste mi espejo,
quiero decir que para verme tenía que mirarte.
viernes, 17 de diciembre de 2010
El Anti-Edipo - Friedrich Nietzsche
Suponiendo que un día, o una noche, un demonio te siguiera a tu soledad última y te dijera: “Esta vida, tal como la has vivido y estás viviendo, la tendrás que vivir otra vez infinitas veces; y no habrá en ella nada nuevo, sino que cada dolor y cada placer y cada pensamiento y suspiro y todo lo indeciblemente pequeño y grande de tu vida te llegará de nuevo, y todo en el mismo orden de sucesión, también esta araña y este claro de luna por entre los árboles, y este instante y yo mismo. El eterno reloj de arena de la existencia es vuelto una y otra vez, ¡y a la par suya tú, grano de polvo de polvo!”; suponiendo que así te hablara, ¿te arrojarías al suelo rechinando los dientes y maldiciendo al demonio que así te habló? O has experimentado alguna vez un instante tan tremendo en el que contestarías: “¡eres un dios y jamás he oído decir nada tan divino!”
Francis Bacon
“Lo único verdaderamente interesante de la vida es lo que pasa entre dos personas en un cuarto."
martes, 14 de diciembre de 2010
A una mujer - Julio Cortázar
No hay que llorar porque las plantas crecen en tu balcón,
no hay que estar triste
si una vez más la rubia carrera de las nubes te reitera lo inmóvil,
ese permanecer en tanta fuga. Porque la nube estará ahí,
constante en su inconstancia cuando tú, cuando yo
-pero por qué nombrar el polvo y la ceniza.
Sí, nos equivocábamos creyendo que el paso por el día
era lo efímero, el agua que resbala por las hojas hasta hundirse en la tierra.
Sólo dura la efímero, esa estúpida planta que ignora la tortuga,
esa blanda tortuga que tantea en la eternidad con ojos huecos,
y el sonido sin música, la palabra sin canto, la cópula sin grito de agonía,
las torres del maíz, los ciegos montes.
Nosotros, maniatados a una conciencia que es el tiempo,
no nos movemos del terror y la delicia,
y sus verdugos delicadamente nos arrancan los párpados
para dejarnos ver sin tregua cómo crecen las plantas del balcón,
cómo corren las nubes al futuro.
¿Qué quiere decir esto? Nada, una taza de té.
No hay drama en el murmullo, y tú eres la silueta de papel
que las tijeras van salvando de lo informe: oh vanidad de creer
que se nace o se muere,
cuando lo único real es el hueco que queda en el papel,
el golem que nos sigue sollozando en sueños y en olvido.
no hay que estar triste
si una vez más la rubia carrera de las nubes te reitera lo inmóvil,
ese permanecer en tanta fuga. Porque la nube estará ahí,
constante en su inconstancia cuando tú, cuando yo
-pero por qué nombrar el polvo y la ceniza.
Sí, nos equivocábamos creyendo que el paso por el día
era lo efímero, el agua que resbala por las hojas hasta hundirse en la tierra.
Sólo dura la efímero, esa estúpida planta que ignora la tortuga,
esa blanda tortuga que tantea en la eternidad con ojos huecos,
y el sonido sin música, la palabra sin canto, la cópula sin grito de agonía,
las torres del maíz, los ciegos montes.
Nosotros, maniatados a una conciencia que es el tiempo,
no nos movemos del terror y la delicia,
y sus verdugos delicadamente nos arrancan los párpados
para dejarnos ver sin tregua cómo crecen las plantas del balcón,
cómo corren las nubes al futuro.
¿Qué quiere decir esto? Nada, una taza de té.
No hay drama en el murmullo, y tú eres la silueta de papel
que las tijeras van salvando de lo informe: oh vanidad de creer
que se nace o se muere,
cuando lo único real es el hueco que queda en el papel,
el golem que nos sigue sollozando en sueños y en olvido.
lunes, 13 de diciembre de 2010
Dylan Thomas
Han pasado los días fértiles y ahora cada poema es el más duro y desgraciado acto de creación (...) Cada día me pongo más oscuro. Me da dolor físico escribir un poema. Siento que todos los músculos se me contraen cuando trato de arrancar las palabras arremolinadas alrededor de mis eternas ideas sobre la importancia de la muerte en la vida.
domingo, 12 de diciembre de 2010
Hablen, tienen tres minutos... - Julio Cortázar
De vuelta del paseo
donde junté una florecita para tenerte
entre mis dedos un momento,
y bebí una botellas de Beaujolais,
para bajar al pozo donde bailaba un oso luna,
en la penumbra dorada de la lámpara
cuelgo mi piel y sé que estaré solo en la ciudad
más poblada del mundo.
Excusarás este balance histérico,
entre fuga a la rata y queja de morfina,
teniendo en cuenta que hace frío,
llueve sobre mi taza de café,
y en cada medialuna
la humedad alisa sus patitas de esponja.
Máxime sabiendo que pienso en ti obstinadamente,
como una ciega máquina, como la cifra que repite
interminablemente el gongo de la fiebre
el loco que cobija su paloma en la mano,
acariciándola hora a hora
hasta mezclar los dedos y las plumas
en una sola miga de ternura.
Creo que sospecharás esto que ocurre,
como yo te presiento a la distancia en tu ciudad,
volviendo del paseo donde quizá juntases
la misma florecita, un poco por botánica,
un poco porque aquí,
porque es preciso
que no estemos tan solos,
que nos demos un pétalo,
aunque sea un pasito, una pelusa.
donde junté una florecita para tenerte
entre mis dedos un momento,
y bebí una botellas de Beaujolais,
para bajar al pozo donde bailaba un oso luna,
en la penumbra dorada de la lámpara
cuelgo mi piel y sé que estaré solo en la ciudad
más poblada del mundo.
Excusarás este balance histérico,
entre fuga a la rata y queja de morfina,
teniendo en cuenta que hace frío,
llueve sobre mi taza de café,
y en cada medialuna
la humedad alisa sus patitas de esponja.
Máxime sabiendo que pienso en ti obstinadamente,
como una ciega máquina, como la cifra que repite
interminablemente el gongo de la fiebre
el loco que cobija su paloma en la mano,
acariciándola hora a hora
hasta mezclar los dedos y las plumas
en una sola miga de ternura.
Creo que sospecharás esto que ocurre,
como yo te presiento a la distancia en tu ciudad,
volviendo del paseo donde quizá juntases
la misma florecita, un poco por botánica,
un poco porque aquí,
porque es preciso
que no estemos tan solos,
que nos demos un pétalo,
aunque sea un pasito, una pelusa.
William Somerset Maugham
"...prefiero ser Becky Sharp y un monstruo de la perversidad que ser Amelia y un monstruo de la estupidez".
