He robado el pájaro
amarillo
que habitaba en el sexo del
diablo.
Él me enseñará a
seducir
hombres, ciervos, ángeles de alas
dobles.
Él se llevará mi sed, mi ropa,
mis ilusiones
Él dormirá
pero mi sueño corre por los
tejados
susurrando, gesticulando,
haciendo el amor violentamente
con los gatos.
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Vivimos pegados al techo
Sofocados por los rancios vapores que desprende la vida cotidiana
Vivimos incrustados en las más bajas profundidades de la noche
Resecadas nuestras pieles por el humo de las pasiones
Giramos alrededor del polo lúcido del insomnio
Sostenidos por la angustia separados por el éxtasis
Viviendo nuestra muerte en el gollete de la tumba.
Sofocados por los rancios vapores que desprende la vida cotidiana
Vivimos incrustados en las más bajas profundidades de la noche
Resecadas nuestras pieles por el humo de las pasiones
Giramos alrededor del polo lúcido del insomnio
Sostenidos por la angustia separados por el éxtasis
Viviendo nuestra muerte en el gollete de la tumba.
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Quiero mostrarme desnuda ante tus ojos
melódicos.
Quiero que me veas gritar de placer.
Que mis miembros doblados por un peso
excesivo
Te empujen a cometer actos impíos.
Que los finos cabellos de mi cabeza
ofrecida
Se enganchen en tus uñas curvadas de
furor.
Que te mantengas de pie ciego y creyente
Contemplando desde arriba mi cuerpo
desplumado.
Sexo y muerte. Semen y tumbas. Arriba la existencia. O la vida.
ResponderEliminarBesos.
Tornado de placer...
ResponderEliminarMe encanta la última estrofa, señorita desastres(acertados).
ResponderEliminarSetefilla