malditos sean los curiosos y que los malditos sean curiosos:
la esencia de la poesía es una mezcla de insensatez y látigo...
....el gran Hank

jueves, 15 de octubre de 2015

爱 y tapetum lucidum




leí que existen ecosistemas tan reducidos como los charcos de marea de las rocas, el problema es saber dónde termina uno y empieza otro. entonces trazo un paisaje en el corazón para ti. o lo recorro contigo. una llanura y un precipicio caben en él. barroquismo bombeando su aorta, mar rojo que se cubra de niebla cuando despunte el día. un itinerario desde la absenta. los poetas franceses están al fondo, derramando licores sobre esa barra centenaria, mientras yo escribo tu nombre con la punta de una llave de seguridad sobre la cera, que como espuma, dibuja círculos alrededor de las velas.

después siempre hay una ventana y un callejón o un jardín, y un gato que pasa de los brazos de Bukowski a los de Hemingway a los de Cortázar a los de Kerouac a los de Borges y así, indefinidamente. ese felino de siete o siete mil vidas, siempre presente en el momento de la revelación. transmisor territorial, desconfiado, carnívoro, y con esa actividad nocturna y su tapetum lucidum que tanto nos enamora. el suelo está sucio, lleno de escombros, el típico órgano vital roto y acabado tantas veces como la vida de ese gato, sueños o travesías teñidas de desconsuelo, un cocktail molotov de decepciones y lucidez y un ego enorme al que le van pequeños los zapatos.

hay alcohol y sexo y dolor. en exceso o en escasez. orfebres de los pozos vitales, cirujanos del alma, reyes de las cañerías del daño. sus campos de algodón eran metafísicos, de ahí sus halos jazzísticos y blueseros.

en el subterráneo están los músicos, haciendo el trabajo sucio, acotando la zona tras el derrumbe,  sedando tras la amputación y drenando entre acordes, balizando/banalizando el peligro de estar solos, leyéndonos en voz alta. 




#inacabado

lunes, 12 de octubre de 2015

selfish



Aquí está el mundo.
Tú ni sabes de la violencia en la que estás implicada.
Forrest Gander



Nos hacemos selfies perjudicadas en baños de antro a altas horas de la madrugada inmortalizando nuestras horas bajas y no tenemos la coartada de la edad.
Nos enamoramos a media primera vista y no tenemos el perdón de la ceguera.
Hurgamos la emoción a lo Stanislavski, arañando la entraña, 
creyéndonos únicos y complejos, 
para acabar abrazados al alka-seltzer, la ojera y el melodrama. 
Nos lanzamos a abismos con arneses imaginarios desoyendo consejos porque llevamos cuatro décadas -o más-  sobre el mismo asfalto viendo como los cielos son algo que no se toca y así creemos entender la gravedad.
Nos tatuamos para ser diferentes y acabamos siendo clones bañados en tintas mediocres.

Nos exhibimos en nuestros poemas derramando todos los fluidos habidos y por haber y ya ni sabemos si gozamos o lloramos.
Jugando a ser bukowskis o pizarniks mientras se retuercen por ello en su más allá.
Nos decoramos las heridas, nos lamemos las culpas unos a otros como gatos esterilizados que no supieran querer a nadie.

Seres tecnológicos y decadentes al mismo tiempo. Crecimos con Blade runner y leímos a Baudelaire.
Hicimos interrail y nos enamoramos en Chekia. Sudamos en alguna rave y ahora renegamos de ello.

Le buscamos atajos al verbo para acabar no diciendo nada y terminamos en el naufragio de la estrofa recién nacidos a la intemperie. 
Somos felices los dos minutos que suceden al poema y el resto es buscar algo que nos salve de la certeza de ser una versión empeorada de uno mismo al releerlo.

Erramos como novatos en la emboscada del amor y después miramos hacia otro lado colocándonos la ropa, el barro y el decoro tras la caída.  
Nos reseteamos fríos y  masticamos sobre el teclado la huida.
En slow motion nos observamos, y olvidamos que no todo resiste, 
que somos maleables, permeables y fallidos 
y dejamos que nos penetre cualquier cosa excepto la cordura.

Y después de tanto, sin edad, sin coartada, sin remedio, 
con resaca, deterioro y algo de pena, 
pienso: he tenido frío
y  constato: no sé reanudarme.

Ojalá entendiera que los mejores poemas se escriben con aliento y carne.

viernes, 2 de octubre de 2015

la ansiedad de la polaroid
























naked hurricane at quarter to eight
thas's me
that's my decay



Voy a sacarme el corazón cuando se asusta
y cosechar el latido ajeno
de estas redes de arrastre
y volver a la cama de 90 para no sentir el vacío
-aunque no sea una gran idea-
mientras se me comban por dentro tus huellas

Es imposible que deje de radiografiar tristezas y gemidos,
de eso están hechos mis poemas,
con rapidez,
bocetos ansiosos que se teclean entre muslos y labios,
algo de desproporción en mis miedos,
las drogas de tu cuerpo,
y tu lengua dibujando chemtrails en mi espalda,
alquimia y derrota
el desbarajuste de la herida tardía
y ahí,
mis caballos nerviosos
y yo vomitando libélulas mientras corre la noche

suena empty bed de Tim Kasher
mientras aparco el coche
ganas de mojar las ojeras, bellos indicadores del fracaso.

estamos hechos de citas hermosas que vienen a definirnos
aunque no sepamos quiénes somos

no soy cola de cometa
ni tú luz de faro
un corazón hambriento aguardando algún espectáculo tal vez
el traje hecho a medida del esperpento y poco más

que le voy a hacer si la deriva se acuesta conmigo
y me lo hace hasta el final.

me asemejo a una estatua que se ahoga en tu café
pero no temas, te meceré en mi tinta sucia

la soledad es una boa constrictor
se tumba junto a mí en la cama
y me mide
con el propósito de engullirme entre jadeos

pero me acostumbro

a la orografía erógena del desequilibrio.