Síndrome - Mario Benedetti
Todavía tengo casi todos mis dientes
casi todos mis cabellos y poquísimas canas
puedo hacer y deshacer el amor
trepar una escalera de dos en dos
y correr cuarenta metros detrás del ómnibus
o sea que no debería sentirme viejo
pero el grave problema es que antes
no me fijaba en estos detalles.
casi todos mis cabellos y poquísimas canas
puedo hacer y deshacer el amor
trepar una escalera de dos en dos
y correr cuarenta metros detrás del ómnibus
o sea que no debería sentirme viejo
pero el grave problema es que antes
no me fijaba en estos detalles.
jueves, 9 de diciembre de 2010
Kafka a Max Brod, Praga, 17-XII,1910
Cuando a la izquierda finalizan los ruidos del desayuno, comienzan a la derecha los ruidos del almuerzo, por doquier abren puertas como si quisieran abrir boquetes en las paredes. Pero ante todo permanece el centro de la desgracia. No puedo escribir; no he producido ni una sola línea que reconozca como mía, pero por el contrario he borrado todo cuanto he escrito después de París, que no era mucho. Mi cuerpo entero me advierte ante cada palabra; cada palabra, antes de que permita que yo la escriba, mira primero en torno suyo.
Las frases se me parten prácticamente, veo su interior y entonces tengo que acabar en seguida
Las frases se me parten prácticamente, veo su interior y entonces tengo que acabar en seguida
martes, 7 de diciembre de 2010
High fidelity - Nick Hornby
A lo largo de los últimos dos años, aquellas fotos mías de cuando era niño, las fotos que nunca quise que vieran mis novias, han empezado a producirme una punzada de no sé qué, porque no es exactamente infelicidad, pero sí un pesar a la vez llevadero y profundo. Hay una en la que salgo con un sombrero de vaquero, apuntando con un revólver a la cámara, empeñado en parecer un perfecto vaquero pero sin conseguirlo. Quiero pedirle disculpas a ese pequeño, decirle que lo siento, que le he decepcionado. Yo era el que presuntamente tenía que cuidar de él, pero la he jodido: me equivoqué en los momentos malos, y ese crío ha terminado por convertirse en mí.
lunes, 6 de diciembre de 2010
Sí, sí - Charles Bukowski
cuando Dios creó el amor no ayudó mucho
cuando Dios creó a los perros no ayudó a los perros
cuando Dios creó las plantas no fue muy original
cuando Dios creó el odio tuvimos algo útil
cuando Dios me creó a mi, bueno, me creó a mí
cuando Dios creó al mono estaba dormido
cuando creó a la jirafa estaba borracho
cuando creó las drogas estaba drogado
y cuando creó el suicidio estaba deprimido
cuando te creó a ti durmiendo en la cama
sabía lo que hacía
estaba borracho y drogado
y creó las montañas y el mar y el fuego al mismo tiempo
cometió algunos errores
pero cuando te creó a ti durmiendo en la cama
se derramó sobre su Bendito Universo
cuando Dios creó a los perros no ayudó a los perros
cuando Dios creó las plantas no fue muy original
cuando Dios creó el odio tuvimos algo útil
cuando Dios me creó a mi, bueno, me creó a mí
cuando Dios creó al mono estaba dormido
cuando creó a la jirafa estaba borracho
cuando creó las drogas estaba drogado
y cuando creó el suicidio estaba deprimido
cuando te creó a ti durmiendo en la cama
sabía lo que hacía
estaba borracho y drogado
y creó las montañas y el mar y el fuego al mismo tiempo
cometió algunos errores
pero cuando te creó a ti durmiendo en la cama
se derramó sobre su Bendito Universo
martes, 30 de noviembre de 2010
After such pleasures - Julio Cortázar
casi creyéndolo, porque así de ciego es este río
que me tira en mujer y me sumerge entre sus párpados,
qué tristeza nadar al fin hacia la orilla del sopor
sabiendo que el placer es ese esclavo innoble
que acepta las monedas falsas, las circula sonriendo.
Olvidada pureza, cómo quisiera rescatar
ese dolor de Buenos Aires, esa espera sin pausas
ni esperanza.
Solo en mi casa abierta sobre el puerto
otra vez empezar a quererte,
otra vez encontrarte en el café de la mañana
sin que tanta cosa irrenunciable
hubiera sucedido.
Y no tener que acordarme de este olvido que sube
para nada, para borrar del pizarrón tus muñequitos
y no dejarme más que una ventana sin estrellas.
sábado, 27 de noviembre de 2010
La subasta del lote 49 - Thomas Pynchon
“A principios de los años sesenta, un ejecutivo de Yoyodyne que vivía en los alrededores de Los Ángeles y que ocupaba en la casa matriz un puesto que estaba por encima del director gerente pero por debajo del vicepresidente se quedó sin trabajo a los treinta y nueve años por culpa de la automatización laboral. Como desde los siete años le habían inculcado una educación teleológica tendente a conquistar una presidencia y morir, y como se había acostumbrado a no hacer absolutamente nada, salvo estampar su nombre al pie de informes especializados de los que no entendía ni palabra y recibir broncas cuando perdía el control de los programas especializados que fracasaban por motivos especiales que tenían que explicarle pormenorizadamente, lo primero que le pasó por la cabeza, como es lógico, fue el suicidio. Pero la costumbre pudo más que él: no podía tomar una decisión sin escuchar antes las sugerencias de un comité.
[…]
Estaba ya a punto de darse el chisquerazo fatal con su fiel Zippo, que le había acompañado por entre la maleza de Normandía, las Ardenas, Alemania y la Norteamérica posbélica, cuando oyó una llave en la cerradura y voces en la puerta. Eran su mujer y cierto sujeto a quien no tardó en reconocer, dado que era el experto en rendimiento de Yoyodyne por culpa del cual le habían sustituido por un IBM 7094. Intrigado por la ironía de la situación, se quedó en la cocina y permaneció a la escucha, dejando la corbata dentro de la gasolina, a modo de mecha. Por lo que pudo deducir, el experto en rendimiento quería tener comercio carnal con su mujer en la alfombra de tafilete del salón. A ella no le disgustaba la idea. El ejecutivo oyó risas lascivas, cremalleras, golpes sordos de zapatos, respiración agitada, gemidos. Sacó la corbata de la gasolina y se puso a reír con risa mal disimulada. Cerró el Zippo. «Oigo risas», dijo de pronto la mujer. «Huele a gasolina», dijo el experto en rendimiento. Entraron en la cocina cogidos de la mano y desnudos. «Estaba a punto de convertirme en bonzo», les explicó el ejecutivo. «Y ha tardado casi tres semanas en decidirse», dijo con asombro el experto en rendimiento. «¿Sabes cuánto tardaría el IBM 7094? Doce microsegundos. No me extraña que te sustituyeran.»”
viernes, 26 de noviembre de 2010
Jorge Luis Borges
Amamos lo que no conocemos, lo ya perdido.
El barrio que fue las orillas.
Los antiguos, que ya no pueden defraudarnos, porque son mito y esplendor.
Los seis volúmenes de Schopenhauer, que no acabaremos de leer.
El recuerdo, no la lectura, de la segunda parte del Quijote.
El oriente, que sin duda no existe para el afghano, el persa o el tártaro.
