No recuerdo cómo me iban las cosas antes de conocerte. ¿Siempre he estado en esta situación? Recuerdo que me sentía perdido. De eso estoy seguro. Iba sin rumbo. Pasaba de una mujer brava a la siguiente. En ocasiones permanecía junto a ellas el tiempo suficiente para darme cuenta de que su desconcierto era todavía mayor que el mío. O al menos eso era lo que sacaba en claro de lo que me decían. Pero no recuerdo que antes estuviese tan nervioso, tan hecho polvo. Las contemplaba a distancia: lavándose con una esponja en el fregadero, completamente colocadas; desmenuzando negras bolas de hachís con cuchillas de afeitar; moviéndose como reinas a cámara lenta. Después se vestían como las chicas pueblerinas de épocas pasadas, se reían tontamente y trataban de no enseñar sus largas piernas; ¡con qué garbo caminaban sobre sus tacones de goma agitando sus cabelleras igual que los caballos agitan la cola!
Pero contigo carezco de perspectiva. Cada vez que te mueves, siento como si viajase por tu piel; cada vez que miras por la ventana, siento como si estuvieses muy sola y soñases con tiempos mejores. De nada sirve que te salude agitando los brazos. Ahora todo se ha vuelto del revés.
Sam Shepard me ha encantado ;)
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