viernes, 29 de diciembre de 2017

Eres el dragón en mi botella




Tus delirios me iban a gustar

Ordené el desastre
porque me preocupo por la elipse de los cuerpos
y que hagas de mí tu lugar
y yo sepa arrinconarme en tu mentón

recreo de las manos ociosas
mar de caracola que combata silencio
el nervio visto y dilatado
hacerte caída gozosa
en él
en mí
en todo


eres el dragón en mi botella


Y sobre todo, no negarnos
Pulir la ocasión
ser primeriza siempre
mientras rebaño el instante
que cada calco nos desborda y enfurece
por eso inventamos la espuma
y el peldaño en la piel

Renacidos
Desconocidos
Siempre un nuevo
golpe de esternón

Proyectando amaneceres entre nosotros
No respirar flojo ni al morir
Verter el cuerpo como un jarro.

Remolcados por caricias
se conquistan los más bellos descampados

Fósforo en el sexo

Mezclarlo todo en el mortero del ahora

Bienvenido para errar infinitas veces
te digo
Gustosa
sin asas, déjala hacer, libre y tuya,
la ocasión,
muestrario de exhalaciones y espejismos
ánfora en tu sed
que el deseo viene a condensarse
en tu cabeza
sin espinos, ni líneas continuas
Apretado, desnudo, puro
como todo lo bueno

Traigo alimento, una ráfaga de drama
y el soplo de la piel que viene a desnudarse
en las playas de tus ojos

Palmo a palmo, recorrer las noches
y estas lindes que laten
palmo a palmo
tus regiones más inhóspitas
sustancia o trampa
como una planta que crece en la sed
piedra roseta en el escalofrío de la nuca

haré oficio de esta casa de carne

y mi manto de harapos lucirá como el sol. 









martes, 19 de diciembre de 2017

El camino nunca termina - Henry Miller





Así caminamos, dormimos y comimos juntos, los gemelos siameses a quienes Dios había juntado y a quienes sólo la muerte podría separar. Caminábamos con los pies para arriba y las manos cogidas. Ella se vestía casi exclusivamente de negro, salvo algunos parches purpúreos, de vez en cuando. No llevaba ropa interior, sólo un vestido de terciopelo negro saturado de perfume diabólico. Nos acostábamos al amanecer y nos levantábamos justo cuando estaba oscureciendo. Vivíamos en agujeros negros con las cortinas cerradas, comíamos en platos negros, leíamos libros negros. Por el agujero negro de nuestra vida nos asomábamos al agujero negro del mundo. El sol estaba oscurecido permanentemente, como para ayudarnos en nuestra continua lucha intestina. Nuestro sol era Marte, nuestra luna Saturno; vivíamos permanentemente en el cenit del averno. La Tierra había dejado de girar y a través del agujero en el cielo colgaba por encima de nosotros la negra estrella que nunca destellaba. De vez en cuando nos daban ataques de risa, una risa loca, de batracio, que hacía temblar a nuestros vecinos. De vez en cuando cantábamos, delirantes, desafinados, en puro trémolo. Estábamos encerrados durante la larga y oscura noche del alma, período de tiempo inconmensurable que empezaba y acababa al modo de un eclipse. Girábamos en torno a nuestros propios yoes como satélites fantasmas. Estábamos ebrios con nuestra propia imagen, que veíamos cuando nos mirábamos a los ojos. Entonces, ¿cómo mirábamos a los demás? Como el animal mira a la planta, como las estrellas miran al animal. O como dios miraría la hombre, si el demonio le hubiera dado alas. Y, a pesar de todo, en la fija y estrecha intimidad de una noche sin fin, ella estaba radiante, alborozada.
Tenía dos cañones, como una escopeta, era un toro hembra con una antorcha de acetileno en la matriz. Cuando estaba en celo, se concentraba en el gran cosmocrator, los ojos se le quedaban en blanco, los labios llenos de saliva. En el ciego agujero del sexo, valsaba como un ratón amaestrado, con las mandíbulas desencajadas como las de una serpiente, con la piel erizada de plumas armadas de púas. Tenía la lascivia insaciable de un unicornio, el prurito que provocó la decadencia de los egipcios.
¿Qué era la vida en la tierra sólida para nosotros que estábamos decapitados y unidos para siempre por los genitales? La vida era un joder perpetuo y negro en torno a un poste fijo de insomnio. La vida era escorpión en conjunción con Marte, en conjunción con Mercurio, en conjunción con Venus, en conjunción con Saturno, en conjunción con Plutón, en conjunción con Urano, en conjunción con el mercurio, el láudano, el radio, el bismuto. (…)