Nuestros mayores, con los que no podríamos conversar durante un cuarto de hora.
Las cambiantes formas de la memoria, que está hecha de olvido.
Los idiomas que apenas desciframos.
Algún verso latino o sajón, que no es otra cosa que un hábito.
Los amigos que no pueden faltarnos, porque se han muerto.
El ilimitado nombre de Shakespeare.
La mujer que está a nuestro lado y que es tan distinta.
El ajedrez y el álgebra, que no sé.
miércoles, 24 de noviembre de 2010
"Un tal Lucas" - JULIO CORTÁZAR.
Si yo fuera cineasta me dedicaría a cazar crepúsculos. Todo lo tengo estudiado menos el capital necesario para el safari, porque un crepúsculo no se deja cazar así nomás, quiero decir que a veces empieza poquita cosa y justo cuando se lo abandona le salen todas las plumas, o inversamente es un despilfarro cromático y de golpe se nos queda como un loro enjabonado, y en los dos casos se supone una cámara con buena película de color, gastos de viaje y pernoctaciones previas, vigilancia del cielo y elección del horizonte más propicio, cosas nada baratas. De todas maneras creo que si fuera cineasta tendría las mismas exigencias que con la palabra, las mujeres o la geopolítica.
No es así y me consuelo imaginando el crepúsculo ya cazado, durmiendo en su larguísima espiral enlatada. Mi plan: no solamente la caza, sino la restitución del crepúsculo a mis semejantes que poco saben de ellos, quiero decir la gente de la ciudad que ve ponerse el sol, si lo ve, detrás del edificio de correos, de los departamentos de enfrente o en un subhorizonte de antenas de televisión y faroles de alumbrado. La película sería muda, o con una banda sonora que registrara solamente los sonidos contemporáneos del crepúsculo filmado, probablemente algún ladrido de perro o zumbidos de moscardones, con suerte una campanita de oveja o un golpe de ola si el crepúsculo fuera marino.
Por experiencia y reloj pulsera sé que un buen crepúsculo no va más allá de veinte minutos entre el clímax y el anticlímax, dos cosas que eliminaría para dejar tan sólo su lento juego interno, su calidoscopio de imperceptibles mutaciones; se tendría así una película de ésas que llaman documentales y que se pasan antes de Brigitte Bardot mientras la gente se va acomodando y mira la pantalla como si todavía estuviera en el ómnibus o en el subte. Mi película tendría una leyenda impresa (acaso una voz off) dentro de estas líneas: "Lo que va a verse es el crepúsculo del 7 de junio de 1976, filmado en X con película M y con cámara fija, sin interrupción durante Z minutos. El público queda informado de que fuera del crepúsculo no sucede absolutamente nada, por lo cual se le aconseja proceder como si estuviera en su casa y hacer lo que se le dé la santa gana; por ejemplo, mirar el crepúsculo, darle la espalda, hablar con los demás, pasearse, etc. Lamentamos no poder sugerirle que fume, cosa siempre tan hermosa a la hora del crepúsculo, pero las condiciones medievales de las salas cinematográficas requieren, como se sabe, la prohibición de este excelente hábito. En cambio no está vedado tomarse un buen trago del frasquito de bolsillo que el distribuidor de la película vende en el foyer".
Imposible predecir el destino de mi película, la gente va al cine para olvidarse de sí misma, y un crepúsculo tiende precisamente a lo contrario, es la hora en que acaso nos vemos un poco más al desnudo, a mí en todo caso me pasa, y es penoso y útil; tal vez que otros también aprovechen, nunca se sabe.
martes, 23 de noviembre de 2010
La poesía - Marianne Moore
A mí también me disgusta, hay cosas que son importantes,
más que todo este violineo.
leyéndola, no obstante,
Con perfecto desprecio por ella,
se descubre que hay en ella,
después de todo, lugar para lo genuino.
Manos que pueden agarrar, ojos que pueden dilatarse,
pelo que puede erizarse,si debe;
estas cosas son importantes,
no porque una altisonante interpretación pueda encajarse sobre ellas,
sino porque son útiles; cuando se vuelven derivativas hasta volverse
ininteligibles,la misma cosa puede decirse de todos nosotros que
nosotros no admiramos lo que no podemos entender; el vampiro,
colgado cabeza abajo o en busca de algo que comer; los elefantes , empujando, un caballo salvaje,revolcándose; un incansable lobo, bajo
un árbol; el inconmovible críticio que sacude su
piel como un caballo al sentir una pulga;
el baseball-fan, el estadístico; ni es válido hacer una discriminación contra "documentos comerciales y textos escolares";
todos estos fenómenos son importantes.
Debe hacer una distinción,sin embargoo; cuando son arrastrados a prominencia por semipoetas, el resultado no es poesía, ni hasta que los poetas entre nosotros puedan ser "literalistas de la imaginación", por encima de insolencia y trivialidad, y puedan presentar a inspección imaginarios jardines con verdaderos sapos en ellos, tendremosla. Entretanto, si pedís, por una parte la materia prima de la poesía en
toda su crudeza la que es, por otra parte, genuina, entonces estáis interesados en la poesía.
más que todo este violineo.
leyéndola, no obstante,
Con perfecto desprecio por ella,
se descubre que hay en ella,
después de todo, lugar para lo genuino.
Manos que pueden agarrar, ojos que pueden dilatarse,
pelo que puede erizarse,si debe;
estas cosas son importantes,
no porque una altisonante interpretación pueda encajarse sobre ellas,
sino porque son útiles; cuando se vuelven derivativas hasta volverse
ininteligibles,la misma cosa puede decirse de todos nosotros que
nosotros no admiramos lo que no podemos entender; el vampiro,
colgado cabeza abajo o en busca de algo que comer; los elefantes , empujando, un caballo salvaje,revolcándose; un incansable lobo, bajo
un árbol; el inconmovible críticio que sacude su
piel como un caballo al sentir una pulga;
el baseball-fan, el estadístico; ni es válido hacer una discriminación contra "documentos comerciales y textos escolares";
todos estos fenómenos son importantes.
Debe hacer una distinción,sin embargoo; cuando son arrastrados a prominencia por semipoetas, el resultado no es poesía, ni hasta que los poetas entre nosotros puedan ser "literalistas de la imaginación", por encima de insolencia y trivialidad, y puedan presentar a inspección imaginarios jardines con verdaderos sapos en ellos, tendremosla. Entretanto, si pedís, por una parte la materia prima de la poesía en
toda su crudeza la que es, por otra parte, genuina, entonces estáis interesados en la poesía.
lunes, 22 de noviembre de 2010
Yehuda Amijai
Los
amantes dejan sus huellas en el cuerpo del otro,
llenas de evidencias físicas, palabras inacabadas, testimonios, un arrugado
par de jadeos, un periódico con la fecha exacta, y dos relojes, el de él y el de ella.
Cada mañana marcan los contornos del otro
igual que la policía marca la posición del cuerpo en la carretera
con tiza. Los amantes se rinden el uno al otro,
se reservan el derecho a permanecer en silencio.
