malditos sean los curiosos y que los malditos sean curiosos:
la esencia de la poesía es una mezcla de insensatez y látigo...
....el gran Hank

jueves, 31 de marzo de 2016

m'illumino d'immenso





Vuelve. Haré un mapa de mí. Falsearé algunos datos y algunos acantilados, cicatrices de niña que nada tienen que ver con las de mujer, los sietes en el alma no suturan ni dejan bella marca/travesura que mostrar. Y así tramaré la colisión por alcance. Sendero de saliva por tu sexo para encontrarnos. Túneles que se regalan oscuridad. Y todo el frescor que traen los perdedores, bajo tierra, entre las manos, sucios pero libres. Obscena perra de Paulov que te aprende. Ensayo y error. Ensayo el error. Y me sale perfecto. Cuando nos arrancamos el uno del otro. Yo la tierra, tú el tallo, raíz-veneno, peyote de mis sueños, cuando soy una demonia a la que le han raptado el alma y no me importa porque la tienes tú. El idioma terrible del amor. Ese de ojos que se miran y sexos que se enfrentan. Ese de fluidos. Líquidas noches. Ese de esporas en el alma y esquejes que le nacen al dolor. Dolor, parturienta tenebrosa que nunca aborta. Qué hago yo con el dolor. Me lo jalo, lo digiero. Hago de él manto y me cubro las vergüenzas que no tengo. Miro a otro lado y me dejo en hemorragia en la habitación. Quería llevarme el suelo, las sábanas, el espejo y la pared. Quería llevarme la calle y el momento. Mentira. Quería llevarte a ti. Edúcame. No puedo hacer eso. Llévate la noche, perra. Llévate el temblor. En tu esternón está el requiebro, el grito y el huracán. Úsalo. Úntatelo entre las piernas sin mesura. Qué encierras en tus ojos? En qué lado de la cama duermes? Te abrazas?
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martes, 29 de marzo de 2016

los seres salvajes









































Para existir basta con dejarse ser,
pero para vivir
hay que ser alguien,
hay que tener un hueso,
hay que atreverse a mostrar el hueso
y a olvidar el alimento.
Antonin Artaud
La búsqueda de la fecalidad






Obscena inmortalidad la que da el quererse AHORA,
cuando el paisaje, detenido y jadeante,
te da horas de fiebre, como un pause perfecto en la escena del fuego
y el mapa sumergido en tus ojos,
y tú sumergido en mí.

Naufraga,
que nos derrapan los sueños por húmedos
en mitad del olor a café y la belleza de nuestra ropa arrugada,
tan lejos de la carne.
Fábrica de la adicción, cuerpos que se vencen,
cebos vivos que buscan presa.
Fuera, nuestras Siberias abandonadas.

Apura el instinto del animal desorientado
que te traigo agua y caricia.
Apura lo salvaje
que soy madriguera india,
bunker, cala, trinchera y salida de emergencia.

Déjate al antojo de la marea
y amárrate sólo a la sal sin ternura alguna y tan herido.
Cuando me aprietas la boca
huye de mí la labriega de la desesperanza
y soy el arco y la flecha,
el viento, y el vientre de la llamarada.
La espuma fresca, el rojo del corazón chapoteando en los márgenes.
Deliciosos, márgenes de la luz para nuestro altercado.

Exprimir la arteria hasta matar el amor.
Instalada en el océano y el desastre
cifro tu latido y el bombeo de todos tus pulsos,
los que se palpan y los que se intuyen. 

Te amo de adentro afuera,
con las costuras vistosas y fascinantes de la masacre,
envuelta en los jirones de tu vida
mientras decides dónde anclarte.