martes, 12 de diciembre de 2017

Die Camera aus




Eso me gritaban las prostitutas de la Oranien Strasse en el ‘98
mientras yo, torpe y helada, apagaba la cámara.

Y eso quiero yo para mí.
Ver a solas lo nuestro, tronco de olivo
que prende eterno o al menos, toda la noche.

Trinitrotolueno o espita del demonio,
aquello de montar escenario de cualquier cosa
ante cualquier ojo.

A mí, la oxitocina de fabricación propia,
ivagínate dónde podemos llegar.

Dame jabón y un código,
que me sé el club de la lucha
igual que me aprendí la canción del pirata en quinto curso,

-de carrerilla-

puestos a secretar, secretemos peyote en rama
y viajemos juntos
tan lejos como alcancen las ganas
las rabias
o todo lo inacabado que ansiamos rematar
antes de caer.

Que cuando pestañea el deseo,
se nos duerme el mundo entero.

Acércate al poliedro o Medellín que porto en el alma
y déjame agitar tu proa
con monodosis de felicitá,
alguna reyerta o pequeño melodrama,
que ya sabes que me recreo en el espigón de tu mirada,
en el frunce de tu frente,
meretriz de tu fracaso
y becaria de tu andar,

yo sólo vine a por el bronce,

que mi meta es el instante,
y más que a reír o llorar,

nos vinimos a gozar.







viernes, 1 de diciembre de 2017

LA FRANJA ERRÓNEA



























Yo arribaba a puerto melancólica,
con un pasado en la garganta,
sin saber cuánto pesa el dolor que nadie te factura
aunque sean trillones de kilos.


A punto de parar y gritarle al funcionario/lector
“declaro que traigo drogas duras fabricadas en mi piel,
raudales de ganas ilegales para rondar oscuridad,
asalvajada y depresora,
que no soy divertimento al uso,
así muy aleatoria
ojos puñal
abrazos neuróticos
ropa nacida para el desprendimiento,
tres lenguas, dos sangres, dos islas,
que mis únicas raíces son mis manos
al enterrarse en la carne del infinito
o los ojos aceituna cuando le miran".


Que no hay mucho más.
Que lo ligero no es menos hondo
pero que lo hondo siempre es más fresco
porque escarba
porque hurga
porque es valiente


Y así sin más, que no traigo arco iris
esta ciudad es muy grande
y hay calles con soles
que aguardan y ciegan.


Que no vengo a hacer café
sino a provocar insomnio.


Las lomas altas y las minas oscuras
son para los que se arriesgan.

jueves, 23 de noviembre de 2017

Consigna a construir - Mario Santiago Papasquiaro

 

1 adoquín es como el eco manchado
de mi rostro
un pétalo arrugado
que mucho / poco /demasiado
algo / tiene que ver & verse bifurcado
en la epilepsia
de mis gestos