Si se separan,
dibujan un retrato robot y lo señalan con el dedo
gritando: ¡Es él! ¡Es ella!
llenas de evidencias físicas, palabras inacabadas, testimonios, un arrugado
par de jadeos, un periódico con la fecha exacta, y dos relojes, el de él y el de ella.
Cada mañana marcan los contornos del otro
igual que la policía marca la posición del cuerpo en la carretera
con tiza. Los amantes se rinden el uno al otro,
se reservan el derecho a permanecer en silencio.
Si se separan,
dibujan un retrato robot y lo señalan con el dedo
gritando: ¡Es él! ¡Es ella!
**************
Soy el profeta de lo que ya ha ocurrido. Leo el
pasado en la palma
de la mano de la mujer que amo, pronostico la lluvia que ya cayó,
soy un experto en las nieves del año pasado, conjuro los espíritus
de lo que siempre ha ocurrido, preveo los días de antaño,
dibujo los planos de casas que ya se han caído,
profetizo la pequeña habitación con sus pocos muebles
-una toalla puesta a secar sobre la única silla,
el arco de la ventana, curvado como nuestros cuerpos cuando se aman.
de la mano de la mujer que amo, pronostico la lluvia que ya cayó,
soy un experto en las nieves del año pasado, conjuro los espíritus
de lo que siempre ha ocurrido, preveo los días de antaño,
dibujo los planos de casas que ya se han caído,
profetizo la pequeña habitación con sus pocos muebles
-una toalla puesta a secar sobre la única silla,
el arco de la ventana, curvado como nuestros cuerpos cuando se aman.
***********
Encontré un periódico de hace veinte años,
de la semana que nos separamos.Todo estaba
escrito en él,salvo la separación.
Tú me enterrarás.
Tú me enterrarás.
Cosas así decíamos entonces
con las mejillas unidas y alejados de la muerte.
A veces me olvido y paso por calles
que ya no son nuestras,abro postigos
con calma.“No se vayan,sólo he salido
a comprar”.O voy a casas
a preguntar,como se hacía antes:¿Ha venido?
Cada año ha venido.El año que viene vendrá.
Y mirada hacia atrás que dura años,
y mano en la frente como antaño.
Estoy ardiendo.
Estoy ardiendo.
Cosas así decíamos entonces.
Bastaba con que uno ardiera
para prender con su fuego al otro
y el resto de su vida.
de la semana que nos separamos.Todo estaba
escrito en él,salvo la separación.
Tú me enterrarás.
Tú me enterrarás.
Cosas así decíamos entonces
con las mejillas unidas y alejados de la muerte.
A veces me olvido y paso por calles
que ya no son nuestras,abro postigos
con calma.“No se vayan,sólo he salido
a comprar”.O voy a casas
a preguntar,como se hacía antes:¿Ha venido?
Cada año ha venido.El año que viene vendrá.
Y mirada hacia atrás que dura años,
y mano en la frente como antaño.
Estoy ardiendo.
Estoy ardiendo.
Cosas así decíamos entonces.
Bastaba con que uno ardiera
para prender con su fuego al otro
y el resto de su vida.
***********
Toda la noche gritaron tus zapatos
vacíos junto a mi cama.
Tu mano derecha cuelga de tu sueño,
tu pelo estudia el lenguaje de la noche
en un libro rasgado de viento.
Las cortinas moviéndose
son embajadores de potencias extranjeras.
**********
La ciudad donde nací fue destruida por los cañones.
El barco al que subí fue hundido después, en la guerra.
El granero de Hamadia donde amé fue quemado.
El quiosco de En Gedi fue bombardeado por los enemigos,
el puente de Ismailiya que crucé
en una y otra dirección en mis tardes de amor
fue hecho añicos.
Mi vida se ha ido borrando tras de mí según un mapa exacto.
¿Cuánto tiempo resistirán los recuerdos?
La niña de mi niñez fue asesinada y mi padre está muerto.
Por eso, no me elijáis como amante o hijo,
como pasante de puentes, inquilino o ciudadano.
El barco al que subí fue hundido después, en la guerra.
El granero de Hamadia donde amé fue quemado.
El quiosco de En Gedi fue bombardeado por los enemigos,
el puente de Ismailiya que crucé
en una y otra dirección en mis tardes de amor
fue hecho añicos.
Mi vida se ha ido borrando tras de mí según un mapa exacto.
¿Cuánto tiempo resistirán los recuerdos?
La niña de mi niñez fue asesinada y mi padre está muerto.
Por eso, no me elijáis como amante o hijo,
como pasante de puentes, inquilino o ciudadano.
***********
Las personas se utilizan como remedio para su
dolor.
Se ponen unas a otras sobre sus heridas existenciales,
en el ojo, en el sexo, en la boca y en la mano abierta.
Se agarran unas a otras y no quieren soltarse.
Se ponen unas a otras sobre sus heridas existenciales,
en el ojo, en el sexo, en la boca y en la mano abierta.
Se agarran unas a otras y no quieren soltarse.
**********
Insomnio - Elisabeth Bishop (1902-1988)
La luna en el espejo de tocador
contempla (tal vez orgullosa
de sí misma, pero jamás se sonríe)
millones de millas
en la distancia y más allá del sueño,
o quizá duerma de día.
Si el Universo la abandonara,
ella lo mandaría al infierno
y encontraría una extensión de agua,
o un espejo, donde morar.
Envuelve pues tus cuitas con una telaraña
y tíralas en el pozo
a ese mundo invertido
donde la izquierda es siempre la derecha,
donde las sombras son en realidad el cuerpo,
donde nos quedamos despiertos toda la noche,
donde el cielo es tan llano como el mar
es ahora profundo, y donde tú me amas.
domingo, 21 de noviembre de 2010
Papeles inesperados - Julio Cortázar
Ya ves
nada es serio ni digno de que se tome en cuenta
nos hicimos jugando todo el mal necesario
ya ves, no es una carta esto,
nos dimos esa miel de la noche, los bares,
el placer boca abajo, los cigarrillos turbios
cuando en el cielo raso tiembla la luz del alba
ya ves,
y yo sigo pensando en ti,
no te escribo, de pronto miro el cielo, esa nube que pasa
y tú quizás allá en tu malecón mirarás una nube
y eso es mi carta, algo que corre indescifrable y lluvia.
