malditos sean los curiosos y que los malditos sean curiosos:
la esencia de la poesía es una mezcla de insensatez y látigo...
....el gran Hank

miércoles, 13 de octubre de 2010

Charles Bukowski

He tenido tiempo para pensar mientras yacía medio muerto en los pabellones de caridad y estaba al sol en el hipódromo y dormía con las putas gordas, sus pies sudorosos plantados sobre mi corazón. Ya no sirve de nada seguir leyendo, la maquinaría ha quedado reducida a cenizas, no pienso adoptar la pose locuaz. ¿Prefieres que elimine por completo la experiencia del poema? A Li Po le gustaba prender fuego a los suyos y ver cómo se iban flotando río abajo, y a LP también le gustaba darle al vino. No puedo cambiar mi curso para adaptarlo a la crítica. No adoro mis poemas, la verdad es que los aborrezco por completo, y sin embargo no estoy lo bastante furioso como para ponerme a hacer cabriolas sólo para prosperar. Recuerdo infinidad de poemas chinos de la mujer que espera a que su hombre regrese de las guerras, desgarrada de amor por un hombre y sencillamente esperando, la horrenda brecha de la espera, mirando la colina, la flor que se mece al sol sin que aparezca nadie, y sin embargo, comprensiva y dispuesta a sacrificar su hombre a los dioses. Poemas de 5 y 6 versos, experiencia sin lugar a dudas, y sin embargo, si me permites utilizar esa palabra vacía: hermosos. Ah, ya lo sé, sí sí sí, todo ello ceñido al molde clásico. No, no, no. La experiencia. No me gusta la gente que dice que todo esto ya ha ocurrido, no podemos escribirlo. Está ocurriendo ahora. AHORA. Los muertos están muertos, y lo creas o no, precisamente porque están muertos sus palabras, en cierto sentido, también están muertas. Milton el Ciego no es ni remotamente tan trágico como cuando vivía. El arte sólo preserva una parte y está sobrestimado. Veo mis dedos sobre las teclas, tengo de cara a mí una planta medio muerta con una hoja como la oreja de un conejo caída hacia la izquierda, las mujeres del mundo deambulan por mi cerebro, una rata me roe el estómago y escarba, pasa una furgoneta de los helados bing bing bing bong bing bong bong, y el Arte, el Arte no es nada, son mis dedos sobre las teclas AHORA esculpiendo y gritando Chopin y la música y la rebelión, al infierno con los clásicos, al infierno con la forma, al infierno con Pound, sal, sal y sangra, sangra ilimitadamente contra la turba, la mediaRoma, el mediopoema, el mediofuego, el mediobeso. Sal, sal, sal.

Atentamente, Charles Bukowski

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