Lo raro sale a la calle
& no deja que se duerma
lo raro fuma un cigarro
& el aire se puebla de sensaciones-catedrales
quemen sus tarjetas de identidad
sus gestos tan leucemia
tan nariz truncada

huyo de mí
& de mis basureros
de silencio

¿mi rostro?
un jeroglífico
un funeral desmayándose de espaldas
una nube con los calzones rotos

sale humo de las venas & los huesos
Pienso / vibro como 1 topo metamorfoseados ya sus dientes
en raíces terranostra en espejos carambola
de 1 motocicleta desbordada

no pierdas de vista la danza
celular de las estrellas
el tejido vivo de la luna
a punto de entrar en contacto
con los vidrios más asoleados
de tu piel

¿mi rostro? de guerrero apache
desbrozando nudo tras nudo
la selva electrizada de tu histeria
¿mi rostro? la voluntad de 1 salida

hoy quiero que tus senos
me pinten las manos de colores
hoy quiero que tu cuerpo
me ilumine
&
oler el pus vivo de los adolescentes sin malicia

que el suicidio se vista de James Bond
o Frank Sinatra / & arruine sus caderas
su lucidez su pulso
la canoa de su respiración
su ex sabia brújula que ahora no hace sino crearle
pésima reputación a las histerias
NO / NO / NO & NO

Amo el Ojo experto
en penetrar la ingle crispada
de las lluvias

Árboles taquicárdicos
árboles faltos de toda cordura:
árboles que parecen perros
que parecen venados:
ademanes del ojo de Dziga Vértov

pero los rostros-óvalo de fiebre
de la gente-valium 5
que camina su inercia junto a ti
NO / NO / NO & NO

los aviones zumban como teléfonos histéricos
&
el cuaderno donde te escribo / berreando /
como una colina de nieve herida de muerte
me detengo a mirar la escalera-esqueleto
la calentura-funicular de un silbido

un perro me ha cogido de perrera & lo celebro
sus ladridos tuercen mis venas como alambres

detrás de las puertas cerradas
el aire ciego se duele

tus labios (fresas fúnebres)
aprenderán a sostenerle tus rodillas al despilfarro
aprenderán a aprender o el viejo himno de
esta especie
les pondrá su gordo dedo encima
El que se quedó
se quedó

Arcoíris-zombie
lo más alejado de una cascada-forajido
de una explosión-fuera de la ley

cielos que te enseñan que la serenidad
es no sólo frutal sino agarrable

Fotografías que no podrán ser utilizadas
como bastón, tranquilizante, crema protectora

¿me está oyendo con todas sus orejas de burro
con todos sus audífonos de ópera-rock?

la mente rompiéndose la jeta
ladrando sí: ametrallando
embarrando groserías como un Besosinhocico

me como de un sorbo los Pirineos catalanes
las murallas de pinos
la constelación del autostop

el sol sin zapatos
llena de muescas la vidriera

las estrellas hacen tic-tac: tic-tac: tic-tac
(pequeños relojes angustiados
peces con alas
ojos escandalosos
a su modo
agujas que me ponen turbinas en la piel
muchachas heridas por tanto punto suspensivo)

este sueño musgoso de dar un recital de rock'n roll
¨los sueños de dragona de la Catedral de Notre-Dame

te pegas a la rockola
oso inquieto por que nadie te quite tu panal

-en mi mochila te llevaré
un caleidoscopio
& un coñac de ciruelas silvestres
& así de hashish en hashish de travesti en travesti
se pasa la vida como se pasan los dedos
por el lomo hipnotizado de cualquier revista
((& le guiñas el ojo & le sonríes nerviosamente
a la portada))
& no le abres la bragueta a los adoquines del enigma
mamando fuerza
abrigándote la ubre
-junto a la respiración de los ferrocarriles
o los túneles de humedad que tejen los cangrejos
hechos rayas

qué manera de callar la mía
en un país de besos regalados

un avión echa espuma por la boca
para que no se hundan las barcas hipnotizadas
de los pescadores

¿De verdad crees que el vino
será capaz de extirparme
la ciencia-rueda de la fortuna de mis huesos?

