malditos sean los curiosos y que los malditos sean curiosos:
la esencia de la poesía es una mezcla de insensatez y látigo...
....el gran Hank

lunes, 7 de noviembre de 2011

Habitaciones (Poema del tiempo que no pasa) - Louis Aragon



Vi durante la guerra a un marinero que se había
Dado como cuaderno su cuerpo entero pinchado
Con agujas azules
Cubierto estaba de mujeres y serpientes y bosques
Pero no se desnudaba ante cualquiera
Jamás le pasó por la cabeza pedir a aquellos
Que lo leían dinero por ver

No soy yo muy diferente de ese hombre
Menos bello eso es todo No doy
Más espectáculo que el de mi alma
Estoy sentado en un escalón de mí mismo
Escribo un discurso jamás pronunciado
Pero mi mano tacha inmediatamente la frase comenzada
Lo que quiero decir no es más de las palabras que un suspiro
Que un signo de mí mismo un nombre de
Otro mundo un trazo mediante el cual me traiciono
Una curva sin ley rápida en cortarse y

Recortarse tacho
Lo que escribo mi muñeca anula los vocablos
Con su látigo de tinta pura azul
Tacho lo que escribo anonado rayo
El decir como un dorso
Queda

La línea retorciéndose en su lecho de sílabas
Y yo te reconozco en este desorden de mi mano

Todas las tachaduras de cuanto escribo son mujeres tendidas
A semenjanza tuya
Hay en el canto intentado esa sombra de ti
Siempre o esa ausencia

Esas mujeres a las que un solo trazo dibuja boca arriba
Como si hubiera rechazado los viejos ropajes de la lengua
Y tú me hubieras sido devuelta más allá de las ideas
De repente desnuda
O la sábana lentamente retirada de una memoria
Sobre ti sola oh gran desorden de mi vida
La sábana gigante de la palabra bruscamente apartada de ti para de pronto

Volver a abrir los ojos sobre ti tal en el fondo de la vista
Cerrados que sigas siendo
Una piedra de escándalo en el corazón de los siglos grabada en el fondo de una tumba
Volver a ver no soñar
La inscripción temblorosa en tu labio
El discurso infinito con que tus brazos me envuelven

El largo ceremonial oblicuo de amar

Escribo tu cuerpo escribo tu alma
Sin el intermedio de las palabras
Mi amor desanudado mi tempestad de llamas
Sobre el lecho de mí mismo en que tú no estás
Aún

Escribo tus manos tus brazos tus ojos tu boca
De un solo trazo que recorre demente tus misterios

De un solo trazo que se retuerce que se muerde que se arrastra y protesta
De un solo trazo convulso que te abraza en cien gestos
Una vez más una vez más
Escribo tú como un batir de alas sobre los techos

De pronto puebla el cielo el gran signo de cruz
De las cigüeñas

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