Lisergia bajo la bóveda
azul.
Vengo a confesarme en tu
cuerpo.
Un bosque se despliega
sobre el asfalto.
El vuelo enloquecido de
unas golondrinas
como imagen anclada a mi
mente,
y yo las emulo
y aprendo y desprendo
el jadeo/mantra de la carne
inquieta
y el deseo perpetuo
en una
habitación suspendida en el infinito
porque vengo a confesarme
en tu cuerpo.
La ciudad es una salamandra
trepando por mis piernas
y la luz gamberra dibuja un
trencadís
en nuestros ojos sin pedir
permiso,
como si debiera.
Vengo a morir en tu orilla.
Más dóciles que nunca en el
vapor de los pieles,
maleables, puro barro,
creando nuestra propia
niebla,
frondosidad que aisla,
tiempo que hemos detenido
cual mimo en la plaza.
Rotundo idilio de animales
bellos.
Enjambre irremediable.
Te pronuncio.
Música de picaportes
y la hembra, abrazo
estrecho como las calles de la judería.
Que caiga la alegría a
peso,
testimonio de la aceleración.
Hechos y deshechos a mano
en un arrebato de
modernismo amoroso.
Desvestidos de callejuelas,
tan harapientos y gozosos,
sin fingir trascendencia
pues tenemos la fórmula
taquicárdica para el deshielo,
justo ahora
y ahora es siempre
porque vengo a confesarme
en tu cuerpo.
Dejé resina de copal ardiendo en la habitación
y ahora un tigre de sal
arde entre mis brazos.
Un verso salvaje construye
el vértigo en travesaños de caricias
y las miradas con
retrogusto que me brindas.
Vengo a calmarte el mundo.
Vengo a confesarme en tu
cuerpo.
Un mascarón indica el goce.
Tú eres mi casa.
Cuánto destrozo de belleza
nos queda dentro.
No me apacigües, es
lenguaje feroz,
el de mis ramas y raíces,
se agita una isla entre tus
brazos,
se deja, se vence,
se confiesa y emerge.
Miss, hace tiempo que te conozco y te tenía perdida. No recuerdo si en aquella época ya vivías en Ibiza. En cualquier caso, ¡cómo has crecido en tu arte!. Este poema evoca una vida nocturna frenética y salvaje, un Berlín años '90 brutalmente derruido.
ResponderEliminarAntes tenía un blog de malos relatos y ahora uno de malos poemas. Te enlazo y te invito.
Encantador poema.
ResponderEliminarFelicidades.
Besos.
Desgarros en la noche en el sol en la piel vencida.
ResponderEliminarQué puñetera maravilla,maldita sea mi estampa.
ResponderEliminarTemblor!! gracias!
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