en una carta Mara habla de BESOS DESATADORES
DE TORMENTAS & subraya su escasez
como el Gran problema

la Nada queriendo engancharme
en su harem-anestesia
inscribirme en su Kindergarten de éter
contra
el jazz-puñal de bolsillo
de las calles
& mi
imaginación comiendo sin parar

Groucho Marx rasurando
a León Brézhnev
en la bañera después de una seducción
(concierto meteórico en ring camuflado)

colillas de polvo cósmico
disolviéndose en charcos de vodka

¿De verdad no quieres?
un vino bajo la axila
mi impermeable sonriendo
mis piernas tembleques
haciéndome mis propios boicots
a domicilio
la cajera viendo en ti más que un ladrón
un complaciente oso de peluche
todo garras & cortesías colores & cohetes
relámpagos / nubes /
autógrafos de esperma en la camisa
¿De verdad no quieres?

Barcelona me transporta al olor a carnicería
de las novelas mamíferoproletas
de Pier Paolo Pasolini
& la realidad tal cual?
¿qué tomate aplastado
qué cebolla llorona es eso?
si te oyeran Gulliver  Atila  Marx
Juana de Arco  Wilhelm Reich
Picasso  Revueltas  Godard  Chaplin
¿qué colapso
qué desvieles qué caradiajos qué chintreras? sucede
con tus condenadas Máquinas deseantes
¿inquilina de honor de tu destino?
¿eh, eh? contéstame cometa de Mi Sombra

(Radiografía yema a yema
las claras lágrimas
que no deja lloviznar
tu perenne imperfección)

Que comience a mojarse tu lengua
de caleidoscopio
el milésimo ventana de tu edificio
el mundo interior del mundo exterior
de tu mundo interior

GOLPE DE DADOS EN LA BOCA DE LA SERENIDAD
jaque mate a las trampas
de los gemidos flamígeros
desde la fiebre
a la más suave

respiración


jueves, 16 de noviembre de 2017

Poema doble del Lago Edén - Federico García Lorca


Nuestro ganado pace, el viento espira

Garcilaso

Era mi voz antigua

ignorante de los densos jugos amargos.

La adivino lamiendo mis pies

bajo los frágiles helechos mojados.


¡Ay voz antigua de mi amor,

ay voz de mi verdad,

ay voz de mi abierto costado,

cuando todas las rosas manaban de mi lengua

y el césped no conocía la impasible dentadura del caballo!


Estás aquí bebiendo mi sangre,

bebiendo mi humor de niño pesado,

mientras mis ojos se quiebran en el viento

con el aluminio y las voces de los borrachos.


Déjame pasar la puerta

donde Eva come hormigas

y Adán fecunda peces deslumbrados.

Déjame pasar, hombrecillo de los cuernos,

al bosque de los desperezos

y los alegrísimos saltos.


Yo sé el uso más secreto

que tiene un viejo alfiler oxidado

y sé del horror de unos ojos despiertos

sobre la superficie concreta del plato.


Pero no quiero mundo ni sueño, voz divina,

quiero mi libertad, mi amor humano

en el rincón más oscuro de la brisa que nadie quiera.

¡Mi amor humano!


Esos perros marinos se persiguen

y el viento acecha troncos descuidados.

¡Oh voz antigua, quema con tu lengua

esta voz de hojalata y de talco!


Quiero llorar porque me da la gana

como lloran los niños del último banco,

porque yo no soy un hombre, ni un poeta, ni una hoja,

pero sí un pulso herido que sonda las cosas del otro lado.


Quiero llorar diciendo mi nombre,

rosa, niño y abeto a la orilla de este lago,

para decir mi verdad de hombre de sangre

matando en mí la burla y la sugestión del vocablo.


No, no, yo no pregunto, yo deseo,

voz mía libertada que me lames las manos.

En el laberinto de biombos es mi desnudo el que recibe

la luna de castigo y el reloj encenizado.


Así hablaba yo.

Así hablaba yo cuando Saturno detuvo los trenes

y la bruma y el Sueño y la Muerte me estaban buscando.