Nos hicimos jugando todo el mal necesario,
el tiempo pone el resto, los oseznos
duermen junto a una ardilla deshojada.
jueves, 18 de noviembre de 2010
Tom Waits - That Feel
Well there's one thing you can't lose
It's that feel
Your pants, your shirt, your shoes
But not that feel
You can throw it out in the rain
You can whip it like a dog
You can chop it down like an old dead tree
You can always see it
When you're coming into town
Once you hang it on the wall
You can never take it down
But there's one thing you can't lose
And it's that feel
You can pawn your watch and chain
But not that feel
It always comes and finds you
It will always hear you cry
I cross my wooden leg
And I swear on my glass eye
Itt will never leave you high and dry
Never leave you loose
It's harder to get rid of than tattoos
But there's one thing you can't do
Is lose that feel
You can throw it off a bridge
You can lose it in the fire
Yo ucan leave it at the altar
But it will make you out a liar
You can fall down in the street
You can leave it in the lurch
Well you say that it's gospel
But I know that it's only church
And there's one thing you can't lose
And it's that feel
It's that feel
martes, 16 de noviembre de 2010
La ventana a la calle - Franz Kafka
“Quien vive solo, y sin embargo desea de vez en cuando vincularse a algo; quien, considerando los medios del día, del tiempo, del estado de sus negocios y demás, anhela de pronto ver un brazo al cual pudiese aferrarse, no está en condiciones de vivir mucho tiempo sin una ventana a la calle. Y si le place no desear nada, y sólo se acerca a la ventana como un nombre cansado cuya mirada oscila entre el público y el cielo, y no quiere mirar hacia afuera, y ha echado la cabeza un poco hacia atrás, sin embargo, a pesar de todo esto, los caballos de abajo terminarán por arrastrarlo en su caravana de coches y su tumulto, conduciéndolo finalmente a la armonía humana. ”
lunes, 15 de noviembre de 2010
Rayuela - Julio Cortázar
"Pero el amor,esa palabra... Moralista Horacio, temeroso de pasiones sin una razón de aguas hondas, desconcertado y arisco en la ciudad donde el amor se llama con todos los nombres de todas las calles, de todas las casas, de todos los pisos, de todas las habitaciones, de todas las camas, de todos los sueños, de todos los olvidos o los recuerdos. Amor mío, no te quiero por vos ni por mí ni por los dos juntos, no te quiero porque la sangre me llame a quererte, te quiero porque no sos mía, porque estás del otro lado, ahí donde me invitas a saltar y no puedo dar el salto, porque en lo más profundo de la posesión no estás en mí, no te alcanzo, no paso de tu cuerpo, de tu risa, hay horas en que me atormenta que me ames (como te gusta el verbo amar, con qué cursilería lo vas dejando caer sobre los platos y sábanas y los autobuses), me atormenta tu amor que no me sirve de puente porque un puente no se sostiene de un solo lado. Y no me mires con esos ojos de pájaro, para vos la operación del amor es tan sencilla, te curarás antes que yo y eso que me querés como yo no te quiero. Claro que te curarás, porque vivís en la salud, después de mí será cualquier otro, eso se cambia como los corpiños. Tan triste oyendo al cínico Horacio que quiere un amor pasaporte, amor pasamontañas, amor llave, amor revólver, amor que le dé los mil ojos de Argos, la ubicuidad, el silencio desde donde la música es posible, la raíz desde donde se podría empezar a tejer una lengua. Y es tonto porque todo eso duerme un poco en vós, no habría más que sumergirte en un vaso de agua como una flor japonesa y poco a poco empezarían a brotar los pétalos coloreados, se hincharían las formas combadas, crecería la hermosura. Dadora de infinito, yo no sé tomar, perdóname.
Stop, ya está bien así. También puedo ser grosero, fíjate. Pero fíjate bien, porque no es gratuito. ¿Por qué es gratuito? Por miedo a empezar las fabricaciones, son tan fáciles.
Sacás una idea de ahí, un sentimiento de otro estante, los atás con ayuda de palabras, perras negras, y resulta que te quiero. Total parcial: Te quiero. Total global: Te amo. Así viven muchos amigos míos, sin hablar de un tío y dos primos, convencidos del amor que sienten por sus esposas. De la palabra a los actos, che; en general sin verba no hay res. Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio. Vos dirás que la eligen porque la aman, yo creo que es al revés. A Beatriz no se la elige, a Julieta no se la elige. Vos no elegís la lluvia que te va a calar hasta los huesos cuando salís de un concierto."
El mito de Sísifo - Albert Camus
"Los dioses condenaron a Sisifo a empujar eternamente una roca hasta lo alto de una montaña, desde donde la piedra volvía a caer por su propio peso. Pensaron, con cierta razón, que no hay castigo más terrible que el trabajo inútil y sin esperanza.
....
Todo el gozo silencioso de Sísifo está en eso. Su destino le pertenece. Su roca es su casa. De la misma manera el hombre absurdo, cuando contempla su tormento, manda callar a todos los ídolos. En el universo que de pronto ha recobrado su silencio se alzan las mil vocecitas maravilladas de la tierra. Llamadas inconscientes y secretas, invitaciones de todos los rostros, son el reverso necesario y el precio de la victoria. No hay sol ni sombra, y es menester conocer la noche. El hombre absurdo dice sí y su esfuerzo no cesará nunca. Si hay un destino personal, no hay un destino superior o al menos no hay sino uno, que juzga fatal y despreciable. En lo demás, sabe que es dueño de sus días. En ese instante sutil en el que el hombre se vuelve sobre su vida, Sísifo, regresando hacia su roca, contempla esa serie de actos desvinculados que se convierte en su destino, creado por él, unido bajo la mirada de su memoria y pronto sellado con su muerte. Así, persuadido del origen plenamente humano de cuanto es humano, ciego que desea ver y que sabe que la noche no tiene fin, está siempre en marcha. La roca sigue rodando.
domingo, 14 de noviembre de 2010
Roberto Bolaño
"No me siento seguro
En ninguna parte
La aventura no termina
Tus ojos brillan en todos los rincones
No me siento seguro
...En las palabras
Ni en el dinero
Ni en los espejos
La aventura no termina jamás
Y tus ojos me buscan "
sábado, 13 de noviembre de 2010
El desencanto
“Creo que tanto en la familia como en los individuos en particular, hay dos historias que se pueden contar. Una es la leyenda épica, como llama Lacan a las hazañas del yo, y otra es la verdad. La leyenda épica de nuestra familia, que es lo que me figuro que se habrá contado en esta película, puede ser muy bonita, romántica y lacrimosa, pero la verdad es una experiencia bastante deprimente. O sea, empezando por un padre brutal, siguiendo por tus cobardías, con ocasión de un intento de suicidio mío de opereta en el que cuando tenía ya las pastillas puestas encima de la cama entró una andaluza fisgona en la habitación y dijo ¿pero es que va usted a hacer lo mismo que Marilyn Monroe? y a raíz de eso para evitar tratar de comprender las razones que me habían impulsado a ello en lugar de no sé, pedirme explicaciones y tratar de remediar las situación que lo había producido decidiste meterme en un sanatorio donde lo pasé muy mal”. Leopoldo Panero
“Para estar desencantado hay que haber estado antes encantado, y yo no recuerdo nada más que cuatro o cinco momentos muy frágiles el haber estado encantado. Creo que el desencanto, la desilusión o el aburrimiento, es una cosa que me ha venido impuesta por mucho elementos y en el que yo, simplemente, como en todo, he participado como espectador”. Michi Panero
miércoles, 10 de noviembre de 2010
Sopa de ganso
Groucho: ¿Ya has olvidado aquellas noches en la Riviera, cuando los dos contemplábamos el cielo? Éramos jóvenes, alegres, inocentes. La noche en que bebí champaña en tu zapato, dos litros. Hubiera cabido más, pero llevabas plantillas. ¡Oh, Hildegarda! No es que me importe, pero, ¿dónde está tu marido?
