Ni sé decir no, ni sé parar un taxi en la calle, ni distinguir sable de herida.
Respiro sin entender bien qué es el diafragma. Nunca hice full de reinas ni humeé los panales que me atemorizaban en la terraza hasta que las abejas los abandonaron por sí solas, y aún, seguí temiéndoles, como si fueran supuestos revólveres vacíos sobre mesitas ajenas. Cuidé del dolor, como si un potrillo hermoso que no marcha de casa. Sentí el deseo como una serpiente que trepa entrepiernas y ruge en tu centro. Supe abrir ventanas cerrando los ojos. Lloraba y buscaba vasos de agua, siempre pensé que el llanto seca bocas como un buen orgasmo. Humedad que se canaliza. Porque siempre llueve en algún lugar mientras un desierto crece. Me gustan las notas distorsionadas que albergan quejidos, bottleneck maldito, y las voces roncas y profundas como árboles de mil anillos. El olor del café y el calor que cruza la taza y se atrapa en mis dedos. Aguantar hasta que quema demasiado. Llenarme de tierra arrancando malas hierbas y oler el tomillo mezclado en las palmas de mis manos. Ser la mujer ovillo en el sofá. Escuchar love in vain los domingos con el dulce mareo del sentimiento ya demacrado y arrancarle el sepia a la vida lejos de ti.
Respiro sin entender bien qué es el diafragma. Nunca hice full de reinas ni humeé los panales que me atemorizaban en la terraza hasta que las abejas los abandonaron por sí solas, y aún, seguí temiéndoles, como si fueran supuestos revólveres vacíos sobre mesitas ajenas. Cuidé del dolor, como si un potrillo hermoso que no marcha de casa. Sentí el deseo como una serpiente que trepa entrepiernas y ruge en tu centro. Supe abrir ventanas cerrando los ojos. Lloraba y buscaba vasos de agua, siempre pensé que el llanto seca bocas como un buen orgasmo. Humedad que se canaliza. Porque siempre llueve en algún lugar mientras un desierto crece. Me gustan las notas distorsionadas que albergan quejidos, bottleneck maldito, y las voces roncas y profundas como árboles de mil anillos. El olor del café y el calor que cruza la taza y se atrapa en mis dedos. Aguantar hasta que quema demasiado. Llenarme de tierra arrancando malas hierbas y oler el tomillo mezclado en las palmas de mis manos. Ser la mujer ovillo en el sofá. Escuchar love in vain los domingos con el dulce mareo del sentimiento ya demacrado y arrancarle el sepia a la vida lejos de ti.
Me leíste el sentimiento
ResponderEliminar" Porque siempre llueve en algún lugar mientras un desierto crece "
Y no lo rescato, porque el texto entero me salva , pero es que ese verso se me ha clavado
Besiños fuertes
En algún lugar del mundo tiene que haber nacido algo muy feo:
ResponderEliminarPara compensar la belleza que transmites.
La suficiente fragilidad como para ser un tornado... Abrazo, J.
ResponderEliminarEsto es una bestialidad.
ResponderEliminarAl borde de la desintegración!