Me estaban buscando

allí donde mugen las vacas que tienen patitas de paje

y allí donde flota mi cuerpo entre los equilibrios contrarios.

jueves, 9 de noviembre de 2017

Intimidad (1939), Jean-Paul Sartre (fragmento)

 




Me ama, no quiere a mis intestinos: si le mostrara mi apéndice en un frasco no lo reconocería; está todo el tiempo manoseándome, pero si se le pusiera el frasco entre las manos no sentiría nada en su interior, no pensaría: “es de ella”; se debería poder amar todo en una persona, el esófago, el hígado y los intestinos. Quizá no se les quiera por falta de costumbre; si se les viera como se ven nuestras manos y nuestros brazos, quizá se les amaría. Entonces las estrellas de mar deben amar más que nosotros: cuando hay sol se extienden sobre la playa y sacan el estómago para hacerle tomar aire y todo el mundo puede verlo; me pregunto por dónde haríamos salir el nuestro, por el ombligo.




martes, 7 de noviembre de 2017

Henry Miller, desesperado y vivo


 

"La subo sobre mí y, mientras las cuerdas me resuenan en los oídos; la habitación está obscura y la alfombra pegajosa con el kümmel derramado por todas partes. De pronto, parece como si se acercara la autora: es como agua arremolinándose sobre el hielo y el hielo está azul con la bruma que se alza, glaciares hundidos en verde esmeralda, gamuza y antílope, meros dorados, morsas retozando y el ambarino lucio saltando sobre el círculo ártico… Elsa está sentada en mis rodillas. Sus ojos son como ombligos diminutos. Miro su enorme boca, tan húmeda y brillante, y la cubro con la mía.
(...)
No tengo dinero, ni recursos, ni esperanzas. Soy el hombre más feliz del mundo. Hace un año, hace seis meses, pensaba que era un artista. Ya no lo pienso, lo soy. Todo lo que era literatura se ha desprendido de mí. Ya no hay más libros que escribir, gracias a Dios. Entonces, ¿qué es esto? Esto no es un libro. Es un libelo, una calumnia. El mundo es un cáncer que se devora a sí mismo.
(...)
Boris me acaba de hacer un resumen de sus ideas. Es un profeta del tiempo y dice que éste seguirá empeorando. Habrá más calamidades, más muerte, más desesperación. No se observa la más ligera indicación de un cambio... Debemos llevar el paso, cerrados en fila hacia la prisión de la muerte. Imposible escapar. El tiempo no cambiará.
(...)
Hacía sólo unos días que se había agarrado a mí desesperadamente, y después algo ocurrió, algo que ni siquiera está claro para mí ahora, y por su propia voluntad subió al tren y me volvió a mirar con esa sonrisa triste y enigmática que me desconcierta, que es injusta, forzada, de la que desconfío con toda mi alma. Y ahora soy yo, parado a la sombra del viaducto, quien tiendo los brazos hacia ella desesperadamente y en mis labios aparece esa misma sonrisa inexplicable, esa máscara que he colocado sobre mi pena. Puedo quedarme aquí parado y sonreír inexpresivamente, y por fervorosas que sean mis plegarias, por desesperado que sea mi anhelo, hay un océano enre nosotros; ella seguirá allí en la miseria, y yo caminaré aquí de una calle a otra, con lágrimas ardientes quemándome el rostro. "





Sexus

"Un niño no necesita escribir: es inocente. Un hombre escribe para expulsar todo el veneno que acumuló a causa de vivir falsamente".



