soy lo que siento
por eso aguardo el instante
como cazador que acecha tu esquina desierta.
aguardo ese instante
que estrecharé entre mis brazos, en mi mente, entre mis piernas.
tuya es mi eslora
porque es más el amor
que una devastación hermosa de los sentidos.
es más que bordarnos en ígneos y generosos estallidos
mientras se prenden los bosques, los rosarios y las auroras
y habitamos ese limbo en el que somos,
en lo salvaje,
esponja.
porque erramos, erramos mucho
en demasía.
y porque hay algo después del temblor en el empeine de mi vientre
que me alerta y reconcilia con la piel dormida que fui.
déjame voltear la sensación
porque necesito todas sus posturas
y que repose el abrazo a fuego lento.
quiero que enfermemos de horizontalidad antes de muertos.
quiero trazarme umbilical a mis insomnios
cuando vertiginosos y silentes
me enredan.
conservar esa mirada que penetra distancias y vidrios.
lamer el poso del momento que fue,
ese resto de la caricia en la memoria,
en la boca, en el pliegue,
que reverbera, que transpira en mi mente
como animal prehistórico condenado a desaparecer.
tiempo de agarrar el puerto y traducirme viva,
henchida de amor,
coronada de esperanza,
travistiendo el dolor de los huecos,
contagiada de dulce coraza.
aquí mis linderos para cruzarlos sin cautela.
para en el raso de la piel hallarnos
y voluntarios
en el instante,
otra vez,
vararnos.
tus poemas están habitados, vivos por dentro y leerte es encontrar lados que se hacen curvas y que sacan y vuelven y curvas que se hacen valles, semillas que acusan y se entregan, se suicidan y vuelan
ResponderEliminarplacer pasar por aquí, salud!
Mareva lo ha dicho todo, y yo abrazo sus palabras como me abrazo a tu poesía. fatigar la selva como se fatiga un corazón.
ResponderEliminarinmenso abrazo.
ya sólo vengo aquí porque el resto se me hace insignificante. beso
ResponderEliminar"Padre nuestro que estás en el cielo, santifica este poema antes que llegue la noche"....
ResponderEliminarEnfermar de horizontalidad... Una locura.
ResponderEliminaruf, maravillante
ResponderEliminarYa te leía desde hace unos días pero hoy dejo un comentario: magnífico todo, lo que cuenta el poema, las imágenes que utiliza, la cadencia, incluso la imagen que ilustra la entrada. Y tiene un final para mí sublime en esos seis últimos versos.
ResponderEliminarya no quedará absolutamente una paranoia de santidad ni de insania. será todo resplandor
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