Margaret Dumont: ¡Ha muerto!
G: Seguro que solo es una excusa.
MD: Estuve con él hasta el final.
G: No me extraña que falleciera.
MD: Lo estreché entre mis brazos y lo besé.
G: Entonces, fue un asesinato. ¿Te casarías conmigo? ¿Te dejó mucho dinero? (Responde primero a lo segundo).
MD: ¡Me dejó toda su fortuna!
G: ¿No comprendes lo que intento decirte? Te amo.
G: Pensarás que soy un sentimental, pero ¿te importaría darme un mechón de tu cabello?
MD: ¿Un mechón de mi cabello?
G: Y no te quejes. Te iba a pedir toda la peluca. Cásate conmigo y tendremos nuestra propia familia.
MD: Oh, sería maravilloso. Y dime, cariño, ¿tendríamos una bonita casa?
G: Pues claro, ¿no estarás pensando en mudarte?
MD: Temo que después de llevar algún tiempo casados encuentres una mujer hermosa y te olvides de mí.
G: No te olvidaré. Te escribiré todas las semanas.
martes, 9 de noviembre de 2010
El circo - Leopoldo María Panero
Dos atletas saltan de un lado a otro de mi alma lanzando gritos y bromeando acerca de la vida:
y no sé sus nombres. Y en mi alma vacía escucho siempre
cómo se balancean los trapecios. Dos
atletas saltan de un lado a otro de mi alma
contentos de que esté tan vacía.
Y oigo
oigo en el espacio sin sonidos
una y otra vez el chirriar de los trapecios
una y otra vez.
Una mujer sin rostro canta de pie sobre mi alma,
una mujer sin rostro sobre mi alma en el suelo,
mi alma, mi alma: y repito esa palabra
no sé si como un niño llamando a su madre a la luz,
en confusos sonidos y con llantos, o bien simplemente
para hacer ver que no tiene sentido.
Mi alma. Mi alma.
y no sé sus nombres. Y en mi alma vacía escucho siempre
cómo se balancean los trapecios. Dos
atletas saltan de un lado a otro de mi alma
contentos de que esté tan vacía.
Y oigo
oigo en el espacio sin sonidos
una y otra vez el chirriar de los trapecios
una y otra vez.
Una mujer sin rostro canta de pie sobre mi alma,
una mujer sin rostro sobre mi alma en el suelo,
mi alma, mi alma: y repito esa palabra
no sé si como un niño llamando a su madre a la luz,
en confusos sonidos y con llantos, o bien simplemente
para hacer ver que no tiene sentido.
Mi alma. Mi alma.
lunes, 8 de noviembre de 2010
Una copia de ti mismo - Ana María Navales
Una copia de ti mismo,
como si temieras un atentado
en cualquier instante,
rellena tu silueta
y se pasea con aire satisfecho
por el tiempo,
cumpliendo una tras otra
las citas de tu agenda.
Mientras, el que eres tú
se afana en levantar
altos y gruesos muros de cemento
alrededor de la urna
donde tu corazón se muere
aburrido de estar solo.
Alguna vez, alguien se acerca
de puntillas
a esa muralla
y vuelve derrotado
con las manos heridas del espino.
Porque tú, quieto en la oscuridad,
no te reconoces ya en el otro.
como si temieras un atentado
en cualquier instante,
rellena tu silueta
y se pasea con aire satisfecho
por el tiempo,
cumpliendo una tras otra
las citas de tu agenda.
Mientras, el que eres tú
se afana en levantar
altos y gruesos muros de cemento
alrededor de la urna
donde tu corazón se muere
aburrido de estar solo.
Alguna vez, alguien se acerca
de puntillas
a esa muralla
y vuelve derrotado
con las manos heridas del espino.
Porque tú, quieto en la oscuridad,
no te reconoces ya en el otro.
domingo, 7 de noviembre de 2010
subterráneo
como si
cogiera aire
y me sumergiera en tí
denso
oscuro
venenoso
sinuoso
desbocado
ese gusano subterráneo
serpiente de hierro
que te engulle
cada mañana
que te asesina
y
te inspira
te sacude
te nutre
te intoxica
te mezcla
te aturde
te ingiere
y
te escupe
y eres otro
cada día otro
aniquilado
excitado
ansioso
somnoliento
triste
otro
paradas bruscas
atropellos
sumérgete en mí
recórreme
entera
como
si
fueras
ese
metro
y
apréndete
todas
mis
paradas
cogiera aire
y me sumergiera en tí
denso
oscuro
venenoso
sinuoso
desbocado
ese gusano subterráneo
serpiente de hierro
que te engulle
cada mañana
que te asesina
y
te inspira
te sacude
te nutre
te intoxica
te mezcla
te aturde
te ingiere
y
te escupe
y eres otro
cada día otro
aniquilado
excitado
ansioso
somnoliento
triste
otro
paradas bruscas
atropellos
sumérgete en mí
recórreme
entera
como
si
fueras
ese
metro
y
apréndete
todas
mis
paradas
Una bala en el cerebro - Tobias Wolff
"La bala ya está en el cerebro; no puede hacerse que siga para siempre ni detenerla por encantamiento. Al final hará su trabajo y dejará el cráneo atrás, arrastrando su cola de cometa de memoria y esperanza, talento y amor hasta el interior del templo de mármol del banco. No se puede evitar eso. Pero Anders todavía puede ganar tiempo. Tiempo para que las sombras se alarguen sobre el césped, tiempo para que el perro atado ladre a la pelota que vuela, tiempo para que el chico del lado derecho se golpee el guante de béisbol negro de sudor y recite suavemente: 'haiga más, haiga más, haiga más'".
jueves, 4 de noviembre de 2010
2666 - Roberto Bolaño
“Qué triste paradoja, pensó Amalfitano. Ya ni los farmacéuticos ilustrados se atreven con las grandes obras, imperfectas, torrenciales, las que abren camino en lo desconocido. Escogen los ejercicios perfectos de los grandes maestros. O lo que es lo mismo: quieren ver a los grandes maestros en sesiones de esgrima de entrenamiento, pero no quieren saber nada de los combates de verdad, en donde los grandes maestros luchan contra aquello, ese aquello que nos atemoriza a todos, ese aquello que acoquina y encacha, y hay sangre y heridas mortales y fetidez.”
martes, 2 de noviembre de 2010
Hurt - Johnny Cash
I hurt myself today
to see if I still feel
I focus on the pain
the only thing that's real
the needle tears a hole
the old familiar sting
try to kill it all away
but I remember everything
what have I become?
my sweetest friend
everyone I know
goes away in the end
and you could have it all
my empire of dirt
I will let you down
I will make you hurt
I wear this crown of thorns
upon my liar's chair
full of broken thoughts
I cannot repair
beneath the stains of time
the feelings disappear
you are someone else
I am still right here
what have I become?
my sweetest friend
everyone I know
goes away in the end
and you could have it all
my empire of dirt
I will let you down
I will make you hurt
if I could start again
a million miles away
I would keep myself
I would find a way
lunes, 1 de noviembre de 2010
José Manuel Caballero Bonald
j e e t s u n a u t r e
Vengo de muchos libros y de muchos apremios que la
imaginación dejó inconclusos. Vengo también de un
viaje absolutamente maravilloso que no hice nunca a
Samarcanda. Y de un temor consecutivo vengo igual
que de una madre. Soy esos hombres juntos que
mutuamente se enemistan y ando a tientas buscando el
rastro de una historia donde no comparezco todavía.