lunes, 30 de octubre de 2017

la piel y su confidencia




(tu risa es una ducha en el infierno)
L. A. de Cuenca

21:30
Suelo estar tranquila hasta que en vez de comunión leo demonio. Que es lo que me acaba de pasar leyendo un poema. Y es como ese hilo de la blusa del que no tirar. Pero tiras. Y empiezas a escribir un poema vestido de prosa y Heineken que acaba en verde y Desnuda. Y tengo frío y estaré sola toda la noche. Y no sé dónde voy. Como si me hubiera puesto el antifaz que usaba cuando hacía turno de noche en el aeropuerto, y forzaba la oscuridad en mitad del olor a café y tostada y sólo eran las diez de la mañana. Esa desubicación es tan peligrosa.
Tampoco he sido nunca de itinerarios. No sé manipular el momento. Triangulaba bien pero nada de hacerle cirugía al texto. Más bien de incluir el arañazo del gato, el mechón que cruza el rostro o mi luxación del hombro izquierdo. Algo que intenta desprenderse de uno mismo. Eso es el poema para mí. Una luxación. Como si fuera una alfombra polvorienta, con sus ácaros, su polvo, su historia, su histeria, su barro y pudiera sacudirla. Alejar el alma. Borrar huellas. Llamar escombro al rh negativo que me recorre, en circuito cerrado, con sus picos y pozos. Desvirtuar la pena un instante, improvisar un monólogo de sed que busca abrazo. Dejar que dance la larva en plato ajeno. Que tú lo leas y entre uno y otro, travistamos la curva cerrada en panorámica de luz, postal que se separa de lo hondo. Pero soy sanguinolenta. Pero me escribo en carne viva. Y hueso. Y fluido. Y rabia. Y soledad. Y repetición, caos  y precipicio. Y me desprendo de ello un rato. Y me siento ligera que no vacía. Un viaje y su droga.
Hablar de aterrizaje es otro poema que no sé si quiero escribir.    
21:37














lunes, 23 de octubre de 2017

la llave Allen




La usamos para todo
hasta perderla o gastarla.
Para salvar la apnea del peor poema
Para entrar en la cabeza escheriana que nos muerde las ganas
Para abrir lucernarios en los ojos cerrados
Artesanales lobotomías hechas con tanto amor.
Para tapar cráteres u abrirlos.
Para encajar nuestras manos cuando zarpan en busca del otro

El desamor como un cambio climático en el que no creíamos
que nos chupará los rojos y los humedales más ricos que tengamos
Dije que el enamoramiento y el despecho nos vuelven malos escritores
y posiblemente, peores lectores,
pero también más humanos.
Comederos en los que alimentar a la televidencia
como a caballos viejos y previsibles

Hacer ramos con los rastrojos que otros pisan
es reciclaje romántico o simple limpieza
pero no sé qué hacer con los silencios que me dejaste en la memoria

-Y me acuerdo del derrumbe de los cuerpos-

Hazme caer como si fuera tu último día
ahora que aún soy
un zeppelin
anunciando en la playa más larga del mundo
lo mucho que te amo.


















sábado, 14 de octubre de 2017

Fitzcarraldo






















No subestimes al que late con sangre espesa
y merodea más allá de las superficies
con su hatillo de morbo y envuelto en silencio

No subestimes al que no brilla con luz propia
más allá de los leds de su cocina
ni aquel que se abre paso
tirando de anillas de 33cl
esculpiendo poemas de sus vuelos catastróficos

El que no lleva brazalete
ni dorsal
ni vocifera sus verdades
en 140 caracteres

No lo subestimes
porque es el afilador
viene a buscar tus cuchillos
para que brillen y sajen tus rabias
ante tus invitados
excelsa cubertería del que nunca
comió con las manos

Su silbido arrasa en tu olvido
y llena sus versos del síndrome de la Tourette
para tricotarte en la mollera
que hay otros mundos
para correr sin herraduras

Construir la propia ruina
es laborioso
conlleva dedicación y lodo
y deviene en cimiento
para los herederos de la cúspide,
presas de palacio.

Alguien tiene que encargarse del derrumbe
alguien tiene que cruzar primero
por si el puente está podrido.

El sherpa que te coloque las cuerdas
que te lleve el equipaje
y se aparte en tu foto.

