…algo como un golpe de ala,
un descorrerse,
un quejido de
amor…
Cortázar
Tú eres el centro de mi tierra.
Lupanar de mis emociones.
Altercado de la carne cuando se sueña y se vence.
La madrugada,
torrentera
perfecta para el tajo transversal de los amantes,
donde lo absoluto y lo terrible
tiene lugar.
Derramar al hombre, como al río.
Traduzco el residuo a poema.
La
escarcha a primera herida.
Me curan las sábanas que saben a ti.
Me turba tu
oscuridad.
Vamos a enfermar de vida
que no traigo cortafuegos
que no traigo cortafuegos
y lo sabes.
Que el dolor son bisontes danzando en la entraña,
tan llenos de distancia,
esnifando la pólvora de los sueños.
esnifando la pólvora de los sueños.
Sabes que la rabia puede sudarse a golpes de cadera
y no
escuece en los ojos como la pena.
La calma cuando se quebranta con gusto sabe a
gloria.
Arrinconar los días mortecinos con destreza.
No ser templos abandonados.
Firmar contigo el tratado de las
bestias.
El naufragio en las salivas.
(reparte tu sangre y las noches
mientras echo
raíces en tus abrazos)
Ser con las venas,
ser
con los restos,
ser el mejor riff que manen nuestros dedos.
ser el mejor riff que manen nuestros dedos.
Vibrar con las cuerdas rotas.
Y que te quieras beber las esquinas de mi pelo
y enterrarte
entre mis piernas
como un coche sin luces y sin frenos.
Que el deseo se muestra carnívoro
y la tierra que no me mancha me envenena.
y la tierra que no me mancha me envenena.
(Se me para el corazón)
Habrá que hacer algo con el miedo
y con la astenia
y con las
hormigas rojas que devoran
poro a poro
al cuerpo que se muere de amor.
poro a poro
al cuerpo que se muere de amor.
joder, cada verso, cada tabulación y salto de línea, invoca una efervescente ansia y arrebato, no podría resaltar una metáfora, porque todas en su urdimbre y por sí solas, son esa conmoción de la intensidad y la belleza y lo salvaje.. tú al escribir nos aviantas y atas con el hechizo de la sangre y de la noche
ResponderEliminarabrazo!
"Habrá que hacer algo" dijeron siempre aquellos que no sabían que hacer.
ResponderEliminarHecho polvo, desecho de brillo, hágase brillo de polvos...
ResponderEliminarDigno poema y, como otros aquí leídos, muy propio de atesorarse en el florilegio de aquello que copiamos para que siga tocándonos desde dentro, ya que por fuera somos invisibles de escaparate y del arte de escapar sin más, sin otra escapatoria que dar parte.
Si te vale la palabra de alguien tan malversado de sí mismo como mal versificador cuando tiene el descaro de trocear la rectitud de la línea, aplaudo con latidos tus imágenes, ratifico la opinión de Mareva y prometo citar el apotegma de Laura donde haya quien lo sepa sonreír.
«Quebrantada con gusto, a gloria sabe la calma, la cama en flor del arma que se desalma», reformulo para mí.
Un placer.
y bestia.
ResponderEliminarIncendiario y despellejado... verdadero
ResponderEliminarNo sé qué se puede hacer
ResponderEliminarimposible.