¿Seré por fin ese protagonista que desde siempre ronda
entre mis libros y que también está aquí ahora
sustituyendo a quien no sé? Sólo el presente puede
modificar el curso del pasado.
y t ú m e d i c e s
Y tú me dices, que tienes los pechos vencidos de esperarme,
Vengo de muchos libros y de muchos apremios que la
imaginación dejó inconclusos. Vengo también de un
viaje absolutamente maravilloso que no hice nunca a
Samarcanda. Y de un temor consecutivo vengo igual
que de una madre. Soy esos hombres juntos que
mutuamente se enemistan y ando a tientas buscando el
rastro de una historia donde no comparezco todavía.
¿Seré por fin ese protagonista que desde siempre ronda
entre mis libros y que también está aquí ahora
sustituyendo a quien no sé? Sólo el presente puede
modificar el curso del pasado.
y t ú m e d i c e s
Y tú me dices, que tienes los pechos vencidos de esperarme,
que te duelen los ojos de tenerlos vacíos de mi cuerpo,
que has perdido hasta el tacto de tus manos
de palpar esta ausencia por el aire,
que olvidas el tamaño caliente de mi boca.
Y tú me lo dices que sabes
que me hice sangre en las palabras de repetir tu nombre,
de golpear mis labios con la sed de tenerte,
de darle a mi memoria, registrándola a ciegas,
una nueva manera de rescatarte en besos
desde la ausencia en la que tú me gritas
que me estás esperando.
Y tú me lo dices que estás tan hecha
a este deshabitado ocio de mi carne
que apenas sí tu sombra se delata,
que apenas sí eres cierta
en esta oscuridad que la distancia pone
entre tu cuerpo y el mío.domingo, 31 de octubre de 2010
Cannabis Flan - Raúl Núñez
PALABRAS A JACK KEROUAC
Quiero saber qué ha pasado contigo, Jack
si te has desintegrado en la infinita autopista del cosmos,
si realmente tienes ganas de volver a estar vivo,
si eres un poco de hierba en la colina.
Quiero saber si has podido escuchar algún blues por la radio,
si has recogido una colilla gloriosa en la noche de frío,
si quisieras poner tu mano sobre un hombro,
si volverías a vagar por las calles peludas.
Quiero saber si eres guardabosques en el paraíso
si quieres una locomotora que te haga atravesar América,
si has podido encontrar todo lo que buscabas,
si todo esto vale la pena, Jack.
Quiero saber si has vuelto a ver a tus amigos,
si sales a buscar peleas por los bares,
si te ha quedado alguna palabra por decir,
si tu camino ha terminado para siempre.
Quiero saber si estás llorando en las rodillas de tu madre,
si han subido a ofrecerte un contrato,
si puedes sentir olor a gasolina,
si deseas comerle la boca a una muchacha.
Quiero saber si algo ha cambiado,
si tu mente continúa sangrando,
si saludas al mundo con tu gorra en alto
o si estás completamente solo, Jack,
haciéndote una sopa de arroz en la muerte.
JUDITH
Judith que me hablabas de muertos entre una tortilla de patatas
y judías verdes mientras buscabas los ojos de tu padre en el vaso de vino.
Judith que vendías drogas por los bares de noche y quedabas sola
en el alba haciendo pis en un callejón de Barcelona.
Judith que hervías rosas robadas y tocabas un flauta hindú bajo la
lluvia y que ahora estás loca en Marruecos con tu pálida peca del
meñique y tu cabeza llena de rulos rubios.
Ahora estás loca en Marruecos comiéndote las manos.
Ya no me hablas de las últimas palabras de tu abuela que aparece
azul y desnuda colgando de los flecos de alucinados árboles de manos.
Ya no me hablas de los pulmones rotos de tu padre y su gran flema roja
en la nieve de un pueblo gris y sucio de Inglaterra.
Ahora estás loca en Marruecos comiéndote las manos.
Ya no me tocas el pelo ni las manos en tu habitación llena de pájaros
de hilo y delgadas velas rosadas fabricando terribles rostros en las
paredes negras.
Ahora estás loca en Marruecos comiéndote las manos.
El mar de ojos grises te ve dibujar una pequeña casa de arena de la
playa y el viento se te mete en los ojos que al final caen en la noche.
Ahora estás loca en Marruecos comiéndote las manos,
y un moro te tira una bola de carne frita a la cabeza rubia cuando quieres robar
un poco de comida.
Judith que me hablabas de muertos entre una tortilla de patatas
y judías verdes mientras buscabas los ojos de tu padre en el vaso de vino.
Judith que vendías drogas por los bares de noche y quedabas sola
en el alba haciendo pis en un callejón de Barcelona.
Judith que hervías rosas robadas y tocabas un flauta hindú bajo la
lluvia y que ahora estás loca en Marruecos con tu pálida peca del
meñique y tu cabeza llena de rulos rubios.
Ahora estás loca en Marruecos comiéndote las manos.
Ya no me hablas de las últimas palabras de tu abuela que aparece
azul y desnuda colgando de los flecos de alucinados árboles de manos.
Ya no me hablas de los pulmones rotos de tu padre y su gran flema roja
en la nieve de un pueblo gris y sucio de Inglaterra.
Ahora estás loca en Marruecos comiéndote las manos.
Ya no me tocas el pelo ni las manos en tu habitación llena de pájaros
de hilo y delgadas velas rosadas fabricando terribles rostros en las
paredes negras.
Ahora estás loca en Marruecos comiéndote las manos.
El mar de ojos grises te ve dibujar una pequeña casa de arena de la
playa y el viento se te mete en los ojos que al final caen en la noche.
Ahora estás loca en Marruecos comiéndote las manos,
y un moro te tira una bola de carne frita a la cabeza rubia cuando quieres robar
un poco de comida.
Tom Waits dixit....
– La razón por la que los teatros no hacen espectáculos los lunes por la noche es porque los lunes por la noche eran la noche de la Horca, y nadie podía competir con la noche de la Horca. Hasta hoy, los teatros permanecen a oscuras los lunes.