Habita tu mirador y no le subestimes
déjale hacer o deshacerse.
pero déjale libre.


jueves, 5 de octubre de 2017






Los ojos queman los ojos. Nada nos abrasa como una mirada. La mirada del odio, la mirada del amor, la mirada de la pregunta. Sé que mis ojos pueden incendiar al mundo. Sé que otros ojos pueden incendiarme. En la vida vamos agrediendo y sangrando con los ojos, por los ojos. Ah ! La agresividad de los ojos. Los ojos, arma blanca. Nadie puede soportar la interrogación de los ojos. Cuánto tiempo tarda un hombre en ser dueño de sus ojos". 

Mortal y rosa, Francisco Umbral 






martes, 3 de octubre de 2017

KREUZBERG



























Noches náufragas, de madero a madero.
Vaciado de botellas y mensajes borrosos.
Un lavado de gravas en la cabeza para disipar el dolor
de dos pompones de acero repicando.
Ese amanecer de buzo amarrado a un baffle.

Quería radiografiar cada graffiti contigo,
cada corredera, portal o farola,
el reverso de nuestras cuevas,
aireadas,
por una vez, lucir el escombro
y hallar ojos que no se duelan.

Descubrir nuestras Altamira.
Esa necesidad de gritarlo todo,
de hacerlo en cualquier lugar.
De convertir la propia piel
en muros pintarrajeados,
yonquis de tinta.

Pisar las cuerdas exactas
del mástil de tu cerebro
porque suenas tan bien
así cuando improvisado,
tarareado entre mis brazos.

Y después en cualquier rincón,
con poca luz,
traficar con nuestros corazones de uranio.
Somos Fausto.
Canjes de saliva,
miradas que agotan las existencias
de cualquier trasatlántico.
Cazadores o recolectores
pero dispuestos y algo desorientados,
como payasos exiliados en un drama.

Sembrarlo todo de nosotros.
Taladrar agujeros en la calma
y danzar sobre las vallas electrificadas
de las zonas de confort
que nos vienen por defecto.

Deshacerme las medias
con las sillas astilladas
de los tugurios que más amo.

Noches náufragas.
Amarrarme a puerto
con el pelo ya muy despeinado.
Que cada enredo al día siguiente duela
y me recuerde a tus manos.
Que dos medias lunas de rímel
coronen mis mejillas,
delatando la madrugada.
Y decirte: ya ha pasado, todo ha pasado. 


Imagen: Kreuzberg



jueves, 21 de septiembre de 2017

BOOMERANG



Me empecé a sentir tan sola
que el hueco ocupó
mares muertos, estrechos de Bering, parte de océanos poco pacíficos
y órganos vitales de los que nunca sonaron en capillas sixtinas
como esos parkings de hipermercado en plena madrugada
que sí, que son poéticos, tan americanos siempre en nuestro imaginario
cuando los ves en una foto de Eggleston
pero cuando te definen, rotura de ligamentos, hectáreas asoladas, sentimiento poligonero de lo más vulgar,
prensa amarillista analizando a full time tu estado de desánimo…
en fin, al fin, por fin, sin fin

Y ahí estás. En pedazos. El único boomerang, se llama dolor
por lejos que lo mandes, vuelve y vuelve y revuelve.
Y nunca se resuelve.
No sé cómo lo llaman, cuando el cuerpo se enfrenta al frío
y hace como un dragón que suelta la cola en caso de peligro
Autotomía o algo así
Que es como cortarse a sí mismo.
Como esa pregunta cabrona de: ¿en un incendio, qué salvarías?
(subyace: ¿qué no te importa?)
Porque no deja de ser la cruz de:
¿A la isla desierta que te llevarías?
Porque no es lo mismo salvarlo que llevártelo
A uno lo mueve la pena y a otro la necesidad/deseo
De uno sacaría las fotos de familia, peso en oro
y al otro me llevaría al hombre y los poetas infrarrealistas
sin dudarlo
porque mirando fotos, puedo morir de tedio.