– Pueden pasar muchas cosas en el viaje cuando algo tiene que descender todo el trayecto desde tu cerebelo hasta tus dedos. A veces escucho discos, mi propio material, y pienso, Dios, la idea original para esto era mucho mejor que la mutación a la que hemos llegado. Lo que procuro actualmente es captar lo que surge y mantenerlo vivo. Es como acarrear agua con las manos. Quiero conservarlo todo, y a veces cuando llegas al estudio ya no queda nada.
– Al cabo de un tiempo, la música con muchos instrumentos de cuerda suena como Perry Como. Esa es la razón por la que ya no trabajo demasiado con el piano. Es como la escuela. Quieres verla en llamas.
– Cuando las leyes que gobiernan tu locura privada se aplican a la rutina diaria de vivir, tu vida puede coagularse y colisionar.
– Mi esposa ha sido genial. He aprendido mucho de ella. Es católica irlandesa. Tiene todo el oscuro bosque viviendo en su interior. Me empuja a lugares a los que yo no iría. ¿Y los niños? Creativamente, son asombrosos. El modo en que dibujan, ¿sabes? Se salen de la hoja de papel y siguen dibujando por las paredes. Desearías ser tan abierto.
– Desde pequeño pensé que los mendigos y los vagabundos, la gente que vivía al raso, sabían algo más, o algo distinto. Estaba convencido de que los que no tienen nada lo tienen todo. Ya sé que esto no es verdad a la fuerza, pero me lo creí e intenté vivir durante mucho tiempo con muy poca cosa. Un sitio abierto y un corazón abierto: eso me pareció importante.
– El hecho de que tú no pesques nada no significa que no haya peces ahí afuera.
– Mi esposa y yo leemos el periódico y recortamos cientos de artículos, y entonces leemos el periódico de ese modo, sin todo lo demás. Es nuestro propio periódico. Hay mucho relleno en el periódico y el resto es publicidad. Si lo condensas y te quedas con las historias esenciales, como la historia sobre el pez con un solo ojo y tres colas que hallaron en el lago Michigan, renuevas totalmente tu relación con el periódico.
– El día que recogen la basura, te das cuenta que alguien está husmeando en la tuya, sacas la cabeza por la ventana y le dices: “¿Qué demonios está haciendo?” Y entonces se va y tú empiezas a revisar tu propia basura. Empiezas a reevaluar la calidad de tu basura, preguntándote si habrás cometido algún terrible error, si habrás tirado algo que ahora va a ser esencial en tu vida.
– Todos mezclamos verdad y ficción. Si estás atascado en un lugar de la historia, te inventas la parte que necesitas.
– Hay una soledad común que se extiende de costa a costa. Es como una inconexa crisis de identidad común. Es la oscura, cálida, narcótica noche americana. Sólo espero llegar a palpar ese sentimiento antes de hallarme a mí mismo uno de estos días en la Calle Fácil.
– ¿Qué será? ¿Un infarto en un baile? ¿Un huevo tragado por el conducto equivocado? ¿Una bala perdida que llega desde un conflicto a dos millas de distancia, rebota en un poste, atraviesa el parabrisas y agujerea tu frente como un diamante? ¿Quién sabe? Fíjate en Robert Mitchum. Murió mientras dormía. Eso está bastante bien para un tipo como Robert Mitchum.
– No soy el Payaso Sonrisas. O Bono. No corto el listón en las inauguraciones de supermercados. No me pongo del lado del alcalde. Tira tu pelota en mi patio, y no volverás a verla. Tengo solamente un círculo íntimo de amigos y seres queridos; lo que se llama un círculo de confianza.
– No vayas tan lejos en el pasado. Ahí atrás me pierdo.
– Soy tan sólo un rumor.
sábado, 30 de octubre de 2010
Pedro Casariego
Esta
vidademasiado
plácida
me
extingue.Estas horas
solemnessofocan
los incendios
imprudentesy los papeles
en llamas.
Ansío el
terremoto particularque alguien
me ha prometido.delgado
que no flaquearájamás.
Los amantes - Julio Cortázar
¿Quién los ve andar por la ciudad
si todos están ciegos ?
Ellos se toman de la mano: algo habla
entre sus dedos, lenguas dulces
lamen la húmeda palma, corren por las falanges,
y arriba está la noche llena de ojos.
Son los amantes, su isla flota a la deriva
hacia muertes de césped, hacia puertos
que se abren entre sábanas.
Todo se desordena a través de ellos,
todo encuentra su cifra escamoteada;
pero ellos ni siquiera saben
que mientras ruedan en su amarga arena
hay una pausa en la obra de la nada,
el tigre es un jardín que juega.
Amanece en los carros de basura,
empiezan a salir los ciegos,
el ministerio abre sus puertas.
Los amantes rendidos se miran y se tocan
una vez más antes de oler el día.
Ya están vestidos, ya se van por la calle.
Y es sólo entonces
cuando están muertos, cuando están vestidos,
que la ciudad los recupera hipócrita
y les impone los deberes cotidianos.
jueves, 28 de octubre de 2010
Bruce Weber acerca de Chet Baker
Él pregunta si prefiere a Chet cuando canta o sólo cuando toca. Ella se aparta el pelo antes de responder. Le contesta con otra pregunta.”¿Y por qué tengo que escoger?”. Él sonríe, se acerca un poco más y le pasa un cd que ella aún no ha escuchado. Como de la nada, aparece una chica y se aferra al brazo del hombre… Le da un beso rápido, tira de él y le echa una mirada bastante elocuente a la otra. Él aparta la mirada. Se van. Ella se queda con el disco en la mano. Se ríe sola. Va a resultar que la sección de jazz es peligrosa. (El disco, por cierto, también lo es. Nadie ha podido tratar la adicción que provoca).
martes, 26 de octubre de 2010
Nuestras Tormentas
me apetece
me apetece seguir viviendo nuestras tormentas
quiero sentir tu electricidad
tus descargas
dos cuerpos chocando
en mitad de la noche
se disparan los niveles
se aceleran las pulsaciones
valoración de daños
chequeo de los reflejos
reconstrucción de los hechos
búsqueda del culpable
mientras
se sueltan las sogas
de las que cuelgan
las ilusiones
asfixiadas
viciadas
vuelven a caminar
vuelven a arrastrarse
él exhala algo demasiado estimulante
ella es incapaz de ignorarlo
él tritura huellas
mientras
ella inventa coartadas
ella intuye su talento para la violencia
y se acerca más
demasiado
demasiado
él conoce las coordenadas exactas
de su deseo
demasiado
demasiado
ella traza escapatorias en círculo
cuerpo a cuerpo
duelo nocturno
en el cuadrilátero de los anhelos
donde los golpes bajos
suman más
y duelen menos
clímax
causa-efecto
en silencio
por las calles
palpándose las heridas
lamiéndoselas
como animales salvajes
leyéndose
sus respectivos cuadernos de bitácora
preparándose para abordarse
ansiando noches de tormenta
y camarotes pequeños
sensaciones bizarras la invaden
mientras le ve brillar
en mitad de la nada que lo llena todo
demoledor
que alguien cierre las puertas de esta historia
y él se quede dentro