Vasoconstricción,
como los alpinistas que se dejan anulares en el Annapurna
especie gélida de divorcio
como si fuéramos inuits

uno lo va soltando todo,
y toda la sangre se concentra
en el órgano vital
que late y late
se hincha y respira
y se le hace un corro protector
como si pudiera acabar salir corriendo
hacia algún lugar

las piernas te llevan más lejos que un corazón.
a ver si me entero.









sábado, 9 de septiembre de 2017

*pero las horas vuelan a la medida de incautos inmortales” - María Pilar Blanco Unzue


 


*pero las horas vuelan a la medida de incautos inmortales”

‘El mundo anidará profecías horarias
lo descuartizarán cráneos’
Son el tiempo de todos. La amorosa
túnica que los viste
de ellos y a ellos es la gracia por siempre del presente
aunque las blinde la carga
en quintales de fracaso
las horas ya han perdido la inocencia
solas, cumplen a tamaño real inverosímil de los álamos
como hombres
paja
a ellos, actores impacientes,
el ritual ilógico desnudos de rincón
a un solo angular oscuro y de nostalgia
a ellos todo es cima
y es hondo
y es fácil
y es ceniza inapelable
y paso de presagios
y rutina infinita los incautos
y osamenta del miedo
y es indulto imposible
cuando
una
sola
hora
p a s a
Las horas no se mueven limpiamente
si las mima un ceda el paso la noche
de una ruina. la cicatriz vulgar en su seso asexuado
inexplorable
que sí que no regular que impasibles
los nómadas de ingenio aún no las v i e r o n .


María Pilar Blanco Unzué
Séptima sensible
Editorial Alkaid



viernes, 8 de septiembre de 2017

Apotropaico






Del gr. ἀποτρπαιος apotrópaios 
'que aleja el mal' y -aico.
Dicho de un rito
de un sacrificio
de una fórmula
etc.: 
Quepor su carácter mágico
se cree que aleja el mal 
o propicia el bien.


(Con arreglo a la locura)

Crucé los dedos
para hacer pause/instantánea
del momento feliz
como si fuera posible
hacer bello el roce de la alambrada

toque todos y cada uno
de los árboles del bosque
contando sus anillos a ojos cerrados

muy dejada a solas
con mis crónicas de habitación
haciendo aspa con los brazos
ojos rapaces y
la necesidad de sacarlo todo afuera
como ropa mojada
y exagerar, de nuevo,
el domicilio de la congoja
y la impresión
y la danza
y el propósito de la tinta
que viene para sudar de mí
en mí
en ti

el poema como eyector de residuos interiores
o como espora mágica que va abriendo ventanas
cauces o nadas
pero siempre una extensión demasiado grande
para mis furias y sus coros

en busca de un sosias
que viva tu misma vida
a diez mil kilómetros
pero en alta definición

reconstrúyeme un poco ahí donde el derrumbe
(ansié)
desfibrila la ilusión
dame el latido del acantilado
y atrapa el temblor contenido en la garganta de los gallos

venía a vivir en tus reservas de calor
cuando el deseo se arrastraba bendito
por mil desiertos envasados al vacío,
dije dame
dije ten

las cicatrices no flotan en nuestros privados escoriales
y el poema no trae fondo
ni la palabra pared o bengalas
sólo me queda la santería del verbo
la gárgola en la entrada
las fauces del león

te acercas
custodio del peligro
y de mi indefensión
obscena asfixia de semen
musa que desenrede las piernas
cuando no quieras marchar
común fanfarria
para saciar recodos de angustia

traigo en la mirada tanta oportunidad
como desolación
que el alma es un burdel
no seamos tiernos a deshora
fuimos polen abandonado,
linterna que no faro
hermosa persecución de la carne
mente excitada
brutal vaivén del aire caliente

ahora resto
eco del aullido
estalactita de saliva
brillo y hueso embalsamado
no hubo suerte